Capítulo 13 • Un rencor del pasado

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Días después las cosas habían mejorado, los Gryffindor ya no comentaban nada sobre Scorpius o Albus. Les habían bajado una buena cantidad de puntos por lo que prefirieron ya no tener más problemas. Principalmente, tanto Connor como Nicholas fueron advertidos por los alumnos más grandes de que no se metan ni con Scorpius ni con Albus ya que tenían que tener cuenta que ahora el director era el profesor Snape, quien les daba ventaja a los Slytherin como siempre y ahora con más razón si su nieto está en Slytherin.

Incluso James había mejorado mucho después de la charla que les hicieron tener sus padres, ambos hermanos se disculparon. Más que todo James, por haberlo llamado squib y por todo lo que estuvo diciéndole durante el verano. Aunque ahora, Albus ha prometido ir a verlo alguna vez a un partido de Quidditch.

Esa mañana, Albus había ido a ver un entrenamiento de James, mientras que Scorpius le dijo que lo alcanzaría después de dejar un libro en la biblioteca.

Pero cuando Scorpius caminaba por el castillo rumbo al campo de Quidditch, por su lado pasaron la profesora Sprout y Argus Filch, este último le indicaba que algún alumno o alumnos habían metido polvo peruano de oscuridad instantánea.

— ¿Cómo es posible que lograran evitar tu inspección, Argus?

— Espero que esos rufianes tengan su debido castigo. Es por aquí, Madame Sprout.

Al ver a Scorpius, la profesora Sprout le sonrió tiernamente. Mientras que Filch lo miraba desagradablemente con los carrillos temblando por su ansia de castigar alumnos.

Siguieron su camino sin decirle nada, Scorpius se había puesto a pensar quien seria el alumno que trajo oscuridad instantánea y había logrado meterla al castillo. Ya que, desde hace mucho, los artículos de Sortilegios Weasley estaban prohibidos en el colegio. Aunque esa sería una buena historia para contarles a sus tíos Weasley, que nadie perdía la costumbre de hacer bromas en el castillo con sus productos a pesar de las muchas inspecciones que Filch pudiera hacer.

En ese instante, llegaron Lyra y Liam corriendo por los pasillos apresuradamente. Tal como niños pequeños que habían hecho una travesura. Sin embargo, ya no eran niños.

— ¡Eso estuvo cerca! —le decía Liam.

— No hay que volver ahí, casi nos atrapan y no quiero un castigo —le dijo Lyra.

— Fuiste tú quien sabía que necesitaríamos ocultarnos y trajiste oscu...

— ¡Shhh!

— ¿Qué hacen? Pensé que se habían ido a Hogsmeade —les dijo Scorpius.

— ¡Scorpius! Sí, fuimos —decía Lyra.

— Pero hacía mucho frío, así que preferimos regresar al castillo —dijo Liam.

Amor para valientes • ScorbusDonde viven las historias. Descúbrelo ahora