Jacob
Dana subió al piso de arriba así que supongo que se abría ido a leer, yo mientras me quedé en el salón viendo la serie que estaban viendo los padres de Dana y a las cuatro a así iría un rato a la piscina.
A las cuatro Tom y yo fuimos a la piscina, me quité la camiseta y me metí en la piscina y Tom detrás mía.
—¿Qué tal con mi hermana? —preguntó él.
—Es... interesante —dije y él se rio.
—Dana es una buena chica, siempre va ayudando a la gente por la calle —dijo Tom pensando.
—Nunca había conocido a alguien como ella, que se preocupe tanto por la gente, aunque no les conozca de nada... —eso último lo dije más bajito.
—¿Hay sitio para dos más? —preguntó Aroa detrás nuestras.
Nos giramos Tom y yo y miramos a las chicas, Dana llevaba dos trenzas a y los mechones de delante más cortos fuera, esta muy guapa la verdad.
—Pues no lo sé, pero esto se soluciona de una manera —dijo Tom —. ¡Guerra! —gritó.
Dana se quitó los pantalones dejando ver su bikini completo, estaba muy guapa.
La verdad es que nunca pensé que seria así, como siempre llevaba ropa ancha nunca sabía lo que escondía debajo, pero cuando la vi en el vestido, tengo que admitirlo me quede embobado.
—Jacob, deja de comerte a mi hermana con la mirada —dijo Aroa y me salpicó.
Dana se fue metiendo en la piscina y una vez dentro nos juntamos los cuatros.
—¿A que jugamos? —preguntó Dana.
Como ella era mucho más bajita que nosotros tenía que estar de puntillas, Aroa no porque estaba apoyada en una colchoneta.
—Oye, podemos ir a un sitio donde hagamos todos pie —dijo Dana.
—Bajita —le dijo Tom y ella le sacó la lengua.
—No es mi culpa que seas una jirafa —dijo a Tom.
—La jirafa es él —y me señaló a mi.
—A mi no me metas en tus movidas —dije levantando las manos.
Dana se acercó a su hermana y se apoyó en la colchoneta también.
—Bueno, ¿entonces a que jugamos? —preguntó Aroa.
—Podemos hacer guerra de caballitos —dijo Dana con una sonrisa en la cara.
—Somos muy mayores para eso —dijo Tom.
—Que manía con poner edad a todo —protestó ella poniendo los ojos en blanco.
—A mi me parece buena idea —le di la razón.
—Gracias —me agradeció.
—Okey, pues no se hable más. Yo me pido a Tom —dijo Aroa y se dirigió a Tom.
—¡Oye, eso es trampa! —protestó Dana.
—Tu conoces más a Jacob —dijo ella encogiéndose de hombros.
Dana se acercó a mi, pero me tuve acercarme yo a ella, porque no llegaba.
—¿Te estas riendo de mi? —preguntó ella sonriendo.
—Si, ¿algún problema? —la reté.
—Muchos, pero ahora hay que machacarlos —dijo poniéndose detrás mía.
—¿Listos? —dijo Tom.
—Si —dijimos a la vez.
Tom y yo nos metimos bajo el agua y Dana se sentó encima de mis hombros.
Salí de debajo del agua y puse mi manos en sus muslos.
—Osita, esperar que me tengo a estar tan alta —dijo Dana en cuanto salí a la superficie.
Todos no reímos y después de unos minutos Tom y yo nos acercamos el uno al otro y las chicas se pusieron a empujarse e intentar tirarse la una a la otra.
—Vamos Dana —la anime mientras que Tom hacía lo mismo, y segundos después Aroa calló y Tom detrás de ella.
—¡Toma! —celebró Dana, chocamos los cinco —. Somos los mejores —dijo sacando bíceps y yo me reí.
Dana segundos después gritó y nos caímos al agua inesperadamente.
Salí dejado del agua y busqué a Dana la cual también estaba saliendo tosiendo.
—Casi me ahogo por vuestra culpa —dijo a sus hermanos.
—Oye, que fue Tom —dijo Aroa y Tom sonrió nervioso.
Dana fue tras él, intentando ahogarle, pero él la ahogó a ella.
—Tiempo muerto, que no puedo respirar —dijo Dana respirando pesadamente.
—¿Que hacemos ahora? —pregunté.
—Que las chicas nos cojan a nosotros —dijo Tom.
—¡¿Que?! ¡¿Estáis locos?! —dijeron las dos a la vez y nos reímos.
—No podemos con vosotros —dijo Dana.
—Ni si quiera lo habéis intentado —dije mirando a Dana y está me miro mal.
—Vamos a intentarlo —dijo Aroa girándose a su hermana, la cual seguía en el bordillo cogiendo aire. Rodeo los ojos pero se acabó acercando a nosotros.
—Las mismas parejas —dijo Tom.
—Oye, Aroa es más alta que yo, que coja él a Jacob —dijo Dana.
—Nop —se limitó a decir a Aroa y se acercó a Tom.
—Como os odio —dijo ella.
—Me siento ofendido —dije para mosquearla.
—Cállate —espetó ella.
—Cállame —la dije en el odio una vez estuvo a mi lado.
—Más tarde —dijo ella con una sonrisa coqueta.
Yo me quede sorprendido por su respuesta.
—A sus puesto —dijo Tom.
Dana se puso delante mía y cuando se hundió me subí encima suya. Salió a la superficie sujetándome de los muslos como hice yo con ella, se quitó los pelos de la cara y Aroa y Dana se quedaron mirándose una a la otra y Dana se acercó a Aroa y empezamos a empujarnos Tom y yo.
—Venga Jacob, que los entrenamientos que haces sirvan para algo —me "animo" Dana.
Empuje a Tom y callo a la piscina y cuando lo iba a celebrar Dana me tiró.
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The Boy
RomanceDe la noche a la mañana puede cambiar tu vida inesperadamente. Esta es la historia de una chica normal y corriente que una madrugada cambió su vida, conociendo al que puede que sea amor de su vida.