Capítulo 31 • Orgulloso de amar

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Lyra reía por lo bajo ante la situación, tal parece que el universo siempre quería que sus padres se enteren de sus respectivos romances aunque no fuera por ellos mismos. Ahora le había tocado a Scorpius porque no se atrevía a decírselo a sus padres.

— ¿Lo sabías, Lyra? —le preguntó Isabella.

— Sí, mamá —asintió Lyra.

— ¿Por qué mi niño no me contó que esta enamorado? —preguntó Isabella.

— No es fácil hablar con los padres sobre eso —dijo Lyra.

— Para mi si lo fue, tu abuelo Severus fue el primero en saber que yo estaba enamorada de tu padre —dijo Isabella.

— Bien, sí. Pero somos otra generación, mamá —le dijo Lyra.

— Comprendo —asintió Isabella.

— No te molesta, ¿verdad?

— Claro que no, Lyra. Al contrario, mi niño enamorado.

Isabella tenía una radiante sonrisa, aunque seguía apenada por lo sucedido. No quería poner a su hijo en una situación tan incómoda, pero ya estaba hecho.

— Muy enamorado —aportó Lyra.

— Debiste decirme que estaba con Albus, de haberlo sabido habría tocado la puerta —dijo Isabella.

— Lo olvidé. Y en mi defensa, yo tampoco lo sabría si no hubiese salido un momento de la biblioteca justo cuando Albus llegaba —le contó Lyra.

— ¿Lo sabrán Harry y Ginny? —preguntó Isabella.

— James lo sabía, así que no me sorprendería que se los haya dicho porque ya sabes como es —dijo Lyra.

— Mi niño enamorado de su mejor amigo —sonreía Isabella.

— Ya sabemos como terminará eso —le dijo Lyra, sonriente.

— No, no lo sabemos. Pero si me encantaría emparentar con los Potter Weasley, aunque no quiero adelantarme —dijo Isabella.

— Sí, mi padre me dijo que no te gusta hacer planes a futuro —reía Lyra.

— No adelantarse a los hechos es de familia, así era tu abuela Lucero y yo soy su hija orgullosamente —le dijo Isabella.

— Lo sé, mamá. Pero aunque no les guste, todo terminaba sucediendo de todas formas —recordó Lyra.

— Eso fue lo mejor —sonreía Isabella.

— He visto a Scorpius con Albus en el colegio, siempre han sido unidos. Pero ahora que son novios se ven tan enamorados que no me sorprendería que se casaran algún día —dijo Lyra.

— Yo sería la más feliz si eso sucediera —dijo Isabella.

— ¡Yo quiero ser la madrina de la boda! Que sea aquí en la mansión, con todas las familias presentes —decía Lyra, emocionada.

— Te estás adelantando mucho, aún son unos niños —le dijo Isabella con una sonrisa.

— Así tiene que suceder —dijo Lyra.

Isabella le sonreía tiernamente. Lyra tenía una personalidad tan parecida a la de Lucero y Cissy, una combinación perfecta como si la hubieran educado juntas. Sus queridas abuelas, aunque solo pueda conocer a una. Pero estaban seguras de que Lucero siempre las acompañaba porque en esa mansión había muchos recuerdos.

En ese momento, se acercaba Draco con su brillante sonrisa. Las veía conversando animadamente y quería saber de que hablaban.

— ¿Qué sucede? —preguntaba Draco.

Amor para valientes • ScorbusDonde viven las historias. Descúbrelo ahora