18. Midnight memories

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Cada uno viajó en autos separados a lo que parecía una especie de club vacacional.

Según había entendido a Carlos, acostumbraban venir a este lugar porque aparte de que era hermoso, era donde más privacidad conseguían tener después de una carrera.

Charles estacionó el auto detrás de su compañero y Lance Stroll. Ambos nos bajamos del auto y nos dirigimos a la entrada principal del lugar.

Desde la recepción se veía la fachada principal del salón y en la parte de abajo una gran piscina iluminada.

Había unas cuantas personas ya. Los chicos robaron un par de miradas pero nadie se acercó demasiado a ellos, respetando su espacio.

Charles me tomó de la mano y me guió al fondo del salón para pedir unas bebidas. Ahí nos encontramos con Mick, Pierre y Max.

-Hey, qué tal? -Mick saludó amablemente.

Charles devolvió el saludo y se quedó conversando con Max y Pierre mientras yo me acercaba al alemán.

-Yo... quería agradecerte por lo de esta mañana. Realmente disfruté mucho ir a la carrera y creo que tienes parte del mérito -dije.

-Me alegro que te haya ido bien. ¿La gente no es mala, sabes? Sé que los comentarios negativos son difíciles de sobrellevar pero cuando ves a la gente que te apoya, todo eso vale la pena -me dedicó una sonrisa y me dio un apretón en el brazo con cariño.

Charles volvió a mí y los 5 decidimos ir al centro de la pista con los demás que ya habían comenzado a llegar.

La fiesta comenzó a escalar rápidamente y no había pasado ni media hora cuando ya estábamos dándolo todo con nuestros bailes.

Yo llevaba ya un par de tragos en mi sistema pero nada demasiado fuerte, sin embargo, el aire comenzó a faltarme un poco después de pegar saltos como loca con el resto de pilotos y sus novias.

Avisé a Charles que salía a tomar aire y él dijo que iba a ir a conseguir unas botellas de agua para los dos.

Encontré una salida en uno de los costados y bajé unas pequeñas gradas que llevaban a la piscina. Tenía tanto calor que decidí quitarme los zapatos que llevaba y meter los pies en el agua.

Las luces azules y violetas que iluminaban la piscina eran simplemente hermosas. Tiré mis manos hacia atrás y me apoyé en ellas, cerré los ojos y comencé a disfrutar del viento que pegaba en mi cara y del lejano ruido de todos pasándola bien.

Moví mi cabeza al ritmo de la canción que estaba sonando y susurré un poco de su letra. Sabía que este fin de semana iba a ser algo increíble, pero definitivamente todo estaba superando mis expectativas.

Escuché unos pasos detrás de mí y me volví con una sonrisa pensando que se trataba de Charles. En su lugar, Daniel Ricciardo se acercó a mí con una seguridad y un atractivo impresionante.

Mantuve mi sonrisa hacia él y palmeé el lugar a mi derecha invitándolo a sentarse a mi lado.

El australiano también se quitó los zapatos y los dejó junto a los míos. Se sentó y pasó un brazo por encima de mis hombros perdiendo su vista en el reflejo de nosotros en el agua.

-No quiero decir que te lo dije, pero lo hice -añadió de repente.

-¿A qué te refieres?

-¿A qué me refiero? ¿Viste los ojos de Charles cuando está contigo? Ese chico está completamente jodido -rio.

Me sonrojé un poco tras su comentario. -Estoy muy feliz, Danny. No quiero crearme ilusiones tontas ni nada, pero este fin de semana es más de lo que alguna vez pude pedir.

Realidad ❀ Charles Leclerc Donde viven las historias. Descúbrelo ahora