Capítulo 15

593 77 8
                                    

Madelaine

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Madelaine

04 de mayo,2022

Refregué mis ojos y una punzada de dolor me atravesó toda la cabeza, de pronto un mareo me invadió por lo que bajé rápidamente mis manos al mármol que cubría el lavamanos y me sostenía con la poca fuerza que podía ejercer.

No recordaba mucho de lo que había pasado la noche anterior, mi cabeza era un desastre. Hacía pocos minutos que había despertado, sin saber cómo había llegado allí sí lo último que recuerdo era llegando al comedor luego de ser llamada por Grigoriy.

Estiré la mano para abrir la canilla y dejar que el flujo del agua fría golpeara en mis manos, las cuales sentía como si fueran quemarse un momento al otro. Gemí cuando bajé mi mirada a ellas y ví mis muñecas moradas, con líneas rojas acompañándolas. Con movimientos temblorosos acerqué mis dedos a la muñeca de la mano contraría y toqué lo morado sintiendo un fuerte dolor.

Quería llorar, no podía estar pasando otra vez. Marcas, falta de memoria. No otra vez.

Me eché hacia atrás y quité la ropa que me cubría con brusquedad provocando que otro mareo me atacara tambaleándome, pero rápidamente me estabilicé y pude alzar mi mirada para buscar alguna otra marca en mi cuerpo. Pero a diferencia de la primera vez que desperté sin recordar nada y que mi cuerpo estaba lleno de marcas, esa otra vez tenía pocas y diminutas marcas. Además, de que si bien mi cuerpo dolía y molestaba no era un dolor por haber hecho algún esfuerzo o haber recibido golpes.

Recorrí con la yema de mis dedos las pequeñas marcas rosas. Eran rasguños o alguna que otra mordida, suponía que de Grigoriy, aunque viendo de cerca parecían infringidos por una mujer.

Aparté la mirada de mi cuerpo y tomé una ducha, dejando que el agua fría golpeara sobre mi cuerpo hasta que llegó el agua caliente, que terminó por relajarme. Agarré la esponja y comencé a refregarla frenéticamente sobre todo mi cuerpo, sintiendo una suciedad que no podía ver, pero que sabía que allí estaba. No llegué a sentirme completamente limpia, pero al menos me tranquilicé un poco al ver todo mi cuerpo rojo por la limpieza.

Al envolverme con la toalla unos pequeños momentos de la noche anterior vuelven a mi mente. En los cuales, quería hablar, pero mi boca estaba pastosa, sin voluntad alguna y mis pensamientos eran confusos y lentos.

Tragué con furia y me dirigí a la habitación a ponerme ropa con no más que furia corriendo por mis venas. Cuando llegó Anala, sorprendiéndome, ya que se encontraba vestida desde el cuello hasta los pies. Nunca la había visto tan cubierta, siempre sus remeras oscuras muestran la piel de su pecho, algunas veces piel de más, y sus manos nunca llevan guantes. Pero ese día todo eso se había ido, llevaba una polera que le cubría hasta el último centímetro de cuello y guantes que le cubren las manos y muñecas.

—Grigoriy pide su presencia al desayuno —dijo con voz ronca, frunciendo mis cejas, la mire con desconfianza, al notar que no me tuteaba como era normal.

INCENDIO © (Arder 2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora