Capitulo 19

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Wanda guió a Natasha a través de la casa en silencio hacia la habitación principal, después de hacer que Natalia se quedara dormida.

— Puedes quedarte a dormir por hoy, ya se está haciendo tarde. — Wanda propuso cuidadosamente, intentando tantear el temperamento de Natasha.

Ambas habían compartido un momento hermoso, pero poco sabía que Natasha lo que realmente significaba para Wanda el hecho de que la haya ayudado con Natalia, parecía una tontería pero ella había soñado esto por mucho tiempo y poco a poco, incluso de la manera más absurda las cosas con Natasha iban saliendo de la manera encaminada en que deberían ir.

Natasha negó con la cabeza rascando su nuca con incomodidad observando la cama de la habitación de Wanda.

— Ahí duermes con él. — Natasha expresó con incomodidad.

Wanda asintió.

— Uh, si, pero no te estaba diciendo que durmieras específicamente aquí. — Wanda señaló la cama. — Puedes dormir en la habitación de al lado, es la de invitados.

Natasha volvió a negar sintiendo que todo esto era una mala idea, el prometido de Wanda podría aparecer en cualquier momento y Natasha no sabía cuánto él sabía sobre el pasado de Wanda con ella.

— No quiero traerte problemas con... — Natasha movió sus sin recordar su nombre.

— Vision. — ella completo.

— Vision, sí. — Natasha replicó con ganas de golpearse mentalmente por olvidarlo, odiaba su memoria y su horrible problema de olvidarlo todo. — No quiero que tengas problemas con él.

Ahora era el momento de Wanda para negar.

— No, él... Él estaba de viaje, volverá el mes que viene.

Las cejas de Natasha se levantaron observando a Wanda mientras su rostro se aclaraba. Él la había dejado sola con su hija, volvería semanas después para su boda en diciembre.

— En serio nada va a pasar, la habitación está justo allí. — Wanda dijo con insistencia.

Natasha giró a observar la habitación y dudó. ¿Qué tan raro sería quedarte a dormir en la casa de tu ex novia de secundaria la cual está apunto de casarse, tiene una hija y de hecho tuvieron sexo hace menos de un día?

Bueno, eso se veía malditamente raro...

Pero no quería llegar al hotel, encontrarse con Clint y ganarse todas esas miradas de lástima que él solía darle últimamente. Así que se volvió hacia Wanda nuevamente y asintió con una sonrisa avergonzada.

— Está bien, por aquí. — Wanda la tomó de la mano inconscientemente y la guió hacia la habitación de invitados encendiendo la luz con su mano libre. Durante el camino Natasha no podía apartar la mirada de su agarre, sintiendo una oleada de nervios correr por su pecho. — No es la gran cosa pero... — se giró a mirar a Natasha quien aún tenía los ojos clavados en sus manos. Wanda lo notó y se sobresaltó sacando su mano haciendo que Natasha volviera a la realidad y carraspeara su garganta caminando adentro de la habitación fingiendo que nada acababa de pasar.

Wanda miraba hacia abajo mientras Natasha inspeccionaba el lugar.

— Es bonito, agradable. — Natasha murmuró en voz baja.

Wanda asintió, aún sabiendo que Natasha estaba de espaldas a ellas y no podía verla.

— Uh... Si, lo es. — balbuceó. — Yo dejo ir... — Wanda señaló a su habitación.

Natasha giró sobre sus talones mirándola  salir de la habitación de espaldas a ella.

— Buenas noches, malysh. — la palabra salió de la boca de Natasha sin pensar, enviando una revolución a través de su cuerpo.

Wanda se detuvo en seco, al oírla decirlo.

Hace mucho que no escuchaba ese apodo, esa palabra... Una absurda palabra rusa para cualquiera pero la cual lo era todo para Wanda... Había comenzado a usarla con ella desde antes de su enamoramiento y jamás creyó necesitar oírla tanto hasta que Wanda la acababa de decir.

Wanda tragó en seco, aún de espaldas a ella sintiendo lagrimas formarse dentro de sus ojos cristalinos.

— Buenas noches, Talia. — musitó antes de tomar la perilla de la puerta y salir de la habitación dejando sola a la rusa de pie en medio del enorme lugar

La cabeza de Natasha envío flashbacks fugaces del momento en medio del colegio en la secundaria cuando había sido Natasha quien la había dejado a ella en medio del comedor mientras todos los presentes se reían de ella.

Un sabor agrio cruzó por su garganta haciéndola sentirse culpable. Si bien ahora tenía todos estos recuerdos que de alguna manera parecían no ser suyos, no podía evitar sentir pena y asco por la persona que solía ser.

~*~

Durante la noche Wanda comenzó a escuchar sonidos extraños provenientes de la habitación donde se estaba hospedando Natasha. Sigilosamente se levantó tomando sus pantuflas para dirigirse al lugar.

Pero la escena que encontró rompió su corazón.

Natasha se encontraba temblando en el pie de la cama, acurrucada con sus piernas contra sus pecho abrazándose a sí misma sin parar de llorar. Wanda se apresuró a llegar hasta ella sentando a su lado intentando tocarla. Natasha en lo que la vió se lanzó a sus brazos entre lágrimas.

La rusa no tenía ganas de dar excusas, necesitaba a alguien en quien consolarse y allí estaba Wanda dispuesta a ser su almohada de lágrimas.

Acababa de tener una pesadilla. Y como se mencionó anteriormente, el hecho de que Natasha recupere su memoria no solo trajo los buenos recuerdos sino que trajo todos los traumas de niñez y adolescencia haciendo que poco a poco atormentaran a la mujer de ahora treinta y un años haciéndola volver a sentirse como aquella niña pequeña que solía ser.

— Oye, hey. Estoy aquí, estoy aquí. — Wanda la acercó más hacia ella con el rostro concernado mientras Natasha se aferraba a ella como si la vida dependiera de ello. — Talía estoy aquí.

— Duele mucho. — Natasha sollozó sintiendo un enorme vacío en su interior enviando fuertes temblores a través de su cuerpo llegando con unas inevitables ganas de vomitar.

— ¿Qué duele? — Wanda preguntó. Sintió que Natasha decaía así que la tomó de los brazos quedando frente a frente con ella. — Estoy aquí, te prometo que estoy aquí.

Natasha cerró los ojos al recordar la pesadilla haciendo que enormes lágrimas bajaran por sus mejillas y volviera a enviar fuertes sollozos.

— ¿Alguna vez... — Natasha arrastró las palabras con dificultad. — Natasha te contó?... — hizo una pausa para corregirse. — Te conté... ¿Alguna vez te conté sobre lo que me pasó a los siete años con la hijastra de mi tío?

Wanda la miró con seriedad.

¿Estaba hablando de lo que pensaba que estaba hablando?

Mierda, no...

¿Ella había recordado eso también?

NO MÁS RARA. | Wandanat. #3Donde viven las historias. Descúbrelo ahora