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Aunque en Transformaciones les fue bien, durante la clase de Pociones con el profesor Slughorn junto a los de Gryffindor no se sintieron tan cómodos. No por las clases, ya que la poción curadora de forúnculos la elaboraron con éxito ganando puntos para Slytherin, sino porque escuchaban como McLaggen y Miller reían a sus espaldas.
Ninguno de los dos pudo entender que era lo que tanto murmuraban sobre ellos, aunque lamentablemente pronto lo descubrirían.
Para la última clase del día, Scorpius, Albus y los otros Slytherin bajaron corriendo los escalones delanteros hacía el parque, para asistir a su primera clase de vuelo. Era un día claro y ventoso. La hierba se agitaba bajo sus pies mientras marchaban por el terreno inclinado en dirección a un prado que estaba al otro lado del Bosque Prohibido, cuyos árboles se agitaban temerosamente a distancia.
Los Gryffindor ya estaban allí, y también veinte escobas, cuidadosamente alineadas en el suelo. Entonces llegó la profesora, la señora Hooch.
— Bueno, ¿qué están esperando? Todos tomen su escoba. Vamos, rápido.
Tanto Albus como Scorpius miraron sus escobas. Eran viejas y algunas de las ramitas de paja sobresalían formando ángulos extraños.
— Coloquen la mano derecha encima de su escoba —les indicó la señora Hooch— y digan «arriba».
— ¡ARRIBA! —gritaron todos.
La escoba de Scorpius saltó de inmediato en su mano, igualmente sucedió con la de Rose pero fueron de los pocos que lo consiguieron. La escoba de Albus no se movió en absoluto.
— Vamos, ahora no tenemos tiempo para atrasos. Vamos, digan arriba. Díganlo con fuerza —indicó Hooch.
— ¡ARRIBA! —dijeron nuevamente todos, a excepción de Scorpius y Rose.
Todas las escobas se levantaron, solamente la de Albus quedó en el piso.
— ¡ARRIBA! ¡ARRIBA! ¡ARRIBA! —gritaba Albus.
Pero nada sucedió, su escoba no se movía ni un centímetro. Albus había comenzado a desesperarse mientras que Nicholas reía a carcajadas, aunque se podía escuchar como Connor le susurraba que no riera.
— Oh, por Merlín. Que humillante. Él realmente no es como su padre, ¿no? —decía Polly.
— Albus Potter, el squib de Slytherin —se burló Nicholas.
La clase comenzó a reírse, pero no eran todos. Solamente eran los Gryffindor riendo, a excepción de Rose, Macy y por alguna razón Connor tampoco reía. Los Slytherin, por su parte, no se rieron. Aunque tampoco trataron de defenderlo.
— Albus, escúchame solamente a mi. No les hagas caso, tú puedes hacerlo. Yo confío en ti, y tú también tienes que confiar en ti —lo animó Scorpius.
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Amor para valientes • Scorbus
Hayran Kurgu❝No es un final, es un por siempre❞ El miedo al amor existe, quienes se hayan dado a la tarea de amar intensamente saben muy bien que el amor es solo para valientes, si temes ser lastimado no es para ti. Los que tienen miedo del amor nunca aceptan c...