Prisionera del amor. (Mi Propio Prison School)

Capítulo 13.

Al poco de volver empezaron a tratarme mal, empezando por no dejarme ni comida, es que incluso cuando Yuna me iba dar algo, no le dejaban o hacían que se cayera al suelo y luego lo pisaban para que no comiera, por suerte tenían lo que Kiyoshi me enviaba como supervisor y no me moría de hambre.

-Hoy divídase en dos grupos, pues unos tienen que limpiar los baños y otros han de arreglar el almacén de los deportes. Akira nos dio esa orden.

-Nosotras iremos a arreglar el almacén. Dijo Rina que es la que más enojada está conmigo.

-Pues nosotras limpiamos los baños…

-Yuna, tú te vienes con nosotras ¿No?

-Pero…

-Yuna te vienes ¿No? Yuna triste me miro y se fue con ellas.

Sola me fui a limpiar los baños, pero ya me da igual, nunca creo que me hubieran visto como una más en ese grupo, más porque nunca me tuvieron en cuenta a mis decisiones, sobre todo porque yo fui la primera que se opuso a que fueran aquella noche a ver a hombres desnudos a los baños.

-Buenas, disculpe que le moleste, pero soy la chica que limpia, como veo que está ocupado limpiaré este el ultimo, solo le pido que me avise cuando terminé- dije eso tras tocar su puerta y luego me fui a fuera a esperar - ¡Uhm! Espero que… Oí el sonido de la cisterna y esperando que salieran deje la cabeza gacha.

-Ya puedes trabajar- levante al escuchar la voz de Kiyoshi –ju es un trabajo apropiado para ti.

-Kiyoshi… Él me miraba sonriente, mientras se colocaba bien la misma chaqueta que yo le había cogido hace poco y ya había recuperado.

- ¿Te alegras de verme? ¿No te gusto lo que te envié? Eso te ayudara a que puedas hacer los trabajos sin problemas.

-Sí, le agradezco todo y bueno, ahora he de regresar a mi trabajo, que tengas un buen día…

-Oí que te fugaste, sobre todo usando mi chaqueta- se bajó la cremallera dejando ver que bajo de ella no tiene camisa, pero pasé de él y me puse a limpiar –no me ignores.

-Kiyoshi-sempai, tengo un trabajo que hacer, no puedo atenderle.

-Ju, pasas de mí como si no te interesara estar cerca de mí, es como si me trataras de lejitos por parecerte un chico sucio. Me dijo eso acorralándome contra la puerta del cubículo.

-Yo…yo…yo no he dicho eso.

- ¿Entonces no piensas que soy un chico sucio?

-No, no pienso eso, pero no hace falta que te acerques tanto a mí. La puerta se abrió y me quede sentada en la taza del váter.

-Si lo que dices es cierto demuéstramelo.

- ¡Uhm! Apoyo una pierna en la pared que tengo tras de mí, mientras tiemblo del miedo y misteriosamente de excitación.

-Dime ¿Has olvidado tan rápido lo que me hiciste?

-Kiyoshi-sempai, es mejor hacer borrón y cuenta nueva.

-Yo no pienso hacer eso, pues ahora soy un demonio que se cobrara todo lo que me hiciste.

- ¿Qué quieres decir? Yo no creo que quieras hacer eso, eso solo lo hacen los perros para marcar a sus hembras y usted no es un perro.

-No soy un perro, ni un chico sucio para ti ¿No? Puso su cara cerca de la mía, haciendo que sienta su respiración y huela su olor.

-Por supuesto que no me pareces nada de eso, eres un sempai que respeto y agradezco todas sus ayudas.

-Ju, que adorable eres- se apartó de mí –ya continuaremos pronto, pues hoy tengo prisa, pero para la próxima pienso disfrutar bien de mi protegida y sin prisas.

- ¿Eh? Dijo eso y se fue dejándome picueta.

No podía parar de pensar en lo que paso con Kiyoshi hoy, incluso envió hoy más cosas para mí y su chaqueta que olía bien a él, dejándome embriagada, pero no es lo único raro que pasa hoy en la escuela, Akira se ha llevado a Rina para hablar a solas en la sala de interrogación, aunque yo pase de eso, pues estoy rallada con Kiyoshi.

Continuará…