Especial 100

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¡Al fin! Lo que queria hacer desde hace mucho! La verdad quería que quedara más sangriento pero lastimosamente no supe como demostrarlo tanto, pero me gusto el resultado 🥰

Willmiau Este especial va dedicado a ti 🥰🥰 gracias por darme ánimo en mi examen, fuiste de mucha ayuda

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Reverse Falls
Stanford Gleeful

El corazón me latía con fuerza, la alegría brotaba en mi pecho y todo mi cuerpo vibraba con emoción, una gran sonrisa surco mis labios había encontrado una cura milagrosa para el cáncer, que lograba curar en un 100% la enfermedad.

Me reí con fuerza animado por haber logrado tal hazaña, de repente escuche una risa estrepitosa salir de un lado de la habitación.

—¡¿Quién es?! —grité enfadado por la interrupción.

—Quién será~ —me respondió esa voz de forma cantaría.

Mire en la dirección de la voz, una sombra de un tercio más pequeña que yo apareció.

Su risa tétrica me hizo sudar frío, en cuestión de segundos salió de la oscuridad revelando a un joven de unos 14 años, rubio, ojos dorados, traje amarillo, semblante serio y sonrisa maliciosa.

—¿William…? ¡¿Qué demonios haces aquí?! —le pregunté molesto, casi lograba asustarme. —¿Por qué te ves joven de repente? ¿Y tu color representativo no era el azul? —pregunté casi de inmediato extrañado.

—William, eh~ —murmuró con sigilo como si se tratara de una serpiente. —Lo siento, Fordie. Pero no somos él. —comentó con soberbia y una inmensa sonrisa que transmitía maldad pura.

—¿Somos…? —pregunté extrañado retrocediendo con paso, escalofríos pasaban por mi espina dorsal y las alarmas de peligro de mi mente no dejaban de sonar.

—Si, "somos". —respondió otra voz del otro lado de la habitación, está era más pesada y ruda. Un escalofrío bajó por mi columna, trague en seco antes de mirar atrás. 

Un chico que ronda entre los 17 años, exactamente igual al otro solo que algo mayor, al contrario que el otro tanto su cabello, ojos e incluso el traje que usaba era rojo, ambos eran exactamente iguales al demonio bajo mi… 

...mando… 

Chasquee la lengua al recordar que ya no podía ordenarle a ese estúpido demonio azul.

—¿Por qué hay dos?—preguntó con molestia, si creían que iba a salir huyendo como un cobarde estaban muy equivocados.

El amarillo apuntó con su dedo índice al frasco en mi mano, tal como si fuera una pistola disparo y de la nada este explotó.

—¡¡NOOO!! —grité con todas mis fuerzas, acababa de perder uno de los trabajos más importantes de mi vida. —¡¡¿¿Qué mierda has hecho??!!

—Será mejor que cuides tu boca, saco de carne. —gruño con molestia el de rojo. —No te mataremos porque eres importante para Mason, lastimosamente. —comentó con fastidio recordando que seguía siendo el tío del muchacho.

—¿Conocen… a mi sobrino? —pregunté extrañado.

—Pero… podemos torturarte todo lo que queramos en este lugar. —afirmó el rubio con una mirada desquiciada y una sonrisa torcida, sin darle importancia a mi pregunta.

—Y solo lo sabremos nosotros. —le siguió el pelirrojo con un semblante neutral y una sonrisa altanera. 

—¡¿Qué carajos están diciendo?! —grité enfadado.

Contrato II: RevelacionesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora