q u i n c e

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Seung: Christopher.

Seung: CHRISTOPHER.

Chris: ¿Qué pasa? ¿Te sientes bien? ¿Necesitas algo?

Seung: Calma me encuentro bien, pero estoy muy aburrido :'(

Chris: ¿Y?

Seung: Ugh te odio.

Chris: Era broma.
¿Quieres que te pase a buscar y vemos una película en mi departamento?


Seung: Por favor, me muero de aburrimiento.

Chris: En unos momentos estaré ahí, Pastelito.

Dejó su teléfono en la mesita de noche gruñendo por el apodo. Sabía que a Chan le gustaba molestarle, así que no le tomó importancia. Se levantó con pereza y empezó a cambiarse de ropa. Optó por ponerse unos jeans y un suéter azul. Estaba amando esos suéter, se le hacían muy cómodos. Para cuando terminó de vestirse el timbre sonó.

Bajó las escaleras arreglando su cabello, antes de salir se despidió de su madre. Christopher lo estaba esperando afuera del coche.

—Hola —saludó—. ¿Estabas ocupado? Si lo estabas, lo siento.

—No lo estaba —dijo cansado el rizado—. Casi acabo de despertar.

Era lógico apenas eran las nueve de la mañana, mayormente a esa hora seguía durmiendo, pero se levantaba corriendo a vomitar y luego de eso ya no podía conciliar el sueño.

—Nos vamos —preguntó el rizado. Seungmin asintió.

Le abrió la puerta a Seung siendo caballeroso.

Cuando llegaron al departamento del mayor, Kim se sorprendió un poco por lo organizado y limpio que se encontraba el departamento de Christopher. Y él apenas le daban ganas de limpiar su cuarto.

—Tienes un bonito departamento —halagó—. ¿Vives solo?

—Sí —respondió Chris—. ¿Quieres algo de tomar?

Seung negó sentándose en el sillón que se encontraba en la sala, era muy cómodo. Chan tomó el control remoto tomando asiento a lado del castaño.

—¿Seguro que no quieres algo? —el menor lo pensó estirándose en el sillón.

—¿Tienes chocolate? —sonrió—, muero por una de chocolate blanco, no, mejor helado de galleta —dijo con la boca hecha agua. Chan rió mirándolo con ternura.

—No tengo helado —el ojiazul hizo un puchero cuando oyó la respuesta del rizado—, pero saldré a comprarlo y de paso voy por una pizza.

—Sí —gimió gustoso y complacido por las atenciones.

Para cuando Christopher volvió de comprar se encontró con un Seungmin dormido en el sillón. Dejó las cosas en la mesa ratonera y se incó al lado del menor viendo como dormía. Acercó sus manos en la mejilla del castaño acariciándola, inspeccionando las pestañas gruesas que tenía Seungmin. El castaño se removió abriendo los ojos, Chris se alejó por completo.

—Te quedaste dormido —explicó—. Anda lavarte las manos para que puedas comer.

—Chris, mi helado —se quejó. El rizado sonrió negando con la cabeza.

—Primero, comes adecuadamente y luego puedes comer todo el helado que quieras.

—Hablas como mi madre —bufó levantándose.

Luego de minutos ambos se encontraban viendo una película de risa escogida por Seungmin. El rizado oía como el menor soltaba pequeñas risas.

—Seungmin —llamó.

—¿Qué pasa? —preguntó sin despegar la vista de la pantalla. En sus manos se encontraba el bote de helado.

—Vente aquí —palmeó su regazo, Kim lo miró sorprendido—, quiero acariciar tu vientre.

Seung no rechistó y se subió en el regazo del rizado pegando su espalda en el pecho de este y su cabeza la recargó en el hombro de Chris.

—¿Se siente bien? —preguntó cuando escuchó los ligeros ronroneos de parte del castaño y siguió acariciando suavemente el vientre del menor. Últimamente Christopher se estaba enamorando del vientre del castaño y eso que no ha crecido mucho.

—Tus caricias me están dando sueño —murmuró cansado.

—Duerme entonces —comentó Chan.

—No mejor cuéntame algo —respondió volteándose a verlo.

—¿Qué quieres saber?

—¿Antes de esto habías querido tener hijos? —preguntó un poco dudoso no queriendo incomodar a Bang.

—Sí, pero no pensé que tan pronto —respondió siguiendo con las caricias—, pero ahora ya quiero tenerlo entre mis brazos.

Seungmin sonrió ante la respuesta y se pegó lo más posible a Chris. Al rizado no le molestó en lo absoluto.

—¿No tienes miedo? Digo, vamos a ser padres primerizos —habló el menor.

—Un poco. No tengas miedo porque me vas a tener a mí y a tu familia. Claro, también contarás con la mía —aclaró con una sonrisa.

Seungmin recordó la conversación que tuvieron en la Universidad acerca de por qué lo molestaba y el rizado había respondido que tenía sus razones, quería saber cuáles eran sus razones.

—¿Cuáles eran tus razones para molestarme? —preguntó mirándolo a los ojos. El rizado no comprendió la pregunta cuando salió de los labios del menor, pero luego de unos segundos relajó su rostro.

—Quería llamar tu atención.









































Muero de ternura con estos dos ㅠㅠ, gracias por leer <3.

𝗨𝗻𝗮 𝗹𝗹𝗲𝗴𝗮𝗱𝗮 𝗶𝗻𝗲𝘀𝗽𝗲𝗿𝗮𝗱𝗮 | 𝐂𝐇𝐀𝐍𝐌𝐈𝐍Donde viven las historias. Descúbrelo ahora