| e p i l o g o |

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3 meses después.

El castaño se removió gruñendo cuando sintió besos por todo su cuerpo. Intentó volver a dormirse pero Christopher empezó a morderle sus glúteos.

—Chan —gruñó molesto, enterrando su rostro en las almohadas—, deja que duerma. Anda y ve si tu hija ya despertó.

—Seungmin, son las cinco de la tarde —dijo divertido mientras besaba la espalda del castaño.

—¿Y? Estoy cansado, tú me dejaste cansado —murmuró sobre las almohadas—. Solo esperaste que tu hija se durmiera, así que déjame dormir.

—¿Se te ha olvidado que te voy a llevar a una cita? —sonrió mientras sus dedos se enterraban en el cabello de este—. No tardan Hyunjin y Felix en venir a buscar a Olivia.

—¿Crees que se hayan dado una oportunidad de volver a estar juntos? —alzó su cabeza para poder mirar mejor al rizado.

—No estoy seguro —habló—, pero yo creo que sí. Ayer que hablé con él se oía feliz y algo agitado. Escuché la voz de Felix, no quiero sacar una conclusión precipitada.

—Sabes lo nervioso que estaba Lix cuando le dije que Hyunjin iba a venir a la fiesta de Oliv —comentó a la vez que se levantaba de la cama y se sentaba en el regazo del rizado.

—Uh, Seungmin —se quejó—. Creo que tienes que ir a vestirte.

—¿Y si nos quedamos aquí? —hizo un puchero abrazándose al cuello de Chan. Este negó quitando al castaño de su regazo.

—De ninguna manera. Quiero que dentro de media hora ya estés vestido —tomó la barbilla de este levantándola para que lo mire a los ojos—. Y más hermoso de lo que ya eres.

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—¡Papá! —se quejó la pequeña cuando Christopher cambió de canal solo para molestarla—. ¡Quiero!

Exclamó Olivia apuntando la pantalla del televisor. El rizado se hizo el sordo. Despegó su vista de la pantalla cuando escuchó a su pequeña hija llorar. Tenía un puchero y la cara arrugada.

—¡Oh no, pequeña! —la tomó en brazos para luego besar sus cachetes regordetes para hacerla reír y dejara de llorar pero no funcionó—. Deja de llorar. ¡Mira!

Señaló la pantalla cuando puso la película que Olivia miraba minutos atrás, pero la pequeña no dejó de llorar. Chris empezó a hacerle caras graciosas pero tampoco pareció funcionar y se estaba desesperando.

—Ya no llores, cariño —suplicó—, sino papá Seungmin me va a dar un sermón si te encuentra llorando.

Y como si fuera un milagro la bebé dejó de llorar ladeando su cabeza como si no entendiera nada y luego se segundos empezó a llorar de nuevo.

—Oh vamos —exclamó Chris—. ¡Estás castigada jovencita!

La apuntó y la pequeña Olivia empezó a reír llevando sus manitas al rostro del rizado para acercarlo y babearle la mejilla.

—¡Que asco! —dijo quitándose la saliva de su mejilla—. Me dejaste toda la mejilla con tu saliva.

En ese momento el timbre resonó en toda la casa, Chan se levantó con su pequeña en brazos para abrirles a la puerta a Felix y Hyunjin. Para sorpresa del rizado ambos chicos estaban tomados de las manos.

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𝗨𝗻𝗮 𝗹𝗹𝗲𝗴𝗮𝗱𝗮 𝗶𝗻𝗲𝘀𝗽𝗲𝗿𝗮𝗱𝗮 | 𝐂𝐇𝐀𝐍𝐌𝐈𝐍Donde viven las historias. Descúbrelo ahora