Capítulo 7

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¡Doble publicación! ¡Yey!

La razón es por mis nervios 😌 tengo un examen que se que será algo duro y aja, quería tener algo que me mantenga el humor 😅😁

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Dipper

Removí sin interés mi desayuno, me sentía demasiado triste los recuerdos de esos días donde el cielo era rojo y como todo era un caos en Gravity Falls rodaban mi mente.

-Hey, amigo, ¿Te encuentras bien? -me preguntó Soos preocupado.

-No le tomes importancia, siempre se pone así. -respondió Mabel sin darle mucha importancia al asunto.

-¿Siempre? -habló con sospecha Ford.

-Sí, siempre está en las nubes, ya ni le prestamos atención. -dijo Alex metiéndose una cucharada a la boca.

-Y nos acostumbramos a tener que repetirle las preguntas. -siguió la burla Eric.

-Ya es costumbre que no nos escuche. -continúo Jack queriendo parecer desinteresado.

-Podrían dejar de criticarme. -exclamé frustrado, me sé los nombres de todos ellos, pero no tengo mucha confianza para hablar con ellos.

-¿Acaso nadie va a preguntar por lo que sucedió esta mañana? -soltó Pacífica con una mirada preocupada.

Los jóvenes se tensaron, algo bastante extraño mientras que mis tíos, Soos y Melody me miraron ansiosos.

-¿Pasó algo esta mañana? -pregunté desconcertado.

-¿No recuerdas nada? -me preguntó el tío Stan.

-¿Debería? -le devolví la pregunta.

-¡Hoy! -soltó mi hermana de repente, sabía que quería desviar la atención, pero la verdad prefería eso. -¡Vamos a llevar a Pacífica a su casa y pasar el rato! ¿Qué dicen?

-¡Genial! -exclamó animado... ¿Eric? Si, Eric.

-Suerte en su recorrido. -murmure aburrido.

-¿No quieres venir? -preguntó Mabel ladeando su rostro.

-No, me quedaré en casa leyendo. -le dije sin más, levantándome de la mesa sin haber probado un bocado.

Sentí mi estómago engullido, caminé a paso lento a mi habitación y me encerré, necesitaba espacio. Una vez me senté en mi cama recuerdos de Raroarmagedon empezaron a saltar por mi mente.

Sus reacciones, su mirada de dolor, sus palabras.

¿Qué está pasando?

¿Él no me engañó?

Mi mente daba vueltas por completo con sus palabras, pero no podía ordenar mis pensamientos.

Me acerqué a mi ventana, necesitaba aire, pero llamas de colores azul cerúleo y rojas llamaron mi atención desde el bosque, enseguida fueron acompañadas por una llama azul cielo y otra roja sangre.

Algo en mi memoria brinco, reconozco esas llamas.

-¡¡Vamos, vamos!! -el grito de mi hermana me llamó la atención, mire abajo logrando ver a esos chicos caminando hacia el camino del pueblo.

Fruncí los labios, bajando mi mirada al collar triangular en mi pecho... el regalo de mi Dorito. Me di la vuelta y corrí abajo, por suerte no había nadie así que seguí hasta entrar al bosque, me guié solo por instinto hasta llegar a un claro donde habían dos chicos, uno castaño y el otro rubio-cenizo, por otro lado estaban dos demonios.

¿Demonios?

Uno peliazul y el otro pelirrojo... se parecen a... Bill.

Ah, Will y Phill. -pensé acordándome de quienes eran. -También están Tyrone y Mason.

Cuando terminaron de hacer el conjuro una honda los hizo saltar hacia atrás, chocando contra árboles y arbustos.

-¿Dipper? -me llamó impresionado Tyrone viéndome de cabeza.

Sabía quién era, pero mi mente marchaba demasiado rápido y no lograba entender bien qué cosas estaba viendo.

Con los nervios de punta retrocedí y corrí de vuelta a la cabaña.

-¡Ustedes esperen aquí, nosotros vamos! -escuche la voz seria de Mason.

Corrí a prisas sin detenerme, al ver a lo lejos la Cabaña, estaba dispuesto a correr hasta allí pero Tyrone y Mason se aparecieron delante de mí.

-¿Q-Qué hacen aquí? -pregunté nervioso.

-Tratamos de traer de vuelta a Bill. -informó Tyrone.

-Eso ya lo sé. -solté irritado entre dientes. -¿Por qué harían eso por ese imbécil? -pregunté molesto.

Sabía que él se había disculpado en el Raroarmagedon, pero no podía evitar sentir rabia por lo que hizo.

-Dipper, cálmate no es lo que piensas, él nunca quiso herir a nadie. -volvió a decir Tyrone.

-Pues me hirió a mi. -grité frustrado.

-Hablemos de esto con calma. -exclamó Mason interviniendo entre ambos. -Vayamos adentro antes de que vengan esos estúpidos demonios. -murmuró caminando dentro de la cabaña con una expresión fría, no me quedó de otra que seguir a esos dos.

Nos sentamos en la mesa en un largo silencio.

-Bien, ¿Que quieren? -pregunté irritado en la mesa de la cocina, el silencio me sacaba de quicio.

-Como ya sabes venimos hablarte de... Bill. -comentó Tyrone con una sonrisa nerviosa.

-Lo sé, por mucho que no quiera hablar de ese sujeto. -gruñí con fastidio.

Contrato II: RevelacionesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora