Loco por ti.

967 95 2
                                    


#Simone

- ¡Quiero a todo el mundo revisando el perímetro ya! ¡Ahora mismo! - gritó en cuanto veo a Lorenzo y sus hombre marcharse.

Mi pecho sube y baja, no dejo de apuntarlo.

Una bala. Solamente una puta bala y se haría todo a la mierda.

- Hermano - susurra Fabriccio.

- ¡Joder! ¡Jodeeeeer! - gritó aún con Lana entre mis brazos.

Acababa de perder millones.

- ¡Estás loco hijo mío! ¡Estás loco Simone! ¡Nos vas a llevar a la ruina! ¡A la ruina! - grita mi tío dando vueltas por el jardín de un lado a otro.

No me importaba. No me importaba una puta mierda ahora mismo.

- Fabio.

- Dime - contesta llegando a mi lado.

- Organiza unos días fuera de casa para toda la familia.

Noto como Lana levanta su cabeza buscando mi mirada, pero ahora mismo necesito encargarme de esto.

- ¿Ahora quieres un viaje? ¿Eso es lo que quieres? - pregunta mi tío mientras le hago caso omiso- Este sobrino mío me va a traer la desgracia.

- Papá- le dice Fratelo con tono de regaño a su padre.

Que se encarguen sus hijos de él.

- Busca lo que te dé la gana, donde no puedan encontrarnos. Salimos esta noche, absolutamente todos. Quiero que se refuerce la casa. Quiero el doble de seguridad. Quiero que revises todas las cámaras y micrófonos. Quiero que pongas nuevos sensores de movimiento.

Todos me miran atónitos por mi dureza al hablar, incluso Lana, que en ningún momento se ha separado de mí.

- Está bien- responde mi hombre.

- Y lo más importante de todo Fabio... quiero que muevas cielo, tierra y mar hasta dar con la persona que me ha traicionado y ha dejado que esos cabrones entren aquí. Para cuando volvamos, le quiero atado, hambriento y rogando piedad... esperando para verme y decirme a la cara como se le ha ocurrido traicionar mi nombre.

Lana se retuerce de manera inconsciente, haciéndome volver a la realidad. Bajo mi mirada hacia ella, y creo ver como entre miradas se está comunicando con Sophie. Esta se hace la tonta en cuanto miro su rostro en busca de algo que me diga que es lo que traman estas dos, pero no encuentro nada.

Lo que sí encuentro es la cara de enfado que mi tío me dirige sin siquiera pestañear.

- No vuelvas a mirarme así, recuperaré esos millones.

Y tras darle dos golpes en el hombro, me adentro en la casa con Lana de la mano. Ella parece un cordero yo viendo como cada uno de mis hombres se mueven por todos lados en busca de cualquier cosa que se salga dentro de lo normal. Una bomba, explosivos, micrófonos para enterarse de mi negocio, etc.

Yo solo sigo con ella adelante hasta llegar a mi habitación y tirarla sobre mi cama. Rodeada de sábanas negras de satén.

Una imagen hecha para el deleite.

- Explícame como conociéndome de hace días, se te ocurre poner tu vida en peligro por mí intentando interponerte en medio de un loco con una pistola- le digo subiéndome encima de ella con cada una de mis pierdas a los lados de su cadera y mi mano rodeando su cuello.

- Simone... - susurra. Está temblando debajo de mí.

- Nunca, escúchame bien. Nunca más vuelvas a hacer algo así.

La veo tragar duro, asentir sin dejar de mirarme a los ojos. Su mirada. Hace que me vuelva más que loco, hace que quiera volverme loco. Me obliga de una manera casi inhumana a tirarme sobre ella y besarla. Comermela a besos. Acariciarla con furor.

Estoy loco.

Jodidamente loco.

Me gusta. Me atrae. Me responde. Luce jodidamente bien a mi lado y está igual de loca que yo. Lo sé cuando la noto sonreír bajo mis labios.

No me lo pienso y llevo una de mis manos a uno de sus pechos mientras muevo mis caderas contra las de ella. Empiezo a notar como se suelta, como deja de tener vergüenza. Me tiene loco. Se está moviendo. Esté tomando la iniciativa, quiere cautivarme. Intenta impresionarme. Lo que no sabe es que quiero mucho más de ella.

- ¡Ahh! - gime sorprendida cuando nota la dureza de mi estocada aún con la ropa.

Se queda mirándome como con vergüenza por el sonido que acaba de hacer. Yo la beso. No quiero cagarla. Quiero sentirla joder. Que se desenvuelva para mí. Que sea ella. Que no tenga ningún tipo de tapujos junto a mí.

Entonces giro ambos cuerpos haciendo que ella quede sobre mí.

- Muévete nena, lo estás haciendo muy bien- la veo dudar al principio, pero no tarda en ceder.

Con un pecho al aire, el pelo suelto, su vestido arremangado y mi bragueta a punto de explotar... la contemplo moviéndose sobre mí. Se acaba de dar cuenta del placer que ella misma puede provocarse y provocarme moviéndose así. Le he dejado tener el control y lo lleva bastante bien.

- Esto... es... - gimotea cuando aprieto su cadera más contra mí para ejercer aún más presión entre nuestros cuerpos.

- Me gusta cielo, hazlo así, más rápido nena... así.

- ¡Ahh!

- Eso es- sonrío cuando la veo dudar.

- Simone - susurra con tono de preocupación mientras cambia el ritmo. La noto dudar entre sí pararse o no. Es ahí cuando entiendo que además de ser virgen, no tiene ni idea de cómo darse placer así misma.

- No pares ahora Lana, estás en lo mejor. Confía en mí.

Asiente rápidamente antes de comenzar a moverse nuevamente con más ritmo. Más y más. A mí me duele hasta la p*lla. Estoy apunto de llegar cuando la escucho a ella gritar.

- ¡Simoneee!

La imagen de sus ojos en blanco y sus uñas clavas en mis brazos, me hace venir.

Se tira sobre mí respirando rápidamente mientras se mueve lentamente aún sobre mí, intentando alargar el placer al máximo.

- Nena, nena... para cielo. Tienes que parar. Yo te ayudo si quieres.

Ella parece entender perfectamente lo que digo cuando se tumba a mi lado y se deja hacer. Está absorta en una nebulosa de deseo, y yo me siento en el cielo tocando cada parte de su ser.

- Umm - gimotea agarrándome del cuello.

- Joder. Estoy loco por ti.

IngénitoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora