Capítulo 25

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Disculpen la tardanza, por miles de problemas no pude publicar antes, pero aquí estoy

Nos vemos en la próxima

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Dipper

⚠️ Advertencia +18 ⚠️

De mi garganta salieron gemidos y suspiros, sentir sus manos por mi cuerpo es tan delicioso.

—Bill~ —lo único que podía pensar era en ese estúpido demonio.

Lo amo tanto que si se vuelve una perdición para mi, no me importaría.

Me estremecí y sentí un hormigueo en mi ano.

¡Carajo!

Al masturbarme no notó como se acercaba un par de veces a mi pierna y está chocaba contra su entrepierna, está tan duro. El recordar la última vez que estuvo dentro de mi, me hizo sentir tanto placer que me corrí.

Mi respiración era entrecortada, debía decirle algo pero no podía, no salían palabras de mis labios.

—Bien. —exclamó Bill, podía sentir que sonreía de oreja a oreja. —Debes quedarte unos segundos para que el aceite se seque un poco. —al sentir como se alejaba tome su muñeca.

Todavía no había recuperado el aliento, pero aún así hable. —Yo... qui-quiero ayudar-darte a ti también.

—¿Eh? —soltó confundió, apenas podía verlo de reojo, pero no me iba a detener ahí. —¿Lo harías incluso si soy yo quien te dice cómo? —me preguntó en un tono bajo, su voz se escuchaba gruesa lo cual me tentaba aún más. —¿Incluso si llegamos hasta el final?

Abrí ligeramente los ojos por la sorpresa ante sus palabras, pero rápidamente me recompuse. —Si eres tú quien me lo pide no me importa. —le expliqué empujando mi cadera hacia atrás chocando contra su erección, sentí como ambos nos estremecimos.

Un suspiró salió de mis labios al sentir sus manos tomar mi cadera.

¿Estaba loco?

Probablemente.

Pero, ¿eso qué importaba?

Me importa un carajo mientras sea él.

Mis pensamientos se vieron interrumpidos al escuchar el cierre de su pantalón bajar, sentí todo mi cuerpo temblar con anticipación.

¿Fue tonto lo que le había dicho antes?

Mucho, ¿por qué diablos le había dicho esa tontería?

No estabas seguro si podrías hacerlo después de tantos años estando en un estado de frialdad y abstinencia. —me contestó mi conciencia.

Pero ahora... no creo poder seguir viviendo sin esta experiencia. —mis pensamientos se apagaron por la desilusión y por el éxtasis.

Bill había deslizado su pene por mis glúteos rozando mis bolas y la base de mi pene, me estremecí de nuevo y me salió otra erección.

Lo mire nervioso y algo decepcionado, esperaba algo más, gire mi rostro para verlo y cuando estaba a punto de decirle que podía llegar al final habló.

—Empecemos. —afirmó lamiéndose los labios con una sonrisa ladina.

Junto mis rodillas, cosa que me sorprendió y termine cayendo a la cama, cosa que aprovechó para empezar a moverse.

Contrato II: RevelacionesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora