Capítulo 19 (2/3)

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Narrador

⚠️ Advertencia +15 ⚠️

—¿E-Eh? —soltó aturdido, casi salió un quejido de su garganta por haber roto el contacto. 

Bill mostró una sonrisa altanera. —Levanta tus brazos. —pidió con una sonrisa altanera. 

Dipper parpadeó extrañado un par de veces antes de cumplir su pedido. Antes que se diera cuenta el rubio le quitó la camisa dejándola a un lado de ellos. 

—Mejor. —exclamó con orgullo antes de atacar la clavícula del otro, dejando besos y uno que otro ligero mordisco que seguramente se quitaría para mañana. 

—Hm~ Bii~ Bill~ más Nhg~ suave. —dijo sin poder contenerse al sentir una electrizante sensación recorrer todo su cuerpo. 

—Dices eso. —habló soltando aire caliente con toda la intención en su abdomen. —Pero, esto de aquí quiere participar en nuestro juego. —rió entretenido bajando hasta el pequeño bulto en su entrepierna. Sin demorar mucho abrió el botón y bajó el cierre. 

—E-Eh, Dorito, no esta-tarás pensando en... ¡Ah~! —se vio interrumpido por un gemido más alto que los demás que no pudo contener cuando en un rápido movimiento bajo su ropa interior dejando a relucir su miembro semiduro y engullendoselo. —Espe... raa~ un-un Mgh~ Bill~ —dijo sin ser capaz de completar la frase al sentirse demasiado excitado. —Ha~ Bill~ —empezó a gemir con fuerza llevando sus manos al rubio cabello del demonio. 

El castaño no podía evitar sentirse en el séptimo cielo al sentir su parte baja ser lamida y succionada por la cálida cavidad bucal del demonio sin mencionar sus manos cálidas, particularmente todo el cuerpo del demonio mantenía una temperatura alta que hacía excitar al castaño. 

Gritos se escucharon al otro lado de la puerta que asustó a Dipper, haciéndolo regresar a la realidad, seguían en el festival y peor que eso en la Casa embrujada. 

—Ah~ Bill, ha-haay~ alguien... —se detuvo así mismo para llevar un mano a su boca para evitar un gemido alto que estaba apunto de soltar cuando el rubio lo mordió ligeramente. —Mm~ Nm~ Jm~ —siguió gimiendo sin poder parar tratando de que no se escuchara, estaba tentado a poner su otra mano en su boca pero en verdad deseaba tanto eso que se aferraba al cabello del otro dándole uno que otro tirón para acelerar los magníficos movimientos. 

Bill por su parte hacía caso a esa "orden" no dicha, acelerando sus movimientos subiendo y bajando con rapidez mientras que uno de sus brazos se apoyaban en el mesón alrededor de la cadera del chico, la otra acariciaba la espalda baja. 

—B-Bill, ya-ya e-es~ to-toy~ —soltó en un hilo de voz quitándose la mano de su boca para jalar el cabello del demonio, lagrimillas asomándose por los rabillos de sus ojos, su respiración jadeante y el fuerte sonrojo en su rostro. —¡MHG! —exclamó llevando ambas manos a su boca para evitar gritar al sentir como se corría en la boca del joven, no pudo evitar torcer los ojos ante tal sensación. 

Cipher se tragó todo el semen aún sin separarse del chico. 

—¡Mm! —volvió a soltar estremeciéndose al tener su parte baja sensible. 

El demonio se limpio el rabillo del labio con su dedo, para luego lamerlo. —Está algo salado, deberías comer más saludable. —habló divertido antes de voltear arriba, decepcionandose un poco al ser incapaz de ver el rostro de Dipper al ser obstruido por sus manos. 

Fastidiado se apoyó en una de sus rodillas y se levantó, las piernas del humano se deslizaron hacia abajo por la fuerza que era incapaz de reunir. Al estar de pie no le dio tiempo a Dipper para procesar lo que ocurría antes de apartar las manos de su rostro. 

El demonio sintió como si su corazón hubiera sido utilizado como saco de boxeo y una insoportable presión en sus pantalones al ver la expresión del chico. 

La respiración agitada, su pecho color melocotón subir y bajar con un par de marcas rosadas, su cabeza levemente inclinada, labios algo rojos debido a la fuerza que ejercía para evitar que lo escucharan, un hilillo de saliva deslizándose por el rabillo del labio, mirada perdida, pero sus ojos chocolates reluciendo con un brillo, para completar la escena un enorme sonrojo que recorría todo su rostro, eso incluía sus orejas y hombros. 

Bill sintiendo su corazón detenerse por una fracción de segundos azotó con ambas manos la pared detrás del chico que instantáneamente se agrieto, si seguía ejerciendo fuerza podía romperla pero eso era algo que no le interesaba, cerró los ojos con fuerza tratando de calmarse, le había dicho a su Agapē que cumpliría sus deseos y ahí estaba, luchando contra su instinto. 

Vamos, Cipher. Cálmate. —se dijo a sí mismo. —Pienso en algo más... en... en algo asqueroso. ¡Si! ¡Algo asqueroso! —exclamó en su mente buscando algo que lo distrajera. —¿El número de catástrofes que he provocado?  —se preguntó a sí mismo. —No, eso sería muy divertido. —se respondió descargándolo de inmediato.

¿Las torturas?  —volvió a preguntarse. —No, eso es emocio... —trató de negar pero era imposible que cuando hablara de tortura, no recordará la tortura que le causó a Stanford Gleeful todo lo que le hizo, y aunque no le hicieron daño físico su cuerpo sintió por algunos días dolores semajantes a la tortura. —¡Eso es! Stanford Gleeful y Stanford Pines. —porque sí, aunque odiara a Gleeful, al Pines lo detesta por sus continuas acciones, comentarios y seguramente pensamientos que sabía que eran contra él, y eso que solo mencionaba los de ahora, porque también le molesta lo orgulloso que se cree al "saber todo" en especial cuando recordaba la temporada que pasó a su lado ayudándolo. 

—Bien, sigue así. —pensó empezando a calmarse. 

Por estar ensimismado en sus pensamientos no notó como Dipper recobraba su energía, notando el sobresaliente bulto entre las piernas de su pareja. Lo miró atentamente notando su expresión rígida y sus músculos tensos, a pesar de sentir una llama caliente en su corazón que sabía que así era como se sentía el demonio. 

Avergonzado por la idea que se le cruzó en la mente, se acercó a la parte inferior de su camiseta para abrir el último botón para que le dejara ver con plenitud la erección del demonio, con los nervios de punta pero aún así con la cabeza caliente bajo el cierre y abrió el botón, miró arriba notando que su acción pasó inadvertida. Trago en seco nervioso bajando el bóxer, no pudo evitar sonrojarse al verlo o más bien porque casi golpea su nariz. 

Es más grande de lo que me esperaba. —pensó nervioso. 

Contrato II: RevelacionesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora