Capítulo 12

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Dana

—Veo que has cogido mi camisa —dijo Jacob apoyado en las escaleras de brazos cruzados y mirándome son esos ojos azules.

Le sonreí inocentemente.

—No dejes ropa que pueda coger por ahí —dije como si fuera la cosa más obvia de mundo, los que me conocían lo sabían.

—Tomo nota —dijo y se acercó a donde me encontraba —¿Qué lees? —preguntó mirándome de pie.

Desde aquí me veía mucho más pequeña. Moví mis piernas más hacia mí para indicarle que se sentara y eso hico, luego de que se sentara puse mi piernas donde antes y le sonreí.

—Es que estoy cómoda —dije esperando que no le molestara.

—Nada, tranquila. ¿Qué lees? —me volvió a preguntar.

Ugly Love.

—¿Está en inglés?

—Si, no han sacado la versión en español y creo que nunca lo harán, así que me lo leo en inglés.

—Es gordo, el libro digo —dijo y yo me reí.

—Los tengo más grandes —dije riéndome, sabiendo que suena mal.

Él se rio ronco.

—No pero lo digo en serio, tengo libros más gordos. Mi madre por ejemplo tiene uno de novecientas páginas con letra pequeñita —dije haciendo un gesto con los dedos en la palabra "pequeñita".

—¿Cuál es ese libro? —preguntó.

—IT —dije.

—De miedo... interesante, ¿a tu madre le gusta ese tipo de libros?

—Sip, a mi no, las pelis de miedo no son mi fuerte —dije encogiéndome de hombros.

—¿Y eso?

—No me gustan, me dan miedo.

—De eso se trata, ¿cuantas pelis te has visto?

—Ninguna, algunas a cachos cuando me asomaba al salón—dije y se echo a reír —. Deja de reírte —dije dándole en el hombro.

—Vale, ya paro —dijo alzando las manos, pero aún así se seguía riendo y lo miré mal.

Volví a mi libro pero lo bajo para que pudiera verlo.

—No te enfades.

—No me enfado.

—Si lo haces.

—No, no lo hago.

—Si.

—Que no.

—Que si.

—Que no, pesado —dije.

—Admite que lo haces —dijo retándome.

—Yo nunca admito nada —me crucé de brazos y retándole yo a él con la mirada.

—Hagamos un cosa, si me ganas a un pulso lo dejaré estar, pero si te gano lo admites.

—¡Eso es trampa! —me quejé.

—No es trampa —dijo él.

—Si lo es y lo sabes —dije apuntándole con el dedo.

—Está bien, es trampa —dijo y volvió a descansar sus manos en mis piernas.

—Gracias —dije volviendo a apoyarme en la pared.

—¿Ves? No es tan difícil aceptar algo.

—¡Que no me he enfadado! —le grite y le tiré un cojín a la cara.

The BoyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora