JiMin estaba sentado en una atestada cafetería, con su mocha de caramelo en mano, intentando fingir que no estaba nervioso.
Él estaba nervioso. Tan nervioso, que literalmente saltó cuando su celular zumbó en su bolsillo. Trató de sacarlo y lanzó una tonta risita de alivio cuando escuchó a Hyun en el otro extremo de la línea.
—¿Ya llegó?—Hyun preguntó.
—No. Te lo dije. Se supone que no nos veremos hasta las tres en punto. No por quince minutos más.
—Pensé que podría llegar temprano.
—Entonces, ¿por qué llamaste?
—¡Me estoy muriendo aquí! Tienes que llamarme en cuanto termines.
JiMin se rió, relajándose un poco frente a la característica e inquietante impaciencia de Hyun.
—Lo haré. Te dije que lo haría. ¿A quién más podría llamar?
—Definitivamente ninguno de tus otros conocidos. No puedo creer que realmente estés haciendo esto. Te divertirás mucho.
Moviéndose inquieto en su asiento, JiMin procuró agriarse cuando preguntó:
—¿Llamas a esto divertido?
—Bueno, vas a estar pagándole un montón de dinero. Será mejor que te diviertas.
Para su infinita mortificación, JiMin se sonrojó con vehemencia, incluso sentado solo en una mesa en una atestada cafetería. Él murmuró algo incoherente.
Hyun se rió.
—¿Qué fue eso?
—Cállate. Ya me siento avergonzado. Todavía no estoy seguro de si voy a seguir con esto.
—Bueno, definitivamente no sigas si él emite malas vibras. Lo digo en serio. La más leve punzada de rareza y sales de allí.
La voz del amigo de JiMin se había alterado. Él hablaba en serio ahora.
—Lo sé. Tengo veintiún años y no soy tonto. Tengo un buen sensor de hombres. Pero no puedo imaginar que sea espeluznante. Es decir, tienes alrededor de catorce referencias de él, ¿no es así?
—Dieciséis. —corrigió JiMin. —El hombre debe ser un dios. Nunca había escuchado tales delirios. Algunos de estos hombres son arpías frígidas de mediana edad, pero este tipo...
JiMin se aclaró la garganta y sintió nervios en su estómago otra vez.
—Umm, sí. Eso es bueno de todos modos. Si voy a hacer esto, me aseguraré de que sea con el tipo correcto.
—Suenas nervioso.
—Por supuesto, estoy nervioso.— espetó JiMin, arremetiendo cuando su ansiedad comenzó a aumentar.
La voz de Hyun cambió de nuevo.
—JiMin, no tienes que hacer esto, ya sabes. No hay absolutamente nada raro o antinatural acerca de ti.
—Lo sé. Pero estoy cansado de seguir siendo un... —JiMin bajó la voz para que los otros clientes no pudieran escucharlo. —Seguir siendo virgen. Es ridículo. Y estoy cansado de estar esperando que un hombre se ocupe de este incómodo detalle.
—JiMin-
—Hemos hablado una y otra vez de esto. —JiMin interrumpió de nuevo. —¿Tenemos que hacerlo de nuevo?
JiMin había llegado a la escuela secundaria y la universidad sin tener relaciones sexuales, principalmente porque había estado en vano enamorado de su ex mejor amigo durante todos esos años: un dulce y adorable jugador de fútbol que nunca había estado interesado en él de esa manera. Nadia más que le resultara remotamente atractivo estaba interesado en él en lo absoluto.
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Acompañante
FanfictionLo contrató para tomar su virginidad, pero ahora él quiere aún más. Jimin puede ser un escritor de romance popular, pero nunca ha sido nada más que un fracaso con el sexo y el amor en su vida personal. Aún virgen a los veinticuatro años y cada vez...