| f i n a l |

399 51 9
                                    

3 años después.

Bang Olivia, nació un sábado del mes de noviembre. En el momento que estuvo en los brazos de sus padres abriendo sus manitas y cerrandolas, Seungmin sabía que había valido la pena todo lo que habían pasado porque ahora tenían una familia. Durante esos tres años hubo llantos, días sin dormir bien, regaños, pero eso no equivalía a los momentos en que miraba a las dos criaturas durmiendo junto a él y eso le llenaba el pecho de un sentimiento cálido. A los tiernos momentos en que Christopher llegaba de la nada y le decía lo precioso que era y los largos besos por las noches.

Olivia había sacado los ojos azules del menor, algo que Chris había adorado, los castaños rizos del mayor y los adorables hoyuelos, la nariz de Seungmin. Se parecía más a Christopher que de Seungmin y eso no le molestaba al castaño ya que la pequeña claramente había sacado su forma de ser. Siempre se enojaba por todo.

Cuando Olivia cumplió su primer año, el rizado propuso que se mudaran a una casa más grande con más habitaciones puesto que Chan ya se había incorporado en la empresa de su padre. Así que a los pocos meses se mudaron a una casa con más habitaciones, con un gran patio trasero, Seungmin había disfrutado en pintar y planificar donde iría cada cosa.

El castaño estuvo andando de un lado para otro sin descanso, puesto que era el cumpleaños número dos de la pequeña Olivia. Quería que todo saliera bien, pero estaba empezando a retractarse ya que estaba agotado de ir corriendo por todos lados. Debió de escuchar al rizado y no hacer una gran fiesta porque su pequeña no lo recordaría cuando fuese más grande, pero el menor de terco insistió en la fiesta hasta que cansó a Chris, saliéndose con la suya.

Sonrió cuando miró de lejos como el ojiverde batallaba en peinar a la pequeña. Le había dejado lo peor al rizado, ya que la pequeña berrinchuda no dejaba que le cepillaran el cabello. Si fuera por ella estaría bruja todo el día, pero Christopher adoraba a esa pequeña diablilla, la consentida en todo. Todos sabían que Bang amaba mucho a su pequeña hija.

Miró de reojo cuando alguien entró al patio encontrándose con Felix y su hija en brazos de éste.

—¡Feliz cumpleaños! —exclamó Lix envolviéndola en un abrazo de oso hasta que la pequeña alejó a Lee.

—¡No quiero! —chilló Olivia.

—¿Así que no quieres tu regalo? —preguntó mostrando una bolsa de regalo. Oliv se puso de puntitas alzando los brazos para poder alcanzar su obsequio.

—¡Tío! —hizo un puchero jalando la camisa del ojimiel. Seungmin negó. Sabía las tácticas de su pequeña para conseguir las cosas, lo sabía porque siempre pasaba con Christopher, en cambio él no caía en esos pucheros y tiernas caras.

—Me dijo tío —se llevó una mano al pecho para luego darle el regalo a la pequeña Olivia.

—Creo que no puedo negarme a ese puchero —dijo divertido para caminar hacia la mesa de postres donde se encontraba el ojiazul para ayudarlo a acomodar los postres en la mesa.

—Sí, esa niña consigue todo con ese puchero —negó con una sonrisa—. Christopher le concede todos sus caprichos.

—¡Oh, no hables, porque a ti igual te los cumple! —bromeó. Aunque era cierto, lo había visto. Seungmin y Olivia eran todo para Chan.

—Chris, me adora —sonrió terminando de acomodar todos los cupcakes—. Felix.

—¿Sí?

𝗨𝗻𝗮 𝗹𝗹𝗲𝗴𝗮𝗱𝗮 𝗶𝗻𝗲𝘀𝗽𝗲𝗿𝗮𝗱𝗮 | 𝐂𝐇𝐀𝐍𝐌𝐈𝐍Donde viven las historias. Descúbrelo ahora