Capítulo 14

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― Creo que esto no fue buena idea chicas.

― Oh vamos, Amelia ― me toma del brazo Sofia ― Ya estamos aquí, no puedes arrepentirte.

Las avenidas de Prípiat se encendían de adornos dependiendo la estación del año. A la gente le gustaba formar parte de este tipo de cosas, olvidar todo por un momento y disfrutar pequeñeces.

La noche empezó a caer, posiblemente eran las 7:30 pm. Los faroles de las calles se encendieron con velas; ancianos, adultos y niños salían de sus casas con disfraces que dieran miedo.

Al fin y al cabo era la noche de Halloween.

Intenté varias veces darme la vuelta e irme a mi penthouse pero fallaba, porque tenía a Dayi y a Sofia como guardaespaldas personales.

― ¿No estamos ya grandecitas para esto?

Dayi me mira con un brillo travieso.

― Tal vez, pero es divertido venir un rato y loquear.

― ¿Y qué tengo que ver yo en todo esto?

Sofia rueda los ojos.

― ¿Cómo te involucras en esto? ¡Pues en todo! No somos tontas Amelia, te hemos visto echándole ojitos a alguien del departamento; no eres tan mojigata como pensaba...

― Yo no tengo a nadie niñas...

Dayi suelta una carcajada.

― Aja. Así le dijo Piqué a Shakira.

― Y si así fuera el caso ¿Por qué debo verme como una prostituta?

― No te ves como prostituta ¡Te ves preciosa!

Suspiro por enésima vez sintiendo el calor que emanan mis mejillas. Pienso por un momento ¿Esto es buena idea? Si analizo mi disfraz dudo que no. ¿Qué tan racional es usar un vestido blanco súper ajustado que cubre hasta la mitad de mis muslos, unos tacones altos del mismo color, unas medias bucaneras, una gargantilla con un corazón y unas orejas de conejo? Además del pompón rosa que tengo de cola ¿Qué tipo de conejo se viste así? Es patético.

― No me siento a gusto con este disfraz ― les digo de nuevo.

Intento cubrirme, estirar un poco más el vestido, intentar por lo menos en que mis senos no se vieran a punto de estallar cubriéndolo con mi cabello.

― Con este disfraz sabremos quién es tu chico secreto, ¡Se lanzara encima de ti cuando te vea! ― chilla Sofia.

Gemí internamente ¿Por qué no me puedo ver como ellas? Sofia vestía como enfermera recatada y Dayi tenía un disfraz de Harry Potter, aunque parecía más una vagabunda que una hechicera con varita.

― Con este disfraz llamaré la atención del todo el mundo chicas. Va estar todo el departamento de policía ¿Qué van a pensar mis superiores?

― Que eres la conejita policiaca más sexy de Prípiat. Ahora, sigue caminando.

La fiesta se realizaba en el gimnasio del departamento, era lo suficientemente grande para que medio condado estuviera adentro. Sentía el frío, la brisa helada chocaba contra mis brazos haciéndome temblar.

Aunque sabía que también las personas solo presumirían sus disfraces, yo pasaría de desapercibida ¿Qué me llevo hacer esta locura? Ah sí, Alec.

Hemos estado tan ocupados encontrando a un asesino que cuando llegamos a casa, sea la mía o la de él, siempre nos quedamos dormidos a los pocos minutos. Y últimamente eso me frustraba, me frustraba demasiado.

Estoy cansada de la monotonía. Quiero acción, acción, acción.

Al principio cuando las chicas me lo ofrecieron me dije ¿Qué más da? Porque no estaba pensando con mi cabeza, pero ahora, me siento cohibida ¿Y si parezco una urgida? ¿Y si no lo ha hecho conmigo porque ya le aburrí? No, no, no...conozco a Alec, él está ocupado.

La Dalia NegraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora