>Capitulo 34<

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Lunes. 16 de mayo
-7:50am-

—¿Seguro que estás bien Ángela?—preguntó David antes de entrar por la puerta instituto


—Estoy bien. No pasa nada. No es la primera vez que pasa algo así y he de venir al instituto. Además, ya falta poco para acabar y para los exámenes finales, no puedo permitirme flaquear— dijo Ángela

—Así se habla, eres muy valiente— dijo Rocío

Como cada mañana, el grupo se dividió. Ángela y David fueron para su clase y Rocío para la suya. No tengo miedo, estaré bien, soy la Agente Amarillo, espía de la COA y líder de un Escuadrón. Además yo no hice nada malo, no he de avergonzarme por ello.

Ayer, David se quedó conmigo casi todo el día. Me preparó la comida y estuvimos viendo anime y jugando videojuegos. Se portó muy bien conmigo. Se marchó por la tarde, después de que le insistiera mucho ya que Rocio llevaba todo el día sola y yo podía cuidarme. Siento haberle preocupado tanto. Sin querer le hice probar el mismo sentimiento, que yo viví cuando perdí a mis amigos.

El día comenzó transcurriendo normal. Ya estaba acostumbrada a las miradas y desde luego son mucho mejores que los insultos. Tuve que pasar por delante de Daniela y sus amigas para ir a clase de biología, iba con Rosalía, pero aunque fuera ido sola, no me importaría. De echo, se sintió como una escena muy épica del anime. Mi ego comparado con el suyo era gigante y le tenía miedo.

En cuanto a las vendas de mis manos, tuve que inventar una mentira. Y a ellas, que obviamente me preguntaron, les dije que haciendo un pequeño entrenamiento por el Cerro Luna, tropecé y me caí rodando colina abajo. Y como trate de evitar hacerme daño la cabeza, me lastimé las manos. Aparentemente me creyeron, cosa que agradezco porque las tendré que llevar un par de semanas o así.

Era el cambio de cuarta hora a quinta, Ángela se apresuró a llegar al baño y se encerró en un cubículo. Menos mal, pensé que no llegaba y que me haría pis encima. Tenía que no haberme bebido el refresco de Rosalía también, pero me daba pena tirarlo, no hay que desperdiciar la comida.

Cuando iba a salir, unas chicas entraron.

—Nena sujetame el móvil mientras meo— dijo Lucía mientras le daba el móvil a Daniela. Mierda, no puede ser. Se oyeron cerrarse dos cubículos y las mochilas apoyarse en el suelo.

—Maria donde tienes la colonia, que me voy a echar un poco— dijo Laura

—Ahí tiene que estar en mi mochila— dijo Maria desde dentro de un cubículo

—Menudas ojeras tengo, me tengo que echar otra vez corrector— dijo Daniela mientras sacaba un bote de corrector de su mochila y se lo aplicaba

—¿Y eso, no has dormido bien?— dijo Laura se miraba en el espejo

—Que va, estaba preocupada por David. No respondió a ninguno de mis mensajes, ni a los de sus amigos. Pensé que esa nerd loca le hizo algo— dijo Daniela

—Si que te tiene colada, eh?— dijo Laura y le dio un empujoncito mientras se reía

—Déjame, tu ya tienes novio, por eso no ves lo guapo que es. Además es muy buena gente— dijo Daniela

—¿Y no te preocupa que ella te lo quite?— dijo Lucía y ser rió un poco

—Vamos Lu, David no se fijaría nunca en una chica como ella. Se pasa todo el día encerrada viendo dibujos, viste ropa rara y su carácter es también raro— dijo Daniela— Bueno, ¿y lo que lleva en las manos?¿De qué va?

Espías Por AccidenteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora