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Parecía que tenía que ser más cuidadoso en el futuro.
Chu Lian dudó antes de preguntar: "¿Entonces los accesorios y la tienda que me regalaste anteriormente fueron comprados con el dinero de las minas de plata?"
Una comisura de los labios de He Changdi se levantó. Extendió la mano para sostenerla con más seguridad para que su cuerpo no se inclinara y tocara el frío alféizar de la ventana.
Con solo ver esa sonrisa suya, Chu Lian supo que había adivinado correctamente.
Ella inmediatamente comenzó a amonestarlo. "¡Tú, realmente lo usaste sin ninguna vergüenza! ¡Si lo miras más estrictamente, cometiste corrupción!"
La mirada profunda de He Changdi cayó sobre las mejillas sonrojadas de la mujer que amaba en sus brazos. Suspiró para sus adentros. Aunque su esposa era inteligente y astuta, era demasiado inexperta y misericordiosa. Si realmente conociera a alguien sin restricciones cuando se trata de intrigas, definitivamente caería en sus trampas.
"Está seguro. La plata que gasté fue apenas la punta del iceberg en comparación con el tamaño de esa mina de plata. El gobierno tiene sus propias leyes; incluso si fuimos Su Alteza y yo quienes descubrimos esa mina de plata, hay algunas leyes que no podemos eludir egoístamente. Lian'er, no te preocupes. Solo he tomado lo que merecía.
Chu Lian estaba un poco confundida por la respuesta de He Changdi, pero no siguió preguntando.
Ella no entendía los giros y vueltas de la política en la corte, por lo que no haría comentarios sin pensar. Sin embargo, ahora sabía que su marido lunático no era estricto con las reglas. En cambio, era incluso más astuto que un zorro.
Chu Lian se recostó sobre el firme pecho de He Changdi. Ella hizo girar un solo mechón de su cabello largo y negro en una mano, enrollándolo continuamente alrededor de su dedo.
"Sé que la concubina imperial Wei se enteró. ¿Entonces realmente fuiste a recoger hierbas para la Princesa Imperial Leyao esa noche?
Chu Lian lo miró, pensando que su esposo era demasiado honesto. ¿Por qué había ido tan obedientemente a cumplir las órdenes de la concubina imperial Wei? Incluso si ella lo hubiera chantajeado, ¿no podría haber sido un poco más inteligente al respecto?
"No", respondió He Changdi con voz tranquila.
Chu Lian: "¿Ah?"
"No salí a recoger hierbas para la Princesa Imperial Leyao. De hecho, a los médicos imperiales no les faltaban provisiones. Todo lo que ella estaba tratando de hacer era hacerme la vida difícil. Simplemente salí al bosque y noqueé a los asistentes que ella había enviado para seguirme. Luego esperé en las montañas hasta la medianoche antes de regresar al campamento".
He Changdi solo había hecho todo eso para el espectáculo. Aunque no temía las amenazas de la concubina imperial Wei, seguía siendo un funcionario y alguien a quien el emperador había administrado personalmente. Por mucho que la concubina imperial Wei tratara de ejercer su influencia, no podía interferir con el funcionamiento de la corte, por lo que no podría afectarlo mucho.
Sin embargo, fue diferente para Chu Lian. Incluso si la concubina imperial Wei no lo tocaría, podría usar su identidad para presionar a Chu Lian. Mientras habían estado acampados en los terrenos de caza, su tienda no había estado muy lejos de las tiendas del emperador y la concubina imperial Wei.
Habría sido demasiado fácil para la concubina imperial Wei encontrar alguna excusa para castigar a Chu Lian.
Sin embargo, había algo extraño en todo esto. En el transcurso de los dos días que pasó en los terrenos de caza, desde que Chu Lian se cayó de su caballo y comenzó a recuperarse en su tienda, la concubina imperial Wei parecía haberse olvidado de ella por completo. Ni siquiera había mencionado a Chu Lian una vez. Esto era algo que He Changdi aún tenía que resolver.
