― ¿Qué quieres que haga con ella? ― pregunta.
― Lo que tú quieras, es tu carne; véndela o cométela no me interesa. Solo desaparécela.
El hombre malo me toma por mis cabellos y chillo de dolor, siento como mi cuero cabelludo sangra.
― Por favor... ― musito temblando ― piedad...
― ¿Pides piedad? ― Me toma del mentón con violencia ― No niña, te equivocaste de lugar, esto no es el cielo para pedir piedad aquí se asumen las consecuencias de pactar con el diablo.
Me detalla de pies a cabeza, me repugna que mire de esa manera lasciva.
― Que ojos tan bonitos, belleza extraordinaria ― susurra acariciando mi mejilla sucia ― como me encantará corromperla ahora mismo.
Lloro, lloro inconsolablemente con la mirada gacha cuando escucho el cierre de su pantalón bajarse y...
Me despierto sobresaltada, la mirada perdida y el corazón que parece salirse de mi pecho.
Ha sido una pesadilla, una simple pesadilla.
Hago una nota mental recordándome que no debo ver más películas de terror por la madrugada y sola. Me hago muchas ideas.
Veo la hora, son las seis de la mañana pero tengo mi día libre, no tengo ningún apuro.
Me tomo mi día libre de la manera más civilizada...bueno, después de que el teniente Larry ordenara mantenerme a cien metros del departamento, los patrulleros tienen la orden de reportarme si me ven cerca.
Algo casual...
Comienzo mi mañana tomando una ducha relajada, me visto de deportivo, amarro mi cabello en una coleta alta y salgo a hacerme un desayuno nutritivo con jugo de naranja.
Una vez desayunada, tomo mi teléfono, mis llaves de la camioneta, una botella de agua mineral y lo meto en un bolso pequeño. Bajo por el ascensor y me encamino buscado mi camioneta.
Me subo a ella y emprendo la marcha al gimnasio que queda a pocas calles de aquí, por suerte no está cerca del departamento de policías.
Me estaciono y entro al lugar, guardo mi bolso en uno de los casilleros metálicos y me voy al área de boxeo.
Necesito descargar estrés contenido, caliento unos minutos, me coloco los guantes y empiezo a golpear el saco con fuerza.
Duro media hora allí, luego me voy a la caminadora otros treinta minutos más donde empiezo una caminata sencilla, al pasar de los minutos voy a un trote continuo y termino corriendo hasta el punto de parar porque me falta el aire.
10 minutos de descanso.
Busco mi casillero y tomo mi agua, casi media botella. Ahí es cuando me doy cuenta del lugar, está solo, la mayoría de las personas no vienen a estas horas de la mañana a excepción de...
Sonrío cuando visualizo a Alec sentado en la banca de una de las maquinas, tiene los audífonos puestos y esta sudado y jadeante.
No lo llamo porque sé que no me va escuchar así que camino hacia donde él está.
― ¿No deberías estar trabajando? ― le saco el audífono del oído.
Alec gira rápidamente y cuando se da cuenta que soy yo solo me muestra una sonrisa torcida.
― ¿Y tú no deberías estar descansando?
Me encojo de hombros restándole importancia.
― Aprovecho mi día ¿Y tú?
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La Dalia Negra
Mystery / ThrillerLa vida en Prípiat puede parecer hermosa, personas amables con la increíble cantidad de dinero que se maneja. Pero lo que nadie sabe es que ese lujoso pueblo esconde un siniestro secreto. Uno que quisieron enterrar y no pudieron... Las personas emp...