Capítulo 27

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Dana

Me desperté a las nueve de la mañana como siempre, Leo a mi lado ya estaba despertado, restregando sus manos por sus ojos.

—Buenos días, enano —le dije dándole un beso en la frente.

Le cogí en brazos y abrí las ventanas, fuimos a la cocina a desayunar, preparé el bibe de Leo y se lo di mientras veía algo en la tele.

—Buenos días —dijo Lina apareciendo por el pasillo.

—Buenos días —le dije con una sonrisa —. Puedes comer lo que quieras, hay cereales o si quieres algo vamos a comprar —dije acercándome a enseñarle dónde está todo.

—Muchas gracias —dijo Lina sonriendo —. ¿Me puede enseñar dónde vive mi hermano? —me preguntó mientras se preparaba su café.

—Si, claro. Luego he pensado en dar un paseo con Leo para que conozcas más o menos los alrededores —dije dejando a Leo en el sofá mientras yo me preparaba mi desayuno—. ¿Tostadas?

—Por favor. Vale, me parece bien —dijo ella mientras calentaba su café.

Nos preparamos el desayuno y nos sentamos en el sofá con Leo, como ya era costumbre.

—¿Cuándo te vas? —me preguntó.

—Mañana, tengo que hacer la maleta —dije.

—Pues haz la maleta y cuando termines vamos a dar el paseo —propuso y acepte.

Después de desayunar me puse a preparar la maletas. Nos íbamos a ir una semana y Elena nos paso la lista con las cosas que teníamos que llevar, dijo que llevaros unos pantalones largos y una chaqueta por si acaso, así que metí unos pantalones grises de chandal y una chaqueta del mismo color.

Una hora más tarde tenía todo listo, lo del baño lo tengo en un lado preparado para cuando pueda recoger el resto de cosas que ya no necesite utilizar hoy.

—Dana, ¿cuánto te queda? —dijo Lina con Leo en brazos.

—Ya he terminado, vamos a que veas a tu hermano —dije levantándome del suelo.

Salimos de mi piso y fuimos al de Kristian y Laura. Una vez estuvimos en la puerta me fui a marchar pero Lina me llamó la atención.

—¿No vas a venir? —preguntó ella confusa.

—No creo ni que me quiera ver, quédate con Leo a lo mejor le hace ilusión verle —dije y me fui por el pasillo cuando abrieron la puerta.

—¿Lina? ¿Qué haces aquí? —preguntó Jacob.

—Estoy con Dana en su casa, es muy agradable —dijo ella y sonreí, mientras seguía mi camino.

—¿Donde está ella? —preguntó Jacob y aceleré el paso.

—Se fue por allí —dijo Lina.

Hablaron algo más, pero no llegue a escuchar, cuando estaba por las escaleras, solté todo el aire que estaba conteniendo.

—Dana —me llamaron a mis espaldas y me tensé de pies a cabeza, pero no me di la vuelta.

Oí como Jacob iba bajando las escaleras y yo hacía lo mismo, para mantenerme distante de él.

—Espera, Dana —dijo bajando rápido cogiéndome del brazo.

—Suéltame —le dije sin mirarlo.

—Por lo menos me lo puedes decir mirándome —dijo el burlón y me di la vuelta, tenia el ceño fruncido.

—Suéltame —le repite.

—Dana, yo.... Lo siento, no debí a verte dicho eso. Todo lo que dije era mentira. La ira que tenía dentro me estaba comiendo y lo pagué todo contigo y no merecías eso, perdóname —dijo arrepentido, yo seguía con el ceño fruncido y de brazos cruzados.

The BoyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora