Espías Por Accidente

>Capitulo 29<

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Domingo. 1 de mayo
-8:00am-

El teléfono especial comenzó a sonar con una llamada entrante

—Si son las 8:00am, ¿quien es ahora?— dijo Ángela perezosa. Se estiró a su mesita para tomar el móvil— ¡No puede ser!—Ángela aclaró su voz y cogió el teléfono— Amarillo al habla

—Amarillo, soy Nube. Tenéis una mision— dijo Nube

—Cuenta, ¿que pasa?— dijo Ángela

—Tenéis que robar unas bolas— dijo Nube

—¿Eh?— dijo Ángela confusa.

***

A las 10am el avión salió del aeropuerto camino de la ciudad donde llevarían a cabo la próxima misión, Londres.

—Las Bolas del diablo son conocidas mundialmente por su leyenda. Se comenta que una vez el diablo fue invocado y los guerreros que lucharon contra él, dividieron su poder y lo encerraron en dos bolas— dijo Ángela— El caso es que estas bolas fueron robadas de un museo ayer. Su valor se estima en 20M€ por cada una.

—¿Y entonces, tenemos que robarlas a los que las robaron?— dijo Ariadna

—Exactamente, como he comentado antes estas bolas están ligadas a una leyenda. Los propietarios que las donaron al museo dicen ser descendientes de los mismos guerreros y creen que el diablo puede ser invocado de nuevo— dijo Ángela

—Bueno, pero porque nosotras. ¿Eso no es más algo de la policía?— dijo Rosalía

—Por la peculiaridad del robo. Apenas hay pistas. Creen que fue algún organización poderosa— dijo Ángela.

—Que tonterías, seguro no investigaron bien— dijo María restándole importancia.

Todas tenían una actitud algo molesta y pasota(que pasan de todo. No les importa). Les parecía una misión de poca importancia como para llamarnos. Yo no pienso así. Es una misión más, hay que esforzarse al máximo, como siempre. Tras 3 horas de vuelo, el avión aterrizó en Londres, nuestras protagonistas fueron al que sería su hogar por los próximos X días. Era una misión sin fecha de regreso, ya que tenían que encontrar las bolas, sin apenas por no decir ninguna pista. Se alojarían en el apartahotel "Obsidian". Un edificio alto, negro y con detalles en oro.

Era algo diferente a los que habían estado, pero se las arreglarían. Habitacion 102, cuarta planta. Al entrar a la habitación, tenías la cocina a mano derecha, y el salón enfrente. Con dos sofares blancos y una mesita de cristal, apuntando a una televisión. A la izquierda, encontrabas una puerta que daba a una habitación con dos camas grandes, y baño propio. Al otro, lado, había otra puerta que daba un dormitorio un poco más pequeño, con cama de matrimonio y también con baño propio.

Las chicas se quedaron con el de dos camas, mientras que Angela y David con el otro. Tras instalarse en las respectivas habitaciones, nuestros protagonistas se dividieron el trabajo. Rosalía e Irache irían al Museo del que fueron robadas las bolas para encontrar pistas. Ariadna y María se quedarían en el hotel revisando las cámara de tráfico para ver los coches que salieron posteriormente al robo, por último, Ángela y David, irían a hablar con la propietaria de las bolas para aprender más sobre la misteriosa leyenda.

—Si hubo dos personas que pudieron fabricar una ensencia que hizo que los adultos volvieran a ser niños, me creo el hecho de que puedan invocar al demonio— dijo Ángela