Madelaine
Un gran fuerte pitido irrumpe en mis oídos, provocando tal molestia que aprieto mis ojos con fuerza sintiendo como de mi mejilla algo tira enviando punzadas de dolor por todo mi cuerpo. El ruido poco a poco empieza a disminuir siendo reemplazado por un pitido extraño, relajo mi expresión al no sentir el molesto sonido de antes.
Intento abrir mis ojos, pero la luz blanca me ciega haciendo que vuelva a cerrarlos y que parpadee poco a poco hasta abrirlos y darme cuenta en donde estoy, una habitación de hospital.
Suspiro.
Otra vez no.
Ya estoy cansada.
No quiero volver a pasar todo nuevamente en la casa rusa. No podría hacerlo, no. No soy tan fuerte. Todos tenemos un punto de quiebre, y yo lo tuve. Yo tuve ese punto de quiebre. No quiero volver a saber nada con pasar esas situaciones o algunas otras que sean similares de nuevo. La muerte no la veo como un mal camino ahora mismo. Desearía estar muerta a que me salvaran para entrar a ese lugar oscuro y retorcido otra vez. No pertenezco a esa casa, Grigoriy se equivoca. Prefiero morir a eso.
Mi vista está perdida en las cortinas color crema de la habitación, las cuales se me hacen extrañas a la primera vez que estuve aquí, pero en cuanto siento el ruido que hace el picaporte cuando intentan abrir la puerta me pongo a la defensiva.
Para mi sorpresa es una mujer joven, de cabello rubio y ojos grises, vestida con una cofia de color azul, una enfemera. Quien se sorprende al verme y me regala una suave sonrisa
—Madelaine —me llama con alegría—. Has despertado, harás felices a muchas personas —comenta, pero no entiendo a que se refiere, me confunde que hable en inglés—. Dejame revisar tus valores y ya luego vendrán todos, incluida la médica.
Intento abrir la boca para hablar y preguntarle de qué está hablando y preguntar donde me encuentro, pero en lugar de palabras sale una tos seca que me provoca dolor en la garganta.
—¿Quieres agua?
Asiento.
Ella estira el brazo y toma un vaso llenándolo de agua para luego ayudarme a ingerir el líquido.
—Aún no hables, ¿si? Has estado entubada y hace mucho que no hablas. Ya volverá sola la voz, pero hay que cuidarla —explica con voz dulce.
En el momento que intento estirar el brazo por inercia para tomar el vaso me doy cuenta que no puedo, me cuesta siquiera levantarlo un poquito.
—No hagas esfuerzos, tus músculos están como dormidos ya se repondrán —frustrada dejo de intentarlo por lo que me ayuda a elevar la cabeza y beber—. Ya vendrán todos —su tono suena emocionado al decir «todos», pero ¿quiénes son todos? Quiero preguntar quienes son todos, pero no me es posible porque primero no tengo voz y segundo la enfermera me deja sola enseguida.
No pasan más de unos segundos cuando la puerta vuelve a abrirse y todos se asoman por la puerta. La primera y única en entrar es mi madre, yo la miro sin reaccionar, no puedo creer que ella, ellos, todos, estén aquí me parece irreal. Las lágrimas comienzan a surcar de mis ojos.
—Mi bebe —dice con voz entrecortada por la emoción limpiando mis mejillas—. No sabes lo que ha sido no saber de ti... —su voz se corta y se lanza hacia mi para abrazarme suavemente, con cuidado de no lastimarme.
—Yo... no... sol...o —digo y comienzo a toser—. Lo... sien...to —termino al final.
—No hables amor, te hará mal —me regaña y sonrío al escuchar su voz mandona.
Nunca pensé que podría llegar a ver a mamá de nuevo, a escuchar su voz, a sentir como sus brazos me abrazan cálidamente. No pensé en volver a tener la oportunidad de decirle que la amo. Nos mantenemos un rato más juntas antes de que comience a sentirme cansada nuevamente. Mi madre me informa sobre cómo fuí trasladada a este hospital en Londres después de que una fuente les informará que me dejarían aquí de incógnito, como también fue informada sobre mi estado a pesar de estar en coma.
Pasé un mes sin despertar. La vida de todos transcurría día a día mientras yo dormía. Temían que no despertara, pero terminé haciéndolo.
Me dormí entre los brazos de mamá como cuando era niña y la llamaba por alguna pesadilla o cuando era adolescente y tan solo tenía mis momentos en los que la quería a ella, momentos en los que mi madre por muy cansada que estuviera cumplía y ponía todas las ganas para que yo y mis hermanas estuviéramos bien.
Cuando volví abrir mis ojos estaba Cherry a mi lado, lloro en cuanto le sonreí algo que me pareció muy extraño, luego tomó su actitud cotidiana y me contó cómo había resueltos los asuntos con la prensa y los trabajos que habían sido firmados, como la genio que es arregló todo y están todos esperando mi regreso y recuperación.
Sinceramente, quiero que todo sea de inmediato. Quiero volver a retomar mi vida. Quiero poder tomar el control de algo. Dirigir mi vida con mis propias decisiones.
Me quedo dormida otra vez, consecuencia del coma, y me despierto con el abrir y cerrar de puertas.
Observo a Connor entrar, luego de que mi padre estuviera largo rato a mi lado, junto a mi yo dormida y saliera. No hablé con papá pero sabía de cierta forma que él estaba ahí.
Connor tan solo entra en silencio, se acerca, besa mi frente para luego unir la suya con la mía. Parece no poder creer que estemos en este lugar, los dos, despiertos y unidos. No puedo decir cuánto tiempo estamos en esa posición con los ojos cerrados, respirando el mismo aire, nuestra piel en contacto y nuestros aromas envolviendonos. No sé cuando pasa, solo puedo ser testigo de la paz que me invade al saber que él está a salvo y esta conmigo.
Con mi madre me sentí en casa, con Cherry sentí que podía volver a lo que era, con mi padre seguridad, y con Connor paz, una paz que parece envolvernos a los dos en una burbuja única que nos protege sin más.
No podía dejar de lado las ganas de ver a Eric, pero aún no era posible. No quería que me viera en ese estado. No podía. No quería. Él era muy pequeño todavía para pasar por eso, no quería que su infancia se viera afectada por mi cuerpo y mente destrozada.
Quiero que vea a su madre fuerte que siempre vio, la que siempre luchó con y por él. No está Madelaine en la camilla del hospital.
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y bueno... así estamos jeje
Feliz navidad a tod@s! Este era mi regalo, llego tarde pido perdón :D
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INCENDIO © (Arder 2)
RomanceSegunda parte de la Bilogía Arder La negación de Madelaine Dumont a caer por Connor Hamilton no fue tan resistente como ella creía. Ella era un fuego andante, que finalmente cayó por el gran productor y empresario. En sus brazos ella sentía la segur...