Octavo mes
El castaño ya había entrado a su octavo mes de gestación y con ello los dolores de piernas se intensificaron, algo que hacía que estuviera molesto la mayor parte del tiempo y para terminar se le hacía difícil caminar con su enorme vientre, puesto como les explicó el doctor la bebé estaba colocada boca abajo para el momento del parto, eso le ocasionaba estar incómodo al caminar. En la ecografía pudieron saber que su bebé pesaba 2,400kg y Seungmin lo sentía, ya que le dificultaba un poco respirar ya que su pequeña bebé ocupaba mucho espacio. Christopher estaba adorado cuando su pequeña bebé se movía y podía distinguir los piecitos a través de su piel. Su pecho se llenaba de emoción al mirar los ojos brillantes del rizado para después besar la piel desnuda de su vientre.
Pero ahora no quería saber nada de pataditas. Se encontraba en clases y los movimientos de su bebé no paraban y le hacían perder la concentración en la explicación del profesor y menos con las caricias que el rizado le proporcionaba.
—Chris —le llamó la atención. Este despegó su atención del profesor para mirar al castaño.
—¿Qué pasa? ¿Te sientes mal? —preguntó preocupado. Le dio una sonrisa de ternura para despreocupar al rizado.
—Nada —acarició la mano de éste con su dedo pulgar. Se había vuelto super cariñoso con Christopher, por una parte le había sorprendido porque jamás pensó ser así con una persona y nunca lo fue con sus antiguas parejas—, es solo que la bebé se estaba moviendo mucho y no me deja concentrarme y necesito aprender algo porque tenemos exámenes finales en unas semanas.
—Ow —apretó las mejillas del castaño y se agachó un poco a la altura del vientre de este, mirando con adoración—. Pequeña, tu papá necesita concentrarse y sé que a ti te encanta estar moviéndote, pero chiquita mi novio está siendo un poco gruñón aquí —Seungmin rodó los ojos ante aquel comentario—, así que mantente calmada y rato, mi amor.
—Chris ya, que el profesor nos empieza a mirar raro —el rizado levantó la mirada—. Capaz y piense que me estás dando una mamada.
Chan abrió los ojos alarmado. Estaba seguro que el profesor era capaz de darles una suspensión, así que se enderezó para sentarse bien. Sintió sus mejillas calentarse cuando varios par de ojos los miraban expectantes.
—Bang, compórtese en clases si no quiere una suspensión —demandó serio el profesor. Christopher asintió rápido—. Prosigamos donde estábamos.
—Ay, Chris —negó avergonzado por las miradas de sus compañeros.
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El castaño comía tranquilamente sus ricas fresas con chocolate, pero de un momento a otro sentía la mirada de Christopher sobre él y odia a las personas que te miraban fijamente, lo hacía sentir incómodo.
—¡¿Puedes dejar de mirarme?! —soltó exasperado.
—No cambias —negó divertido—. Eres el mismo gruñón de cuando nos odiábamos.
Se acercó al castaño que estaba apoyado en la cabecera de la cama. Se acercó poco a poco hasta que sus rostros estuvieron a pocos centímetros de distancia y sus respiraciones mezclaron. Christopher podía oler el dulce olor de las fresas.
—Chris —lo miró a los ojos y por un momento logró perderse en aquellos ojos. Luego su mirada fue en los rojos labios del rizado. Se preguntó si era normal el cosquilleo que sentía en ese momento y las ganas que tenía de besarlo hasta que sus labios pidieran piedad.
—¿Te han dicho lo precioso que eres? —preguntó muy cerca de sus labios. Podía sentir el conocido cosquilleo en sus labios. Seungmin negó sonrojado, eso le causó cierta ternura—. Pues eres malditamente precioso, siempre lo supe. Tus jodidos ojos son mi perdición, la manera en que eres tan suelto, pero conmigo eres tan tierno.
—Chan...
—No he terminado así que calla —exigió para luego dejar besos por toda la mandíbula del contrario recibiendo a cambio débiles suspiros—. Estoy enamorado en la forma en que te acomodas el cabello, en la forma en que achinas los ojos cuando sonríes y en esa maldita sonrisa, en la manera en que me besas y estoy agradecido contigo.
