Capítulo 15

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― ¿Qué crees de esto, Amelia?

Estamos todo el equipo reunido a las orillas de un lago, viendo como Jenha y varios oficiales van en lancha hasta la mitad del lago donde flota un cuerpo boca abajo.

Hubo una llamada a eso de las ocho de la mañana. Un pescador, llamó diciendo que había un hombre ahogado a la mitad del lago. No es que en Prípiat no haya crimen pero, hay un asesino serial suelto y todo homicidio que sucede es catalogado como nivel uno.

La forense se acerca lo suficiente, inclinándose sobre la lancha para tomar la mano derecha del hombre y voltearla, no detallo desde la distancia que vio pero ella se endereza y con sus manos nos muestra ocho dedos.

― Demonios... ― murmura Dayi ― ya son ocho homicidios del asesino del zodiaco.

― Ocho y contando. ― le digo.

Me doy vuelta caminado entre la maleza, hasta llegar al puente de madera y esperar que traigan el cuerpo.

Entre los oficiales y la forense lo montan en la lancha y regresan.

― Wow ― me quejo poniendo el dorso de mi mano tapando mi nariz, está podrido ― ¿Qué me puedes decir a simple vista? ― logro articular.

― Lleva más de siete días muerto ― habla Jenha como si el olor no le afectara ― tiene marcas en los hombros, como si alguien lo hubiese empujado. Pero te diré más en la autopsia.

Me alejo unos pasos más atrás, si lleva muerto más de siete días en el lago su cuerpo está lleno de gases y a cualquier movimiento puede reventar.

Lo más probable es que si se haya muerto en el agua. El ahogamiento no es una muerte dolorosa, pero si angustiante. La persona que está bajo el agua lucha durante 90 segundos por respirar en la superficie, sin embargo, respira agua, tose y vuelve a respirar agua hasta que sus pulmones se inundan. Existe una sensación de quemadura cuando el líquido invade las vías respiratorias, luego sobreviene un estado de calma. La tranquilidad que produce la falta de oxigeno al cerebro, donde el corazón deja de latir y se produce la muerte cerebral.

Ya no sabemos qué hacer, hemos seguidos pistas pero es como si esta persona atacara entre las sombras y no dejara rastro, es como un fantasma.

La prensa ya se enteró y están casi todo el día afuera del departamento de policía esperando que el teniente salga a rendir declaraciones.

Seguimos pisas, buscamos huellas, ADN y nexos que conecten a las personas con alguien en común, pero no se ha hecho nada.

― Me dijeron que tienes a un ahogado ― la voz de Alec me hace voltear y sonreír.

― Tienes razón, allá está ― señalo el puente ― ¿En dónde estabas?

― Hablando con el pescador que vio el cuerpo.

― ¿Y qué te dijo?

― Bueno, dice que él siempre viene todos los días a eso de las seis de la tarde y que hoy quiso pescar temprano. Y estaba soltando las cuerdas de su bote cuando lo vio a la mitad del lago.

Asiento comprendiendo.

Nos quedamos en silencio mirando desde la distancia a los oficiales trabajar, todavía no lo han sacado de la lancha, esto tomará tiempo.

― ¿Qué harás hoy por la noche? ― suelta de la nada.

Lo miro un momento frunciendo el ceño, y luego sigo con mi mirada atenta sobre el puente de madera.

― Trabajar ¿Por qué? ― levanto una ceja.

― Tenemos nuestra primera cita pendiente ¿Lo recuerdas?

Mi atención se centra en el chico que ahora balancea con los pies su cuerpo de atrás hacia delante, tiene las mano metidas en su gabardina gris y rehúye de mi mirada viendo hacia el frente.

― ¿Quieres salir? ― le pregunto.

― Bueno... ― empieza a despeinar su cabello ― es que va a ver un evento y quería llevarte.

Siento que el pecho se me hincha y un cumulo de mariposas revolotean en mi estómago mientras que juego con mis dedos.

― Me gustaría ir.

― ¿Eh? ― gira su rostro mirándome.

― Que puedo dejar el trabajo a las siete e irme contigo.

Alec se relame los labios sin poder evitar una sonrisa mostrando todos sus dientes perfectos.

― Quiero besarte.

― No ― respondo tajante.

― Quiero besarte ― vuelve a decir.

― ¿Crees que es romántico besarnos justo aquí? Donde a unos metros están sacando un cadáver putrefacto que el mal olor pega hasta aquí ¿En serio quieres besarme justo aquí?

― Si lo dices así, creo que esperaré hasta la noche.

Asiento con la cabeza.

― Es lo más sensato oficial Rouset.

« ... »

― Recapitulemos ― habla en teniente Larry ― háblenme del principio.

Dayi suspira abriendo la carpeta y poniendo sobre la mesa fotos del caso.

― La primera víctima es Elizabeth Linn, encontrada como pintura renacentista en el museo. Causa de muerte: heridas punzo cortante. Teniendo en su mano el primer signo de la rueda zodiacal: Aries.

― La segunda víctima es Eliot Ketox, encontrado en un teatro ― habla Sofia ― envenenado con pastillas que contenían cianuro. Portando el signo de Tauro.

― ¿Por qué creen que asesinaron a Elizabeth Linn? ― Alec suelta la pregunta al aire ― ella era una chica que apenas empezaba la vida, no tenía enemigos.

― Pero sus padres si ― le digo ―, él señor y la señora Linn tienen enemigos por ser inversionistas de alta gama.

― Le aplicaron la ley sangre por sangre. ― comento

― Si ― el teniente asiente ― ¿Pero quién?

― Hasta ahora las víctimas se han identificado como Aires, Tauro, Géminis, Cáncer, Leo, Virgo, Libra... ¿La última víctima que signo tenía? ― pregunto mirándolos a todos.

― Escorpio. ― responde Sofia ― ¿Llegaron a identificar a esa víctima? ¿Por fin cuál fue su causa de muerte?

― Leyendo el reporte forense de Jenha ― Dayi empieza a leer ― Es Michael Collins de 46 años. Dueño de tiendas de ropa... Jenha le consiguió agua en los pulmones, lo que quiere decir que estaba vivo cuando lo metieron al lado. En simples palabras... lo ahogaron.

Alec recarga sus codos sobre la mesa mirándonos a todos.

― Michael ha sido el cuerpo con más descomposición que hemos encontrado ― murmura él ― ¿Creen que era una de las primeras víctimas?

― Lo dudo ― dice el teniente ―. Un familiar reconoció a Michael y dijo que no lo veía desde hace dos semanas, pero dijo que no le preocupaba que el desapareciera por meses sin decir nada, nunca llamó por una ausencia de dos semanas.

― Debemos actuar teniente ― me cruzo de brazos ― la prensa ya lo sabe, se fomenta el terror entre familias adineradas.

― Puede ser alguien que odie las familias ricas ― habla Dayi.

La miro a los ojos, antes de hablar.

― El odio es problema de todos. 

La Dalia NegraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora