ALICIA

28 4 0
                                    

"Es asombroso lo que puedes ocultar con tan solo una sonrisa."

                                              Demi Lovato

-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-

Ya han pasado meses desde que estoy aquí, encerrada entre estas cuatro paredes, encarcelada contra mi voluntad; meses en lo que nadie ha venido a verme, meses en los que tengo que soportar las miradas de asco de algunas enfermeras y los malos tratos de algunas internas y de algunas enfermeras.

Han pasado meses en los que el único tema de conversación es la comida, en especial el hecho de que tengo que comer pero no lo hago; me siento sola, deshecha, abatida porque ya no tengo nada ni a nadie, me han aislado completamente, me han quitado todo, me obligan a hacer cosas que no deseo, me tienen en una prisión de la que solo quiero escapar.

Extraño mi vida de antes, salir con mis amigas, pasear por la ciudad, sentirme viva y tener a alguien con quien hablar.

Hace poco escuche a la enfermera decir que mi situación era crítica, que estaba muy delgada y que mi vida corría peligro; el médico dijo que en una semana me colocarían una sonda alimenticia pero que por el momento, debía comer.

Tengo junto a mí a una enfermera que vigila todo lo que hago, digo o como, una enfermera que no me habla, que solo me mira con desprecio y se asegura que yo cumpla con lo indicado por el médico, ella es mi sombra y quien más molesta en esta cárcel.

Mi madre ya hace meses que no viene a verme, le prohibieron la entrada como castigo para mí por haber bajado aún más de peso; así son las reglas aquí.

En el hospital existen una serie de reglas que las internas deben seguir, una serie de niveles que debes pasar para poder salir libre; si pierdes peso, bajas de nivel y por ende pierdes beneficios, lo mismo ocurre si aumentas de peso, si subes algunos kilos, te suben de nivel y ganas beneficios y confianza por parte de los médicos, muy interesante sistema verdad.

Yo estoy en nivel uno y no he pasado de ahí, mejor dicho, si hubiera un nivel más bajo, yo estaría en ese; cuando llegue aquí, pesaba cuarenta y un kilos pero ahora mi peso varía entre veintinueve y treinta kilos, sorprendente y alarmante deben estar pensando pero la realidad es que afuera yo solía comer un poco; un trozo de manzana, otras frutas, un poco de pollo hervido, en mi casa solía comer un poco para complacer a mi madre pero aquí, donde mi plato es cada día mas grande y que contiene miles de calorías, aquí no como nada.

No ingiero los suplementos que me dan, no como absolutamente nada a menos de que me sienta demasiado débil, aquí tengo más fuerza, más voluntad y autocontrol.

Hace ya varios meses que perdi todos mis beneficios, nada de tecnología, nada de libros, nada de visitas ni llamadas, nada de contacto con nadie, nada de nada; me estaba volviendo loca en este encierro, ya no soportaba más, era demasiado para mí.

Enfrentar cada día era un tormento, pasar horas frente a mi plato, sentada bajo la mirada de médicos y enfermeras, acostarme en mi cama y solo ver el techo por horas, no poder conversar con nadie ni saber que era de la vida de mis amigas o de mis padres, era demasiado.

Después de pensarlo mucho decidí que no permitiría que me pusieran una sonda alimenticia pero era consciente de que no era mi decisión, que si me resistía lo harían a la fuerza, además al pensar en todo lo que estaba viviendo me di cuenta que esto no era vida. Yo no estaba dispuesta a volver a comer y por esta razón, yo sabía que no me dejarían salir de este hospital, era consciente de que mis padres jamás aceptarían sacarme de este encierro, pero yo ya no aguantaba más, ya no soportaba la idea de seguir aquí, quería morir de una vez por todas, no le tenía miedo a la muerte, al fin y al cabo, es algo natural, algo que sucederá si o si, quería morir e iba a morir.

Prepare todo para llevar a cabo mi muerte, tenía ocultas unas cuchillas que una chica de aquí tenia y que yo había conseguido por un intercambio, tome las cuchillas y las escondí en mis bolsillos, salí de mi habitación con dirección al baño, había una enfermera en la puerta, me miro de mala manera y abrió la puerta, entre al baño y saque las cuchillas de mis bolsillos.

Era el momento, estaba lista para morir, nada me ataba a esta vida, tome las cuchillas con mis manos temblorosas, las acerque a mi muñeca izquierda, las lágrimas brotaron de mis ojos y realice varios cortes, hasta hacer uno vertical en mi muñeca.

La sangre comenzó a salir de mi muñeca, me sentí algo mareada, mi vista se nublo y solo cerré los ojos.

ALONEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora