Capítulo 6

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La tenue luz que se filtra por la ventana me resplandece en la cama, me muevo con pereza ella, noto que aun tengo la ropa que vestí ayer.

No recuerdo mucho, solo a Alec trayéndome estilo nupcial.

Demonios, cuando me canso demasiado no recuerdo absolutamente nada.

Me levanto a duras penas de la cama, mirándome en el espejo de cuerpo completo que tengo justo al frente, mi cabello negro parece un nido de pájaros que no trato de acomodar, sino que simplemente arrastro mis pies hasta el baño y me doy una ducha rápida.

Amarro una toalla sobre mi pecho y salgo a mi armario, busco lo que necesito y me visto. Una camisa de cuello alto negro, unos jeans grises y unas botas negras hasta la rodilla; es lo que preferí usar el día de hoy.

Me echo rímel, rubor, labial y sombra; no lo niego, soy mujer que le gusta verse arreglada para sí misma. Mi cabello tan solo lo peino y ya aparecen unas hermosas ondas sin necesidad de calor.

Desayuno algo ligero con una alta carga de cafeína para mantenerme alerta, y cuando estoy a punto de beber el último sorbo de mi taza Alec me escribe.

"lamento no quedarme, eres pésima compartiendo cama".

Sonrío y aparece otro mensaje en la pantalla que me borra la felicidad.

"El teniente te quiere en las residencias Garden.

El asesino del zodiaco volvió a atacar."

Lavo mi taza y el plato de use en el desayuno, veo por la gran ventana de mi sala y el clima es totalmente húmedo así que no me olvido de colocarme mi gabardina color café claro para protegerme del frío.

Bajo hasta el estacionamiento y veo mi auto en su lugar, al menos un oficial tuvo la decencia de traérmelo a mi hogar; esto ya ha pasado antes así que camino hasta la casilla de vigilancia para retirar mis llaves, allí me encuentro al mismo muchacho de anoche.

Que grata coincidencia.

― Buenos días ― le sonrío.

― Buenos días señorita Hall ― se levanta de la silla ― me imagino que usted viene a retirar las llaves de su auto, un oficial vino y las dejo aquí para usted.

― Así es.

Respiro hondo cuando se me acerca y me entrega las llaves.

En sus ojos hay cierta complicidad que no sé descifrar.

― Que tenga un buen día señorita Hall. ― susurra antes de cerrar la ventana de la vigilancia.

― Igualmente ― murmuro a la nada.

Me regreso al estacionamiento, entro a mi auto y enciendo la camioneta saliendo rápido del condominio de mi residencia.

Tomo la vía principal hacia las residencias Garden que no quedan muy lejos de donde yo estoy. El dueño es un magnate que sale y entra del pueblo, pero los que se alojan allí son solo personas del entretenimiento: cantantes, actrices, periodistas famosos etc.

Llego a los pocos minutos y noto a simple vista la cinta amarilla, me bajo de auto y camino pasando la cinta, subo hasta el segundo piso y me encuentro a todo mi equipo en el pasillo.

El cuerpo de una mujer se encuentra en el piso antes de las escaleras, a simple vista hay un charco de sangre detrás de su cabeza.

La forense Jenha la está revisando arrodillada a su lado.

― A parte del charco de sangre, tiene el cuello roto.

― Puede que el asesino le haya roto el cuello antes de tirarla por la escalera ― comenta Peter.

La Dalia NegraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora