Capítulo 2

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Las horas transcurren mientras que estoy sentada en mi silla mirando la pantalla de mi ordenador redactando mi informe del caso.

Aunque solo puse mi nombre, creo que es un avance.

El caso es algo complicado, no puedo negarlo. Vuelvo a leer mi libreta y siento que veo doble.

La pantalla de mi teléfono se ilumina, es un mensaje de Jenha:

"Tengo lo que querías. Ven cuando puedas"

Apago la pantalla de mi computador y me levanto de mi escritorio tomando mi teléfono. Bajo al sótano del departamento que es donde tenemos el área forense.

Camino y entro al pasillo donde hay como cinco camillas con cuerpos tapados con sabanas, con el tiempo aprendí a aguantar el olor fétido que estos emanan.

Doy un suave empujón a la puerta que cede de inmediato y entro encontrándome a Jenha con el cadáver terminándolo de coser.

― En la escena no se veía ― comienza hablar ― pero cuando la examiné más fondo, mira.

Apunta con su dedo el lado izquierdo debajo del seno. Un corte profundo.

― Apuñalamiento ― digo y ella asiente.

― Exacto ― sonríe ― justo debajo del seno por donde está la aorta torácica ascendente. Fue limpio no hay irregularidad ni desechos, lo que me lleva a concluir que fue apuñalada con una navaja algo...ancha.

― Las navajas no son anchas Jenha...las dagas sí.

― Posiblemente ― determina ―. Entre otras cosas esta chica murió entre las 4:30 y 5:00 am; está conservada, bien tratada lo que me lleva a decir que su asesino la quería...

― Pero muerta.

― O sea, solo digo que debió tenerle algo de estima porque fue encontrada como si fuera parte del arte renacentista. A demás la persona que la mató sabia donde apuñalar, por donde está el corte murió en segundo, ni siquiera le daría tiempo de reaccionar.

― Entiendo tu punto ― asiento cruzando los brazos sobre mi pecho ― ¿Qué me dices del análisis de toxicología?

― Limpio. Está chica no fue drogada ni envenada, solo tenía pedazos de pizza sin digerir en el estomago.

― ¿Algo más que agregar? ― pregunto levantando una ceja.

La forense suelta un suspiro y asiente.

― Si. Mira esto ― agarra su mano derecha y la voltea mostrando la palma de su mano.

Detallo más lo que parece un tatuaje, la tinta es fresca pero no tiene enrojecida la piel, es como si simplemente se la dibujaran con un marcador negro.

― Es un signo zodiacal ― digo.

― Aries.

― ¿Eh?

― El signo zodiacal que tiene en la palma de su mano es Aries. Ya envié muestras a laboratorio para que determinen que es.

― Perfecto ― me enderezo ― muchas gracias Jenha.

Me sonríe.

― Espero que te haya servido de ayuda Amelia.

Camino hacia la salida cuando de la nada abren la puerta y tengo que retroceder abruptamente para que no me golpee.

Suspiro cuando veo a Alec.

― Hola ojitos lindos ― me dice ― a ti te estaba buscando.

― ¿Para qué? ― lo miro aburrida.

La Dalia NegraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora