Amor para valientes • Scorbus

Capítulo 21 • Estoy enamorado de Albus

Pasaron un par de días, Scorpius había estado buscando el momento indicado para hablar con Macy. No iba a decirle que podría estar sintiendo algo por Albus, algo que aún no quería admitir.  Definitivamente no. Pero, ¿cómo decirle que no era su novia? Ahora se estaba sintiendo la peor persona por tener que lastimar un corazón tan lindo como el de Macy Corner. 

Pero su sentimiento de culpa no había pasado desapercibido por Macy, ella era muy observadora y una Gryffindor muy Ravenclaw, por lo que se daba cuenta de lo que sucedía.

Scorpius en ningún momento fue un mal chico con ella, al contrario. Actuaba como un caballero, la hacía sentir muy especial. Era muy amable y educado, pero no fue difícil notar que entre todas esas lindas acciones faltaba una cosa muy importante: el amor.

Sin ese amor, aquellas acciones no signifaban otra cosa que solamente cariño.

Macy lo estaba notando pero eso no la ponía triste, lo que ella pensaba era que se había enamorado de un increíble chico que, aunque no le dijera la verdad, sabía que lo hacía para no romper su corazón.

Ella no se iba a derrumbar por un chico, era fuerte y le quedaban muchos años más para vivir el amor como realmente se merecía. Después de estar tantos años enamorada de Scorpius, había confirmado que no fue en error enamorarse de él. Pero no estaban destinados a estar juntos.

Porque el vinculo que Malfoy tenía con Potter venía desde hace muchos años atrás y no podía romperse. Scorpius estaba destinado a estar con Albus, así estaba escrito.

La misma Macy lo sabía porque no había perdido la oportunidad de preguntarle a Scorpius sobre Albus y confirmar sus sospechas.

Lo que la hizo encontrarse con una nueva emoción: la de querer que esos dos chicos estén juntos.

Y fue entonces, después de una clase de dos horas de Transformaciones. Que ambos estaban decididos a hablar sobre el asunto para aclarar las cosas y así ya no seguir confundiéndose.

— Scorpius, tenemos que hablar —le dijo Macy cuando pasaban por un pasillo solitario del castillo.

— ¿Sucede algo, Macy? —le preguntó Scorpius.

— Nada malo, solamente necesitamos hablar —dijo Macy deteniéndose para mirarlo.

— A mi también me gustaría hablar sobre algo contigo —le dijo Scorpius.

— ¿Sobre qué? —preguntó Macy.

— ¿Qué somos? Todavía no te he pedido que seas mi novia, aunque todos piensen que sí —murmuró Scorpius.

— Lo sé, Scorpius. Sé que no somos novios —le dijo Macy.

— Lo siento —dijo Scorpius mirando al suelo.

— ¿Por qué? —le preguntó Macy, confundida.

— Por no haberte pedido que seas mi novia —repuso Scorpius.

— No necesitas disculparte. Entiendo todo lo que sucede, Scorpius —dijo Macy.

— ¿De verdad? —preguntó Scorpius, ahora era él quien estaba confundido.

— Sí —asintió Macy.

— ¿Qué piensas que sucede? —le preguntó Scorpius.

— No lo pienso, estoy segura —le dijo Macy.

— ¿Segura de qué? —preguntó Scorpius.

— Me enamoré de un chico y luego ese chico se enamoró de otro chico, ¿verdad? —preguntó Macy.

— ¿De qué hablas? —le preguntó Scorpius.

— Scorpius, te gusta tu mejor amigo Albus —le dijo Macy.