LA MENTIRA

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"Y es que, en este mundo traidor, no hay verdad ni mentira: todo es según el cristal con que se mira" - Ramón de Campoamor (Poeta)

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Era un día cualquiera, yo ya tenía diez años y los problemas se habían mantenido desde hace ya bastantes años, pero en mi mente, las cosas no estaban tan rotas.

Los recuerdos que tengo están bastante claros y más tarde, serian parte de mis pesadillas.

Tengo en mi memoria, un día en específico, fue un día que marco mi vida; habíamos ido a una reunión del colegio, mis padres estaban sentados junto a los otros padres mientras mis amigas y yo jugábamos fuera del salón, en un momento dirigí mi mirada hacia mi clase y vi a mis padres abrasándose, riéndose con los demás padres, me inundo una alegría inmensa en ese instante, pero en el momento en que entramos al auto, volvieron a discutir, mi mente no podía procesar lo que estaba sucediendo

¿Porque actuaban tan enamorados y felices cuando había otras personas con ellos y cuando estaban solos, lo único que hacían era discutir?

Al inicio creí que todo era producto de mi imaginación, que estaba viendo cosas donde no las había y cuando llegamos a casa, solo entré a mi habitación y me acosté en mi cama, mi cerebro tenía que buscar la forma de entender todo lo que había pasado.

Unos días más tarde, ocurrió algo muy parecido, tuvimos un almuerzo familiar, estaban presentes mis tíos, primos y abuelos, mis padres durante todo el almuerzo se comportaron de forma poco usual, aparentaban delante de todos que nosotros éramos la familia perfecta y yo les seguía el juego. Todo el ambiente era cálido, estaba lleno de una energía positiva, me divertía con mis primos, sonreía como solía hacerlo, abrase a mis padres y ellos a mi como hace mucho no lo hacían, ahora no se si era un abraso real o era solo para aparentar, pero en ese momento, ese abraso hizo mi día perfecto.

Regresamos a casa y los días que siguieron a esa tarde, estuve muy pendiente de las actitudes que tomaban mis padres delante de otros y como estas actitudes cambiaban cuando solo estábamos presentes mi hermano y yo. Poco a poco comencé a comprender que lo que estaba ocurriendo era una mentira, les mentían a todos a nuestro alrededor, mostraban una falsa vida perfecta y aunque ellos eran felices viviendo su mentira, ni mi hermano ni yo éramos felices.

Una noche, mis padres discutían como siempre, pero esta vez, los gritos eran peores; mi hermano que entonces tenía siete años, llego corriendo a mi cuarto diciéndome que tenía pesadillas, que si podía quedarse conmigo; él me encontró llorando y al verme, lo único que me dijo fue

- ¿Porque lloras? Ellos siempre pelean, no debería importarte

Yo no supe que responder, no supe cómo decirle que las discusiones no eran normales, no supe como preguntarle porque a él no le importaba; solo me quede callada y lo acosté en mi cama, lo arrope hasta que se quedara dormido y trate de dormir yo también.

En la escuela, luego de comprender que mis padres fingían siempre ante los demás, comencé a hacerlo yo también, les hice creer a todos que mi vida era solo alegrías, que todo era hermoso, solo había risas y felicidad. Quien diría que años más tarde, recordaría eso como mi peor error.

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