Capítulo 4

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Jacob

—¿Te ha contado su fetiche con los policías? —preguntó Kristian.

—No —dije mirando en la dirección que se fue.

—Pues ahora lo sabes —dijo sonriendo divertido.

—¡Kristian le acabas de contar que tengo un fetiche con los policías! —dijo Dana enfadada viniendo hacia aquí.

—Eh... —dijo Kristian nerviosa.

—No puedes cerrar esa boquita ni un segundo —dijo ella.

—¡Dana, ven porfaaa! —la llamó Laura.

—Esto no a quedado aquí, ya hablaremos de esto —dijo marchándose.

—¿Cuándo os conocisteis? —me preguntó entonces.

—Ayer, nos conocimos de una manera algo extraña.

—¿A qué te refieres...?

Me levanté la camiseta y le enseñe la herida cosida por ella.

—¡Joder!

—¡Esa boca! —gritó Laura desde el otro lado de la casa y yo reí.

—¿Te cuido sin siquiera conocerte? —preguntó no muy sorprendido.

—Si —dije.

—Típico de Dana —dijo sonriendo mientras negaba con la cabeza.

—He venido a por ropa, me voy a quedar unos días con ella —dije viendo su respuesta.

Suspiró.

—Esta bien, pero por favor trátala bien, es muy buena persona —dijo como le fuera hacer algo.

—Oye, que soy buena persona —me quejé.

Él se rio y yo fui hacia la habitación para saludar a Laura. Quien iba a pensar que teníamos un amigo en común, el cual es nuestro mejor amigo.

Cuando llegué a la habitación me encontré a Dana tumbada en la cama haciendo cosas con la boca mientras que Leo, el hijo de Kristian y Laura, se reía y ella también lo hacia. Sonreí ante esa imagen.

—¡Jacob! —me llamo Laura muy contenta con toda su energía.

Dana se giro hacia mi dirección y me sonrió, de verdad no se como una sonrisa puede ser tan bonita.

—Hola —la saludé dándola un abrazo.

—¿Puedes dejar de creer? Que ya ni te puedo dar un abrazo —dijo Laura.

—Me preguntó cómo será ver las cosas desde tu altura —pensó Dana en voz alta.

—¿Por qué no lo compruebas? —dije sin pensar.

—¿Qué? ¿Como pretendes que haga eso? —preguntó.

—Súbete a caballito —dijo Laura.

—Es imposible subirse a caballito, es como misión imposible —dijo ella.

—Pues desde la cama —dije y me puse de espaldas a ella.

Unos segundos después note como ponía sus manos en mis hombros y un escalofrío me recorrió el cuerpo. Después puso sus piernas al rededor de mi cintura y la sujete de las piernas. Me puse del todo del pie, ya que agache para que pudiera subirse mejor.

—Ostia... —dijo Dana agarrándose a mi cuello.

—La boca —la regaño Laura.

—Corre, dragón antes de que Laura me de con la chancla—dijo e hice caso.

Me puse ha andar hacia la puerta para salir de la habitación...

—Me voy a dar el cabeza con la puerta —dijo ella.

—Pues agáchate —le dije.

—Pues también lo vas a tener que hacer, porque aún sin mí encima, te das con la puerta en la cabeza.

Yo me reí y note como rodeaba mi cuello con sus brazos y luego ponía su cara a un lado apoyándola en mi hombro.

—Hola —dijo bajito y me gire a mirarla y fue un error porque estábamos demasiado cerca, pero aun así le seguí el juego.

—Hola —dije bajito también acercándome más a ella.

Dana se sonrojó y levantó la cabeza.

—Auch —se quejó cuando se dio en la cabeza con otra puerta, yo me reí y de su parte me lleve una colleja.

La baje en el salón, en el sofá junto a Kristian.

Y me fui a buscar algo de ropa.

Hice mal en dejarlos solos, porque en cuanto lo hice se puesteros a pegarse.

Así me escape corriendo.

The BoyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora