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El castaño despertó desubicado con un dolor de cabeza fuerte y la garganta seca

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El castaño despertó desubicado con un dolor de cabeza fuerte y la garganta seca. Se sentó en la cama y sintió unas ganas de vomitar. Se alarmó al no encontrarse en su habitación, miró a su alrededor encontrándose con una mata de rizos y no pudo evitar gritar empujando a la persona que estaba al lado de él ocasionando que esta cayera al sueño. Diablos, se desesperó al no encontrarse en casa. 

—¡Ah mierda! —exclamó Chris sobándose el cuello. Seungmin abrió sus ojos y su pulso se elevó. 

—¡Christopher! —gritó—. Mierda joder tapate —habló con sorpresa y vergüenza al ver a Bang completamente desnudo. 

El rizado tomó su bóxer y se los puso. Mierda, qué había hecho Seungmin. Estaba completamente en shock. Al ver que el menor claramente no traía nada debajo de las frazadas y que él despertar estaba desnudo, sabía con certeza lo que había ocurrido. Miró a Seungmin quien tenia la cara tapada entre sus manos. Con temor se sentó al lado de él, sentía que en cualquier momento iba a explotar, claramente odiaba a Christopher. Seung levantó su mirada y se encontró con la de Chan. Se le oprimió el pecho de ver las lágrimas en los ojos del menor. 

—¿Qué hicimos? —susurró con temor. Chris suspiró y lo miró no queriendo decirlo en voz alta. 

—Tu cara lo dice todo —se tomó de los cabellos—. Joder, me duele la cabeza y el trasero. 

El mayor largó una carcajada y Seungmin lo golpeó. Sonrió al ver que este ya no lloraba. 

—Me duele la puta cabeza —se quejó Christopher mirando la hora de su teléfono. 

—Te aprovechaste de mí —informó el omega. Chan se alarmó al escuchar al ojiazul. 

—¡No! No me acuerdo de nada —dijo un poco enojado ante la acusación del castaño. 

—Yo tampoco. 

—¿Por qué no lo repetimos? —dijo seductoramente el rizado a la vez que se subía sobre Seungmin. 

—Christopher, aléjate —rió por las cosquillas que los besos del mayor le dejaba en su mandíbula—. Aléjate, imbécil. 

Empujó a Chan y se empezó a vestir, no le importaba estar desnudo enfrente de él, solo se quería ir antes de que se volviera incómodo. Por favor, Christopher era su enemigo, la persona que lo molestaba por años. 

—No recuerdo lo que ocurrió, pero no volverá a ocurrir —comentó Seungmin, ya completamente vestido, tomando su teléfono y billetera.

—No me importa, Seungmin, puedo follarme a cualquier chica —eso fue lo último que escuchó el menor antes de salir de la habitación. 

Salió del edificio y apoyó su frente en la fría pared, luego se golpeó la cabeza contra la pared. Algunas personas lo volteaban a ver con cierta curiosidad y asombro. 

—¿Qué hiciste Seungmin? —se repetía. 

Cuando llegó a casa su madre lo recibió en brazos con fuerza. Miró sobre el hombro de su madre encontrándose con Jisung. 

—¿Dónde estabas? Estaba muy preocupada por ti, mi niño. Llamé a todos tus amigos y no sabían de ti, no me dijiste nada. Casi llamo a la policía —abrazó fuerte a Seungmin. 

—Seung, estábamos preocupados por ti. Anne me llamó y vine tan rápido —se sentó a lado del castaño—. Te había estado buscando por toda la fiesta, pero unos amigos me detuvieron. 

—No deberías tomar mucho alcohol, cariño —dijo Anne preocupada. 

—Ya estoy grandecito, sé lo que hago —Claramente no, te acostaste con Christopher al que odias. Se reprendió el mismo. 

—Lo sé, sólo avísame la próxima vez —comentó Anne—. Te haré un sándwich y te traeré un vaso de agua. 

Suspiró cuando su madre se fue a la cocina. 

—Felix me dijo que te vio salir con un chico —comentó Jisung. Seungmin abrió sus ojos alarmado.

—No sé de qué hablas —habló nervioso esquivando la mirada de su amigo. 

—¿Fuiste a tener sexo? ¿con quién? —preguntó Han con las cejas alzadas. El castaño frunció el ceño. 

—No fui a follar —dijo nervioso. 

—Claro, hasta aquí huelo el olor a semen —dijo divertido, pero se borró su sonrisa al ver la cara de Seungmin. 

—Ni me lo recuerdes. 

—¿Por qué? ¿No era bueno en la cama? ¿O la tenía chiquita? —preguntó. Se sorprendió al saber que Seungmin tuvo sexo con algún extraño, no era de los chicos que salen a fiestas y se acuesta con cualquier persona, el castaño prefería mil veces quedarse en casa leyendo algún libro o viendo una película. 

—No es eso —dijo Seung. 

—No se te paró —empezó a reír. Empujó a Jisung, siempre sabía como subirle el ánimo. 

—No quiero hablar de eso —rió—. Me iré a bañar. 

Se paró para luego subir las escaleras—. No te vayas, haremos maratón de películas. 

 

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Hace mucho frío gente, estoy que me congelo :')

¡Muchas gracias por leer! <3

𝗨𝗻𝗮 𝗹𝗹𝗲𝗴𝗮𝗱𝗮 𝗶𝗻𝗲𝘀𝗽𝗲𝗿𝗮𝗱𝗮 | 𝐂𝐇𝐀𝐍𝐌𝐈𝐍Donde viven las historias. Descúbrelo ahora