—¿Por qué? —se alejó del rizado confundido.
—Por cargar a nuestra bebé, por dejarme amarte, cuidarte y protegerte, por todo —finalizó con un beso en la nariz del castaño.
—Algo quieres —miró al rizado con desconfianza. No podía dejar pasar el sonrojo en su rostro y la sensación de calidez en su pecho, tampoco podía dejar pasar la sonrisa tímida de Christopher.
—Oh por favor —se quejó el ojimiel. Tomó al castaño de las mejillas con un puchero—. Te solté un discurso de amor y piensas que quiero algo.
—Sí —dijo divertido, pero tomó la chaqueta del rizado para acercarlo—. Amor, ¿puedes masajear mis pies? Es que me están matando.
—¡Oh Dios, me dijiste amor! —exclamó Chris. El menor abrió los ojos con sorpresa. No se había dado cuenta de lo que dijo, sin embargo, no se arrepentía, no con la sonrisa que le daba Chan en esos momentos—. Repitelo.
—No —negó con un puchero—, primero mi masaje.
Suspiró antes de sentarse cerca de las piernas del castaño para después tomar los pies de Seungmin y empezar a masajear escuchando los ligeros ronroneos de él.
—Seungmin —llamó. El castaño soltó un quejido—, tenemos que hablar.
Dejó de masajear los pies del castaño para levantarse y sentarse a un lado de él. Levantó la barbilla para mirar al castaño y sin más entrelazó sus dedos el simple roce de sus manos hacían su corazón latir con mayor fuerza. El menor podía sentir las yemas de los dedos de Chris recorrer toda su palma, como si intentara memorizar cada centímetro para luego guardarlo en su mente. Ese pensamiento lo hizo sonreír.
—Sé que esto te sonará algo apresurado, pero por favor mudate conmigo —suplicó dándole un apretón a sus manos—. Lo digo porque la bebé no tiene una habitación —explicó nervioso—, y cuando nazca no quiero separarme de ustedes, quiero tenerlos a todas horas. Además, ¿quién te iba a ayudar con la bebé en las noches cuando haya nacido?
—Chris —acarició las mejillas de Chan intentando calmarlo—, sí quiero, demás estoy seguro que no iba a dejar que te vayas una vez que la tenga, no sé nada sobre los bebés, te voy a necesitar siempre a mi lado.
—¿Eso es un si? —Seungmin rió por lo tímido que se estaba portando Christopher. Era muy dulce cuando se ponía así.
—Sí, amor —dijo enfatizando la última palabra. Bang sonrió para luego lanzarse a besarlo por todo el rostro repitiendo miles de "gracias".

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𝗨𝗻𝗮 𝗹𝗹𝗲𝗴𝗮𝗱𝗮 𝗶𝗻𝗲𝘀𝗽𝗲𝗿𝗮𝗱𝗮 | 𝐂𝐇𝐀𝐍𝐌𝐈𝐍
Fanfiction❝𝖲𝖾𝗎𝗇𝗀𝗆𝗂𝗇 𝗒 𝖢𝗁𝗋𝗂𝗌𝗍𝗈𝗉𝗁𝖾𝗋 𝗌𝗈𝗇 𝖾𝗇𝖾𝗆𝗂𝗀𝗈𝗌 𝗉𝖾𝗋𝗈 𝖾𝗇 𝗎𝗇𝖺 𝗇𝗈𝖼𝗁𝖾 𝖽𝖾 𝖻𝗈𝗋𝗋𝖺𝖼𝗁𝖾𝗋𝖺 𝖺𝗆𝖻𝗈𝗌 𝗍𝗂𝖾𝗇𝖾𝗇 𝗌𝖾𝗑𝗈, 𝖲𝖾𝗎𝗇𝗀𝗆𝗂𝗇 𝗊𝗎𝖾𝖽𝖺 𝖾𝗆𝖻𝖺𝗋𝖺𝗓𝖺𝖽𝗈 𝗒 𝖺𝗁𝗈𝗋𝖺 𝗍𝖾𝗇𝖽𝗋𝖺́𝗇 𝗊𝗎𝖾 𝗅�...