Capítulo 28

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Jacob

Dana se fue hace unas horas de casa, por lo que Kristian me dijo, es porque se ha ido de vacaciones con sus amigas durante una semana.

Tengo toda una semana para prepararla algo que haga que me perdone, aunque esta semana la tengo un poco ajetreada, pero espero sacar tiempo para pensar un poco sobre lo de Dana.

Hoy es lunes y tenia hoy que ir al juzgado a testificar contra mi padre. Tenía pruebas suficientes para que el juez lo declarara culpable.

Me puse un traje, y antes de irme al juzgado fui a casa de Dana a ver a Lina.

Llame a la puerta y Lina me saludó con una gran abrazo.

—Que guapo estás —dijo ella con una sonrisa —. A Dana le encantaría verte así —dijo.

—¿Tú crees? —pregunte mirándola.

—Desde luego —dijo ella —. ¿Quieres algo?

—No, veía a saludar. Me voy al juzgado por el asusto de papá —dije y a ella se le entristeció el rostro un poco.

—Haz que lo metan en la cárcel —dijo ella y la di un beso en la frente.

—Eso aré.

Ella no sabía que la estaba amenazando a través de mí si testificaba en su contra, de ahí la razón por la que se había venido a vivir con Dana. Tengo pensado contárselo cuando todo este caso esté resuelto y espero que siendo policía esto vaya más rápido, porque me permite tener acceso a sitio donde una persona normal no puede.

Me día hora más tarde ya estaba aparcando en el juzgado. Me ajuste el traje y cogi las pruebas para que metieran a ese capullo en la cárcel.

Entre al juzgado y me encontré con mi abogado, el juez, mi padre y su abogado.

Me coloqué al lado de mi abogado mirando hacia el frente.

—¿Tienes algo? —preguntó mi abogado susurrando.

—Tengo pruebas suficientes para culparle —dije susurrando, él asintió y el juez dio un golpe.

—Buenos días, hoy estamos aquí para culpar a Martín García de asesinato y maltrato hacia su familia. Que empiece el juicio. Suerte a todos —dijo el juez y nos sentamos en nuestros sitios.

—Señoría, mi cliente no es un asesino, él no es capaz de matar a su propia mujer y mucho menos maltratar a su hijo —empezó diciendo el abogado de mi padre.

—Señoría, si me lo permitís tengo algunas cosas que me gustaría que viera —dijo levantándose ahora mi abogado llevándole las pruebas que recopilé al juez —. Aquí hay pruebas bien claras, en las cuales el señor Martin queda acusado como asesino, además de que hay conversaciones amenazando a su hija pequeña, si testifica el señorito Jacob en su contra —terminó mi abogado.

—¿Como está usted asegurado de que esa conversación es real y no es falsa? —preguntó el abogado de mi padre.

Mi abogado se acercó a mí, le tendí el móvil encendido, fue con el juez para asegurar que los números correspondían y segundos después sonó un móvil en toda la sala.

—Perdón, me estas llamando —dijo mi padre sacando el móvil, inmediatamente mi abogado colgó y cogió el móvil de mi padre, enseñándole todas las conversaciones de amenaza hacia mi hermana.

—Esas conversaciones no las a podido hacer mi cliente. Esas conversaciones podían haber estado trucadas —intentó defender a mi padre su abogado.

—Desde que me empezó a llamar, gravé cada una de las conversaciones. Están todas en este pin —dije levantando un USB —. Aquí aparté de las grabaciones de las llamadas, podréis encontrar las grabaciones de ese día, viendo como él mató a mi madre —dije llevándole el USB al juez.

The BoyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora