Capítulo 25

1 0 0
                                    

Dana

Me levanté a las nueve de la mañana y las agujetas que tenían eran impresionantes y una vez más maldije a Jacob.

Anoche antes de acostarme me la pasa llorando y luego llegue a la conclusión de que no se merece mis lágrimas por tratarme así, lo pasamos bien lo que duro y eso es lo que importa.

Me levanté de la cama poniendo muecas por las agujetas, me lavé la cara y fui a la cocina a prepararme el desayuno mientras miraba por el ventanal del salón.

Hoy el día estaba nublado y hacía fresquito ya que tenía las ventanas abiertas para que la casa se aireara.

Después de desayunar me cambié y me abrigue algo más de lo habitual. Me puse unos pantalones grises largos, un top gris y una chaqueta del mismo color, me puse los zapatos y me fui a comprar comida para lo que me quedaba hasta mis vacaciones.

Estaba llegando al supermercado cuando me llamaron y contesté.

—¡Danaaa! —me saludo Elena enérgicamente.

—¡Elenaaa! —le respondí de la misma forma sonriendo.

—Hola, mi amor, ¿qué tal estás?

—Muy bien, voy a comprar comida para estos días.

—Vamos a irnos en mi coche que es más grande, ¿vale? —dijo refiriéndose a las vacaciones que aremos.

—Okey, pero me vais a decir ya a donde narices vamos —me quejé.

—No, es sorpresa —dijo Elena divertida.

—Ni tú, ni Inés me lo queréis decir —dije de morros.

—Es sorpresa —repitió.

—Por lo menos me puedes decir que me tengo que llevar —dije suspirando.

—Claro, mandaré un mensaje al grupo con lo que tenéis que llevar.

—¿Cuántos días nos vamos? —pregunté aparcando.

—Una semana, ¿te parece?

—Perfecto, me vendrá bien —dije.

—¿Y eso? —preguntó ella.

—Ya os contaré que tengo que comprar —dije apagando el coche.

—Okey, chau —se despidió.

—Chau —dije y colgué.

Cuando volví a casa recogí toda la comida y me puse a envolver unos regalos que tenía para mis amigas y me compré un par de libros también, no puede resistirme.

Mirando la hora me di cuenta de que era la hora de comer y como no tenía muchas ganas de cocinar me preparé una ensalada de tomate y cebolla, mientras veía algo en la tele.

Me quedaban dos semanas para irme de vacaciones con Elena y Inés, mis mejores amigas, ambas se llevaban muy bien con Laura de echo antes quedábamos mucho más tiempo juntas, pero con todo esto de su hijo le quita tiempo de quedar con nosotras.

Recogí mi plato y lo metí en el lavavajillas, fui al salón y me púese a ver La Bella y la Bestia en Disney +.

A miad de la película llamaron a la puerta, me levanté para abrir y me sorprendió ver a Kristian al otro lado de la puerta.

—Hola —dije sonriendo.

—¿Que ha pasado entre vosotros? —preguntó entrando dentro de mi piso.

—No quiero hablar de ello —dije suspirando.

—¿En serio? ¿La Bella y la Bestia? —dijo sonriendo burlón, cambiando de tema, aunque supe que no sería por mucho tiempo.

—¿Qué? Es la mejor película de Disney, además me siento identificada con Bella —dije mirando la pantalla de la tele, la película estaba pausada.

—¿Y eso por qué?

—Porque quiero vivir ese amor de película haciendo cambiar a lo que a lo mejor es el amor de tu vida sin que tú lo sepas, pero lo quiero ayudar a cambiar a bien.... Bueno tú me entiendes —dije.

—Ya, ¿qué ha pasado? —preguntó con el ceño fruncido esperando una explicación.

—Es un idiota, siempre me dejó llevar por el corazón y eso solo acaba de esta manera —dije frunciendo el ceño.

—¿Pero que a pasado? —insistió.

—¡Que me estaba explotando a hacer ejercicio, por yo que se que! ¡Estuve diez putos minutos en plancha! Me duelen las piernas un montón —dije enfadada.

—¡¿Diez minutos?!

—Si, diez minutos —dije a malas.

—¿Como estaba antes de eso? —preguntó cómo los ojos entrecerrados.

—Normal en este día, hoy a estado súper borde, casi no parecía él —dije recordando como me trató —. Después le entró una llamada y volvió echo una fiera, creo que tiene que ver algo con esa llamada.

Kristian suspiró cansado, como si esto ya fuera normal para él.

—Mira Dana, lo que te voy a contar es para que lo sepas, porque estoy harto de que Jacob se comporte así cada vez que tiene una llamada de su padre.

—¿De su padre? Él me dijo que es huérfano —dije con el ceño fruncido.

—Te mintió, no es huérfano o no del todo al menos —dijo Kristian, yo seguía sin decir nada, le escuchaba atentamente —. Verás, Jacob cuatro años atrás vivía con su familia, madre padre y hermana.

—¿Tiene una hermana? —pregunté sorprendida.

—¿No te lo preguntó al final? —me preguntó él a mí esta vez confuso.

—¿El qué?

—Da igual. Bueno el caso es que una noche cualquiera su padre llegó muy borracho a casa, tanto que no se podía mantener de pie y sus padres empezaron a discutir. Jacob se llevó a Lina a su habitación para protegerla y bajo corriendo para proteger a su madre. Él siempre se llevaba hostias de parte de su padre para que él no las tocara a ellas —dijo y abrí la boca pero no hice ningún sonido —. Su padre mató a su madre de un disparo delante suya, y a él lo hirió en el costado derecho. No se si abras visto alguna vez su cicatriz —dijo y negué.

Estaba impresionada por la historia, pero no sabía a donde quería llegar con todo esto la verdad.

—El caso es que su padre hace unos meses fue acusado del asesinato de su mujer y maltrató a su propio hijo. Su padre lo amenaza con tocar a su hermana si testificara en su contra, de ahí que me sorprenda que no te hablara de su hermana —dijo y fruncí más mi ceño.

—¿Por qué me iba a hablar de su hermana? —pregunté confusa.

—Por qué su hermana corre peligro y te iba a pedir que si se podía quedar aquí contigo para que estuviera más segura —dijo y mi rostro se calmó.

—Claro que se puede quedar —dije —. Ya sabes que para mi eso no es problema —dije y él asintió.

—Lo se, pero te lo tenia que pedir él, pero como habéis discutido pues no va a ser posible —dijo Kristian suspirando.

—Él es el que se tiene que disculpar conmigo, por ser tan exigente —dije de brazos cruzados.

—Lo sé —dijo Kristian sonriéndome —. Bueno, me tengo que ir —dijo y se levantó.

Le acompañe a la puerta y le di un abrazo.

—La semana que viene te quedas a Leo.

—Sip.

—¿Te vas a ir a algún lado?

—Si, las chicas me llevan de vacaciones, pero no se a donde, es sorpresa, pero ya os diré a alguno de los dos —dije y le di un beso en la mejilla antes de cerrar la puerta.

The BoyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora