Al pasar cinco años, la era del despertar los azota. Base que da por finalizado el tormento de Gamba, mujer de una deidad inexplicable por debajo de la tierra; ella quién es vencida por la temible catana roja, crea aún más controversias incluso desp...
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TURÁN
La noticia se esparció como pólvora dejando a los miembros de Turán con el alma colgando de un hilo. Allya estaba hecha una furia, lo que Will les había comentado surgiría sin más y es posible que puedan aniquilar a Gemma o a Yaám. Aquello provocaría el fin del mundo. Todos tenían los ánimos por los suelos, no salen de un problema para estar metidos en otro.
Allya no dejaba de mirar por el gran ventanal que se ubicaba en el despacho de Dante. Un manto oscuro cambiaba de forma cada minuto, y aquello la ponía aún más histérica.
—¿Por qué ese manto negro aparece tan seguido? —La joven cuestionó al anciano, y él visualizó lo que la dama mencionaba.
—Steve, necesito que vayas en esa dirección. ¡Esto no parece ser una visita esperada! —exclamó el anciano. Allya detuvo al joven.
—¿Adónde crees que vas solo?
—No comiences, Allya.
—No estamos para bromas, Steve. —se zafó de ella para así mirarle muy de cerca—. ¿Piensas que iras solo?
—Sí.
—No intentes hacerte el héroe.
—¿Qué te enoja más?, ¿no haberla matado o verte inservible ahora?
—Que pueda perderte. —Crearon un pequeño silencio en medio de la sala. Adán, Carina e Ivette sintieron que sobraban en un momento como este—. Aunque lleves a mil soldados contigo, sabes que no puedes vencerlos si no estoy.
—Señorita Allya. ¿Opinas que una pierna rota puedes llegar a cortar su cabeza? —Dante le miró y ella frunció su cejo con cierta indiferencia— Otorgaré el permiso de dejarte ir, al igual que me haré responsable de cualquier resultado, solo les pido una cosa...—El anciano se giró mirando a los jóvenes—. Que sea la voluntad de la nieve que vaya con ustedes, es hora de que la función termine.
Allya amaba combatir, con terror lo hacía, pero era su afición matar a cualquier tipo de infernal. Tanto ella como Steve se colocaron en marcha ante la petición de Dante.
—Si ves que no puedes continuar, quédate detrás de mí...—dijo Allya.
Estaban tan solo un paso, dentro de Turán yacía una barrera que los cubría de cualquier ataque inesperado. Puede mantener en completa seguridad a sus residentes.
No obstante, el peligro parecía no querer tomar vacaciones. El círculo de espacio temporal se formulaba ante sus ojos, y con ella la figura de una mano tenebrosa por medio de esta, este ente no mostraba su cuerpo en lo absoluto. Un par de figuras tenebrosas aparecieron.
—Se siente horrible. —musitó Allya.
—Pienso lo mismo. —No tardaron en girarse y salir corriendo, aun así, la rapidez de aquel ente era superficial. Ahora era difícil darle la vuelta al asunto—. Te dije que te quedarás en el edificio. —replicó Steve para con la chica.
