Capítulo 17 • El Mapa del Merodeador

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Durante la clase de Encantamientos, Scorpius ignoró a Albus en todo momento. Se sentó muy alejado y si Albus trataba de hablarle, Scorpius simplemente actuaba como si su mejor amigo fuera invisible.

— Esto es muy infantil, Scorpius —se quejó Albus antes de que la clase terminara.

Una vez afuera del salón, Scorpius se fue a zancadas a su sala común seguido de Albus. Pero no lo alcanzó hasta llegar a su dormitorio vacío.

— ¿Vas seguir ignorándome, Scorpius? Al menos explicame que es lo que sucede —le pidió Albus.

— ¿Ni siquiera te has puesto a pensarlo? —cuestionó Scorpius.

— En realidad, no —respondió Albus.

— Albus, te vi con Miller hoy en el desayuno. ¿Desde cuando eres su amigo? —inquirió Scorpius.

— No somos amigos... O no lo sé, no es para tanto —le dijo Albus.

— ¿Por qué con él, Albus? —preguntó Scorpius ansiando la respuesta— ¿Acaso olvidas lo que nos decía en primer año?

— Ya no es él mismo de cuando era niño —dijo Albus.

— Yo no me creo ese cuento, te habrá convencido a ti pero a mi no y de todas maneras me da igual —dijo Scorpius.

— Connor la ha estado pasando mal por todo lo que se inventó McLaggen, ha estado muy solo —insistió Albus.

— ¿Ahora lo llamas Connor? ¿Desde cuando tanta confianza con él? —interrogó Scorpius.

— Me contó que se lleva mal con su padre, que le dijo que le hubiera gustado que no fuera su hijo. No imagino como seria mi vida si yo me llevará mal con mi padre, Scorpius —le explicó Albus.

Scorpius se había quedado en silencio y con la mirada pérdida. ¿Acaso Albus se veía reflejado en Connor de alguna manera? Antes pensaba que su padre lo rechazaría por ser el primer Potter en Slytherin y ahora piensa que la situación de Connor pudo haber sido la suya. Sin embargo, esa no era la razón de que Albus se viera reflejado en Miller.

— No te molestes conmigo, Scorpius —le pidió Albus.

— Bien, haz lo que quieras —le dijo Scorpius.

Scorpius se fue rápidamente del dormitorio, Albus fue detrás de él pero cuando lo perdió de vista se detuvo mirando al suelo y apoyándose en un muro. No quería perder la amistad de Scorpius, pero no sabía que hacer. Estaba muy confundido.

Scorpius se la pasó casi todo el día junto a Hugo y Angus comiendo dulces, hasta que por la tarde ellos quisieron ir a entrenar para las audiciones de Quidditch pero él no tenía ánimos de ir con ellos. Entonces Scorpius salió del castillo, caminaba en soledad por los terrenos pensando en que seguramente Albus seguiría haciéndole compañía a Miller y no entendía sus razones.
Hasta que Rose y Macy lo sacaron de sus pensamientos acercándose a él.

— Scorpius, ¿acaso olvidaste que Hagrid nos invitó a tomar el té? —le preguntó Rose.

— Ah, ¿era hoy? —preguntó Scorpius.

— ¿Estás bien, Scorpius? —preguntó Macy, dándose cuenta que Scorpius se veía triste.

— Sí, estoy bien. Vamos a la cabaña de Hagrid, debe estar esperándonos —les dijo Scorpius.

— ¿Y Albus? —preguntó Rose cuando empezaron a caminar.

Scorpius se encogió de hombros, las chicas compartieron miradas. Siempre era extraño no ver a los mejor amigos juntos y ahora era más sospechoso por los ánimos que tenía Scorpius.

Al llegar a la cabaña de Hagrid, él los recibió alegremente a los tres. Los invitó a sentarse en su mesa para luego servirles té en grandes tazas mientras les prguntaba por qué no venían los demás.

— James ya sabes, nunca tiene tiempo más que para sus amigos —contaba Rose.

— Lily y Agnes estaban haciendo sus deberes juntas —contó Macy.

— Hugo está en el campo de entrenamiento acompañando a Angus en sus prácticas para las pruebas de Quidditch —le decía Rose.

— En cuanto a Lyra, casi no la vemos. Esta muy ocupada estudiando para sus EXTASIS desde ahora —dijo Macy.

— Entiendo, espero que para la siguiente vez puedan venir todos —dijo Hagrid— Scorpius, estás muy callado. ¿Dónde está Albus?

— No lo sé —respondió Scorpius.

— Nosotras lo buscamos pero no lo encontramos —comentó Rose.

Mientras tanto, Albus, aunque si había estado un rato con Connor. Ahora estaba solo y había ido hacía la sala común esperando encontrarse con Scorpius y volver a hablar con él. Pero Scorpius no estaba ahí. Entonces Albus se sentó en los elegantes sofás frente al fuego y sacó el Mapa del Merodeador.

— Juro solemnemente que mis intenciones no son buenas —pronunció Albus apuntando al mapa con su varita.

E inmediatamente, a partir del punto en que había tocado la varita de Albus, empezaron a aparecer unas finas lineas de tinta, como filamentos de telaraña. Se unieron unas con otras, se cruzaron y se abrieron en abanico en cada una de las esquinas del pergamino. Luego empezaron a aparecer las palabras en la parte superior que proclamaban:

Los señores Lunático, Colagusano, Canuto y Cornamenta proveedores de ayuda mágica a los traviesos se enorgullecen en presentar el Mapa del Merodeador.

El mapa le mostraba a Albus cada detalle del castillo de Hogwarts y de sus terrenos. Con pequeñas motas de tinta que se movían, cada una etiquetada con un nombre escrito. Los ojos de Albus recorrian los pasillos buscando a Scorpius, fue una larga búsqueda hasta que lo encontró en la cabaña de Hagrid.

Pero, no estaba Hagrid cerca. La mota de tinta de Scorpius estaba junto a la de Macy.

— Travesura Realizada —pronunció Albus.

Se guardó el Mapa del Merodeador y empezó a correr para salir del castillo. No sabía lo que estaba sintiendo, pero definitivamente iba a ir ahí a averiguarlo.

Amor para valientes • ScorbusDonde viven las historias. Descúbrelo ahora