Capítulo 19 (1/3)

46 11 3
                                    


Narrador

—¡Pinetree, ¿estás bien?! —preguntó acelerado soltando su mano para posicionarlas en sus hombros. 

—Estoy... bien. —le respondió con una ligera sonrisa que salió más como una mueca. 

Bill frunció el ceño inconforme con esa respuesta, por estar tan emocionado no le prestó atención que en lo profundo de su corazón podía sentir un pequeño disgusto el cual no era propio. 

—Pinetree. —lo llamó con súplica tomando esta vez sus mejillas para conectar sus miradas. —Por favor dime, ¿qué sucede? —preguntó con suavidad apoyando su frente a la del otro, por inercia Dipper levantó sus mano sujetando la camiseta firmemente. 

Obviamente ambos se olvidaron que estaban frente a sus amigos y aún más en un lugar muy concurrido a la salida de una atracción donde todos los veían. 

Eric y Alex le taparon la boca a Mabel rápidamente al ver su mirada brillar, al igual que una enorme sonrisa se posicionaba en sus rostros. 

Rubit soltó un suspiró cansado, por fin su dueño se había dado cuenta de lo que pasaba con su Agapē, se dio la vuelta mandando una mirada asesina con un aire de muerte a las personas curiosas del lugar, la expresión de disgusto de algunos la molestaba de sobremanera, aparte de algunos gritillos que podían despertar la conciencia de Dipper. 

—Tks. —soltó con fastidio por el despiste del demonio. —¿Acaso no es un demonio que todo lo ve? —pensó frustrado Jack.

—Estoy bien. —afirmó suavemente cerrando los ojos tratando tranquilizarse por el aroma y calor del rubio. —Solo no quería desperdiciar un evento como este, verte tan emocionado por una actividad humana, me hace sentir que tratas de conectarte con mi mundo aunque realmente no te agrade. —comentó mostrando una suave sonrisa que el demonio no podía evitar dejar de ver, aunque no es que así lo quisiera. 

—Entonces... vayamos a ese lugar, seguro que te ayudará. —afirmó separándose deslizando una de sus manos por el cuello del chico y la otra apuntando a una lúgubre casa con aspecto tenebroso, con colores oscuros, obviamente dando alusión a una casa embrujada. 

—¡Oye, imbécil! ¡ese lugar...! —trató Jack de gritarle al tonto del demonio que no entendía lo que significa tranquilidad y paciencia. 

—¡Claro! —lo interrumpió sin más Dipper mostrándole a su pareja una gran sonrisa. 

Bill Cipher es un demonio por muy atontado que se vuelva cuando está, piensa o convive con su Agapē tiene sus propias costumbres y convicciones que son imposibles de quitar, como encantarle el sufrimiento ajeno, las cosas aterradoras, el dolor, entre otras más y eso lo sabe muy bien Dipper, porque así es la forma de ser del demonio que se enamoró. 

El rubio sonrió entusiasmado apegándose a su cuerpo para empezar a caminar a esa dichosa casa. 

—¿Qué...? —soltó estupefacto y extremadamente confundido Jack viendo a Dipper y el rubio caminar a la casa embrujada al igual que los otros que mantenían una suave sonrisa. 

Frustrado se revolvió el cabello antes de seguirlos, para él la situación era un completo desastre. 

Una vez Bill estuvo enfrente de la puerta de la casa embrujada se dio la vuelta mostrando una maliciosa sonrisa antes de perderse en la oscuridad del lugar, al entrar chasqueo los dedos adelantándose a los demás. 

—¿Bill? —le habló confundido Dipper al haber sido teletransportado de la nada, se separó por completo de su acompañante para observar lo que apenas lograba ver del pequeño y oscuro lugar con artículos de limpieza, apenas se lograba ver algo por una luz en la parte de arriba color rojo oscuro. 

Contrato II: RevelacionesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora