Dana
Cuando Jacob se bajó yo me quede unos segundos ahí ya que al levantarme me mareé un poco. Cuando estuve recuperada me acerqué al de la taquilla.
—Hola, una pregunta ¿hasta cuando está la feria? —le pregunté.
—Hasta el domingo —respondió él.
—Okey, gracias. Buenas noches —dije despidiéndome y escuche como dijo <<buenas noches>>.
Fui en busca de Jacob pero no lo encontré y note como me empecé a poner nerviosa, empecé a jugar con mis dedos hasta que alguien me tocó el hombro y suspire aliviada. Me gire, pero no fue a Jacob al que encontré, era un chico más o menos de mi edad, cani con tres de sus amigos detrás suya.
—¿Te has perdido? —preguntó él sonriendo.
—No —repudió seca y con el ceño fruncido.
—¿Y con quien estas? —siguió preguntando.
—Con mi novio —dije rápido.
—Pues yo no veo a tu novio por ninguna parte, ¿donde está? —preguntó burlón y lo miré mal.
—Aquí está gilipollas —dijo la voz de Jacob detrás mía.
Me agarró de la cintura y me pegué a él.
Los cuatro chicos se quedaron mirando a Jacob con la boca abierta, Jacob podía llegar a ser muy intimidante sobre todo con su altura.
—¿Lo ves ahora? —preguntó ahora Jacob con el ceño fruncido.
Los chicos se fueron y me dejaron en paz.
—Gracias, estaba entrando en crisis ya —dije respirando tranquila.
—Siento haberte dejado sola —dijo.
—¿A donde fuiste?
—A intentar resolver un problema —dijo él con una sonrisa nerviosa.
—¿Larry?
—Larry sigue presente —dijo él —, ¿cómo voy esconder algo así? —dijo señalando su erección y la mire por impulso y si que era grande —. Ahora dime, ¿cómo quieres que esconda esto? —me preguntó susurrado en mi oído.
Yo me sonrojé por mirar la gran erección que le dejé sin querer.
—A si que tú novio... —dijo dándome la mano en busca de mi familia —, me gusta ese papel —dijo con superioridad.
—Que no se te suba a la cabeza —le dije riéndome.
—Tarde, ahora te tienes que dirigir a mi como tu novio.
—¡¿Qué?! ¡No! —dije riéndome —. Lo hice para quitármelos de encima, además tú no protestaste, así que chitón —dije mirando al frente esquivando personas.
Una vez llegamos con mis padres y mis vecinos nos pusimos cerca de donde está el concierto pero apartados y como yo me aburría y las canciones tenían ritmo de bailar en parejas, pues me puse a bailar como si estuviera con alguien pero sin estarlo.
—Tom, baila conmigo —dije cogiéndole del brazo.
—No, tengo que...
—No tienes nada mejor que hacer, mentiroso —le interrumpí y a regañadientes bailó conmigo —. ¿Te acuerdas cuando los abuelos estuvieron bailando y nos enseñaron? —le pregunté, él asintió.
Nos pusimos a bailar como mis vuelos nos enseñaron Tom iba marcando el retomo de los pasos mientras que yo me reí a la vez que bailaba con él. Tom se empezó a reír también, me dio una vuelta y eso hizo que me riera más.
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The Boy
RomanceDe la noche a la mañana puede cambiar tu vida inesperadamente. Esta es la historia de una chica normal y corriente que una madrugada cambió su vida, conociendo al que puede que sea amor de su vida.