Why not?

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Si vuelvo a oír a otro niño malcriado gritar, te juro que voy a estrangularlo con mis propias manos y ahí podrán llamarme sádico y satánico con razones válidas... -La voz de Eddie envolvió todo el lugar luego de que la campanita de la puerta hiciera anuncio de su llegada. Gesticulaba frente a su cuerpo, simulando tomar del cuello a alguien mientras apretaba los dientes. Steve sólo levantó la vista de su revista para observarlo, una media sonrisa se dibujó en su rostro.

Si hubieras aceptado el trabajo conmigo, no estarías en esa posición, Munson. -Susurró muy tranquilo, volviendo a lo suyo.

Sintió el peso de los brazos ajenos justo en el mostrador, reclinándose hacía delante para quedar más cerca de él. -Oh, sí. Estaría todo el día viendo películas muy educativas con Stevie Harrington en la zona de bodega, por supuesto.

Y las mejillas de Steve se volvieron carmesí de pronto. -Calláte. -Suplicó, dándole una mirada lasciva por debajo de sus pestañas. La sonrisa de triunfo en Eddie era enorme. -¿No deberías estar aguantando a aquellos niños malcriados, señor sádico? -Cuestionó, ahora dándole toda su atención al reposar su mentón en su mano. Eddie rodeó sus ojos.

Sí, pero le dije a Keith que necesitaba ir al baño urgente... -Frunció su rostro, fingiendo malestar. -Ya sabes, diarrea explosiva. -Asintió satisfecho de su mentira, con una gran sonrisa adornando toda su cara. Steve lo miró incrédulo.

No puedo creer que esa sea tu excusa para largarte del trabajo. -Admitió consternado, ya esperando cualquier cosa por parte del rizado. Este mismo saltó el mostrador, quedando sentado encima de él.

¿Debería haber dicho que prefería pasar tiempo contigo antes que estar ahí, Stevie? -Y la cercanía de su rostro se hizo tan peligrosa, que por un momento al castaño no le importó que alguien los pudiera estar viendo, cerrando sus ojos poco a poco instintivamente. Pero Eddie rápidamente giró el rostro, ocupándose en otra cosa y apartándose de la escena.

El rizado tomó el cubo Rubik que reposaba en el mostrador, observando atentamente cada uno de sus lados, cayendo en cuenta de que era un desastre absoluto. No había ni un sólo lado armado, incluso parecía un poco más desordenado de lo normal. Steve notó aquello y la vergüenza lo abrumó por un momento, sintiéndose tonto por no haber podido resolver el juego que había estado semanas practicando y esforzándose a ganar. Enseguida quiso quitárselo de las manos, pero este lo alejó intencionalmente, poniendo una mano sobre el pecho del castaño para marcar distancia. Steve nuevamente arremetió contra él, tomándolo de la parte de atrás de su uniforme, justo en el cuello de su chaleco de Arcade, para tirar de este, dejándolo colgado del mostrador en un vano intento de alcanzar su mano. Eddie luchaba por retomar su asiento. De un momento a otro, la escena era una comprometedora. Con Eddie colgando ligeramente del mostrador sobre el brazo de Steve, mientras que el cuerpo de este se reclinaba suavemente sobre el pecho del rizado. Sus rostros ligeramente más cerca de lo que debían estar en un lugar público. Al castaño se le cortó la respiración al momento en que cayó en cuenta de esto. Pero a Eddie pareció divertirle, ofreciéndole su mejor sonrisa conquistadora, logrando que las piernas de Steve se sintieran gelatina. El menor agradecía que a ese horario no hubiera clientes, porque la cercanía era tan abrumadora que ya no estaba seguro cuánto más podía aguantar sin besarlo.

Bien, ya organice las películas de terror y cambie el orden por alfabético, además de que... -Mencionó Robin entrando en escena, dándose cuenta de la presencia del rizado y tapándose los ojos, como si hubiera interrumpido algo obsceno. Ambos chicos la miraron sin moverse de su lugar. -Oh, wow, lo siento. -Habló rápido. -No sabía que estaba Eddie y yo...

Steve se encontraba desorbitado, mientras que Munson trataba de aguantar la risa . -Por dios, Robin. -Habló nervioso, dejando que el rizado se acomodará nuevamente en el mostrador. -Puedes mirar.

Don't ya, big boy? [Steddie] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora