12. Nervous

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-Recuerden la tarea de probabilidades para mañana y por favor lean el capítulo 8 del libro.

Todo el mundo comenzó a levantarse de la clase y yo me quedé quieta en mi lugar.

Un compañero me pasó al lado y chocó su codo contra el mío.

-Oh, disculpa. -dijo mirándome un poco extrañado por mi repentina inmovilidad.

Eso me despertó de mis pensamientos y rápidamente comencé a recoger mis cosas.

Mi cabeza estaba en otro lugar. Los nervios que sentía en el estómago no podían ser normales. En la mañana no había podido comer el desayuno y tampoco había podido pensar en otra cosa que no fuera su futura noche en casa de Charles.

Antes me había enviado un mensaje diciéndome su dirección y también la hora. Dijo que iban a comenzar a las 8 para que así yo pudiera disfrutar algo de tiempo antes de tener que volver a casa.

Salí del aula y me topé a Crystal en uno de los pasillos.

-¿Lista? Todo el día he estado creando escenarios sobre lo que podría pasar. Ya hasta me imaginé de madrina de su tercer hijo. -dijo.

-Siento que voy a vomitar en cualquier momento. Posiblemente me quedé encerrada en casa de los nervios que tengo.

-Marianne, ya lo tuviste un día completo solos en tu apartamento. No tienes por qué estar nerviosa. Hoy van a estar sus amigos.

-¿!Olvidas que sus "amigos" también son mis ídolos de toda la vida!? El día que los vi en el club actué un poco más tranquila porque todo el mundo estaba bebiendo y la luces estaban apagadas. Hoy vamos a estar todos en una casa. ¡En la casa de Charles Leclerc! -Me alteré.

-Tranquilízate, vas a comenzar a hiperventilar. Ve al gimnasio para relajarte un poco. Luego vuelve a casa, date una larga ducha y prepárate para una de las mejores noches de tu vida.

•••••

Le hice caso a Crystal y fui un rato al gimnasio para despejarme. Por suerte no había ningún famoso cerca así que fue realmente terapéutico.

Volví a casa y aún seguía sin tener apetito. Subí directo a mi habitación para comenzar a pensar en la ropa que me iba a poner.

Me decidí por un pequeño top beige y un pantalón blanco algo ancho. Me recogí unos mechones del cabello con una pequeña pinza dorada y comencé a maquillarme.

Pensé ponerme un labial para resaltar mis labios, pero por alguna extraña razón decidí que lo mejor era no llevar ninguno esa noche. Solo por si acaso. Puse un poco de tinta y luego un bálsamo por encima.

Para ese momento ya eran las 7:20 y lo mejor era que me pusiera en camino hacia casa de Charles porque la verdad es que aún no me ubicaba bien por la ciudad.

Decidí enviarle un mensaje para preguntarle un par de cosas sobre la dirección y también para avisar que ya me encontraba en camino.

Marianne:
Hola, ¿Crees que quizá puedas darme un par de indicaciones para llegar más fácil?
Aún no conozco bien la ciudad y no quiero perderme.

Charles:
Claro, ¿En qué vienes?

Marianne:
Caminando, siempre camino a todas partes.

Charles:
De ninguna manera vas a venir caminando. ¿Estás en tu casa?

Marianne:
Sí. Estoy aquí. Pero de verdad que no me molesta ir caminando.

Charles:
Yo no puedo ir por ti porque estoy terminando de arreglar todo, pero mi hermano sí que puede.
Pasa por ti en 15 minutos.

Realidad ❀ Charles Leclerc Donde viven las historias. Descúbrelo ahora