Jacob
Hoy antes de ir a ver el piso, Mario me aviso de que mañana teníamos que volver al juzgado para decirnos el veredicto final, de si mi padre iba a la cárcel o no.
Fui a recoger a Lina para llevarla a ver el piso y cuando llegamos nos encontramos con el dueño en la entrada.
—Buenos días, ¿Jacob? —preguntó el señor.
—Si —respondí.
—Muy bien. La casa está limpia y viene con muebles y todo —dijo y entramos al piso.
El señor nos fue explicando todo detenidamente, tenia una distribución parecida al piso de Dana.
Lina estaba encantada con el piso, ya se pidió hasta su habitación. Le encantaba, no paraba de decir lo bonito que era.
—La decoración me encanta —dijo ella mirando todo a su alrededor.
—Bueno, pues si no tenéis nada que preguntarme. Este es el piso —dijo el señor.
—¿Te gusta? —la pregunté ya que ella tenía el veredicto final.
—¿Estas de broma? Me encanta —me dijo con una sonrisa.
—Pues decidido, nos quedamos con el piso —dije mirando al señor, el cual nos sonrió.
—Vale, pues vamos a hacer el papeleo y todo, y el piso será vuestro —dijo él señor, mientras nos sentábamos en el comedor a hacer todo el papeleo.
—Eres el mejor hermano del mundo —me dijo dándome un abrazo —. Lo pago yo porque estoy segura de que te iras a vivir con Dana —dijo ella y preferí no llevarle la contraria.
—Esta bien —dije sonriendo.
Terminamos de hacer todo el papeleo quince minutos después.
—Aquí tenéis las llaves de la casa. Enhorabuena —nos dimos el señor.
—Muchas gracias —dijo Lina y cuando el señor se fue, Lina se puedo a saltar y correr emocionada por todo el piso —. ¡Qué felicidad! —gritó tirándose en el sofá.
—¿Vamos a traer tus cosas?
—Claro que si —respondió contenta.
Bajamos al piso de Dana y se puso a vaciar su armario lleno de ropa, yo mientras vaciaba los cajones que me dijo ella que vaciara del baño.
—Jacob, no tengo toda mi ropa aquí. Casi todas esta en casa de papá —dijo haciendo una mueca.
—No te preocupes cuando llevemos eso a nuestra casa iré, yo mientras iré a por todo lo que tengas en tu cuarto —dije terminando de recoger el baño.
—Recuerda coger la comida de mi armario —dijo ella y sonreí.
En la cocina, ella siempre tenía un armario propio donde tenía ahí todas sus guarrearías.
Cuando llegamos todo eso a nuestro piso, cerré el de Dana y fui hacia la casa de mi padre con varias cajas grandes que nos prestaron Kristian y Laura de cuando se mudaron.
Lo primero que hice al llegar a casa de mi padre fue ir a la cocina con una caja pequeña montada donde meter todas su guarderías.
Luego fui a su cuarto a por el resto de ropa y algunas cosas más que me dijo que cogiera.
Cuando terminé con su ropa, fui a la mía y cogi lo que me quedaba tanto en el baño como en la habitación y una vez todo estuvo en cajas, las metí en el coche y fui hacia nuestra nueva casa.
—Kristian, necesito que me ayudes con las cajas —dije llamándole desde el coche cuando ya estaba cerca.
—Vale, ahora bajo —dijo y colgué, también llame a Jack hace rato para que también nos ayudara.
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The Boy
RomanceDe la noche a la mañana puede cambiar tu vida inesperadamente. Esta es la historia de una chica normal y corriente que una madrugada cambió su vida, conociendo al que puede que sea amor de su vida.