Capítulo 2.

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Al siguiente día de ese incidente paso lo que nunca me esperaba, pues por culpa de la tontería que ellas fueran a ver a los chicos, los del consejo estudiantil nos castigaron con ir a una especie de prisión que tenían en esa escuela para los alumnos malos, pero en esta ocasión solo somos las chicas las que estamos prisioneras.

-Pensaba que siendo chica serían más respetuosa- Takeshi golpeo la mesa con sus manos fuertemente – ¡Pero solo os habéis aprovechado de nuestra caballerosidad para infringir las normas sin importaros que estáis bajo nuestro cargo!

- ¡Uhm! Yo de verdad tengo ganas de llorar, pues no quiero que me expulsen.

-Entregadle a cada una su uniforme. Cada uno de nuestros supervisores nos dio una balsa, momento que descubrí que el famoso Kiyoshi es el pelirrojo guapo con el que choqué.

-Deben poneros el uniforme e ir con nosotros a las celdas en silencio hicimos caso y nos pusimos un uniforme de presas.

- ¿No hay tallas más grandes? Dijo Jaiko, pues los uniformes son de una sola talla que solo a tres le sentaban bien, pues a Jaiko le quedaba pequeño de la tripa y a mí como un saco, que tenía que remangarme y atar mucho la cuerda del pantalón para que no se me cayera.

- ¡Estáis castigadas, asique no podéis quejaros!

Con los uniformes puestos cada uno de nuestros supervisores nos llevó a nuestras celdas duramente, las cuales estaban por lo menos limpias, teníamos una cama normalita y cosas que tienen una celda, como un lavabo con su retrete de metal como tienen en las prisiones de verdad.

-Vamos a dejaros las cosas claras- tras instalarnos nos llevaron a una sala –aquí tendréis las clases televisadas durante el mes de castigo, si aunque sea una de ustedes 5 hace una cosa mala u os intentáis fugar, se os pondrá más dura la estancia aquí, si os intentáis escapar por segunda vez el castigo subirá a 3 meses más, ya a la tercera vez si será expulsión y quieran o no conociendo sus notas si sería una lástima que se mache su historial.

- ¡Es ilegal lo que nos haces, son unos machistas y solo nos quieren hacer perversiones! Yuna dijo eso enojada.

-Ju, créeme, ustedes serían las ultimas mujeres que tocaríamos, desde el primer momento solo nos habéis dañado la vista.

- ¡Nos pensamos quejar a los profesores! Ahora fue Rina la que protesto.

-Los profesores apoyan estos castigos, pues esta prisión es parte de la escuela desde hace muchos años y para que vean que somos igualitarios, os tratamos por igual.

- ¡Pues se lo diremos a nuestros padres! Bara soltó eso.

-Bara, que yo no tengo padres, yo estoy aquí por ST. Dije nerviosa.

-Bueno, si quieren decirles a sus padres y a ST, pues vengan, llamen y digan que fueron castigadas por hacer cosas que no harían unas damas.

- ¡Uhm!

-Ustedes eligen, ser castigadas o expulsadas y llevadas a una prisión de verdad por pervertidas.

-Joder.

-Bien, os dejo con el vicepresidente Akira.

-Yo os vigilaré a la vez que también os doy clases de reeducación, pues por las buenas o malas saldrán siendo unas damas educadas- dijo Akira chocando la fusta contra la mesa –dicho todo esto, las 5 empecen sus clases. Puso en un monitor la clase.

-Nos vemos después de ellas. Los cinco se fueron y nos dejaron allí encerradas.

El castigo fue no solo malo por estar encerrada, sino que por culpa de seguirlas me he quedado sin mi quedada con Rui a ver el Sumo, pues ya dudo que él quiera ir a llevarme, asique me deprimo un poco por eso, incluso me dan ganas de matar a Yuna, pues la principal culpable es ella, aunque parece tonta es la más Maquiavela y pervertida.

-Bien, para que aprendan las 5 harán una vaya para que aprendan y tengáis vuestro propio lugar de recreo, lo queremos en tres días. El siguiente día que no había clases nos dijeron eso.

- ¡Eso es injusto…! Akira cayó a Yuna con la fusta, de tal manera que consiguió hacerle soltar el aparato de la boca.

-Recuerda las reglas que os deje en la sala de estudio, no podéis hablar y tenéis que ser obedientes ¿Queda claro señoritas? Espero que sí, pues no me gusta pegar a chicas, aunque a ustedes no sé si catalogaros como chicas- soltó una risita –ahora a trabajar o no comerán esta noche.

Yo me puse a trabajar sin hacer ruido y cumpliendo como nos ordenaban, incluso desde donde estoy trabajando logro ver a Rui que me mira desde una ventana, pero pronto por miedo deje de mirarle, pues al ver como Akira golpeo a Rina por beber agua sin permiso me asuste y seguí trabajando a duras penas, ya que me hice daño trabando en mis manos, aunque la que lo tiene complicado es Bara, pues la pobre tiene el problema de salud y Jaiko siempre la protege para que Akira no la dañen, pero Jaiko en si hace eso porque ella es un poco Masoquista, de tal manera que hasta ella quería lamer las botas de Akira.

-Akira-sempai se está pasando- dije tomando un poco de valor –dices que nosotras debemos actuar como damas, pero usted no hace cosas de caballero, pues un auténtico caballero no humilla a una chica como lo hace.

- ¿Me vas a enseñar a mí de educación?

-Aqua tranquila, a mí no me importa.

-Jaiko, no, él no debe usar su poder para humillarnos, porque no seamos de su agrado no hace falta hacernos esto, por encima de todo somos humanas y tenemos derechos… Akira me agarro la cara y me miro a los ojos.

-Por esta vez pasaré por alto tu osadía, pero no juegues con tu suerte- me soltó la cara con desprecio - ¡Vuelvan a trabajar!

Esa noche en la cena Jaiko enojada me regaño por no haberla dejado lamer la bota, pues ella quería hacerlo, incluso me dijo que si volvía hacerlo me iba a dar una cachetada de las buenas por meterme en lo que según ella decía que era sus asuntos, eso solo hizo que me sorprendiera hasta donde llega la perversión de esa chica, pero no es la única que me deja a cuadro las otras cuatros me dijeron lo mismo, pues ellas con tal de ser tocadas o tener un acto con un chico les daba igual ser golpeadas.

- ¿Ya la peli azul no es tan valiente hoy? – al siguiente día al caérseme unos tablones encima Akira burlón se sentó sobre esos tablones sin impórtale que pesa - ¿Qué? ¿No protestas?

- ¡Uhm!

- ¡Vicepresidente, no le castigue a esa patosa, yo soy más inútil, castígueme a mí!

- ¡No, a mí, yo incluso he malgastado clavos!

- ¡Yo lameré sus botas!

- ¡Cof, cof! – Bara a duras penas levantaba la mano - ¡Yo…cof…soy inútil…cof!

Continuará…

Prisionera del amor. (Mi Propio Prison School)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora