•Hace tres meses que Minho llegó a su nuevo apartamento en el que comparte piso con Han Jisung, un actor poco reconocido al que le mortifica mucho su físico.•
-Te ves más delgado, deberías comer algo, no me gustaría que esas adorables mejillas desap...
Algunos cálidos rayos de sol se filtraban a través de las delgadas cortinas cafés y blancas que adornaban la sala de los dos chicos. Jisung abrió sus ojos al darse cuenta de que ya había amanecido. Iba a levantarse, pero sintió un peso sobre su cintura. Volteó su vista abajo y se topo con el brazo de Minho, se giró con dificultad para quedar cara a cara con el pelinegro.
Recordó la noche anterior, la serie que vieron y la conversación que tuvieron. Jisung se sentía avergonzado y nervioso. Jamás había dormido con otra persona que no fuera su madre, además tener a Minho tan cerca lo ponía nervioso.
Respiro Ondo para tratar de calmarse, pero no funcionó de mucho. Lo único que consiguió fue lograr inhalar el masculino pero dulce olor que desprendía su Hyung. Puso sus manos sobre el brazo de Minho para tratar de apartarlo y así poder levantarse. Pero solo consiguió un gruñido de parte de Minho y que apretara más su agarre. Han supuso que aún seguía dormido, por lo que decidió intentar otra cosa.
—H-hyung, despierta, ya es de día—. dijo, pero Minho no se movió . Decidió intentarlo algunas veces más, pero nada. Ese chico si que tenía el sueño pesado. Cómo último recurso Han puso sus manos sobre las mejillas de Minho y las movió un poco mientras seguía repitiendo que era hora de levantarse.
Lee por fin abrió los ojos, topandose con la linda y sonrojada cara de Jisung. Por inercia Minho sonrió. Han parecía un niño. Aunque no recordaba como habían terminado en esa posición, solo que el menor fue el primero en dormirse.
—Buen día Sunggie—. Dijo pensando que no le molestaría despertar todos los días así.
—B-buenos días Hyung. Yo... Este tengo que irme.—dijo Jisung haciendo a Minho caer en cuenta de que lo estaba abrazando. El susodicho se sorprendió un poco pero no sé aparto, solamente abulto un poco su labio en forma de un pequeño puchero.
—¿No puedes quedarte un poco más? Estoy cómodo así—. El mayor junto más sus cuerpos mientras sonreía.
—Yo... No lo sé, tengo que ir a trabajar.
—¿En sábado?—Jisumg asintió.
—Tendré una pequeña junta con mi manager a las 12.
Minho estiró su brazo sobre el respaldo del sillón para tomar su teléfono. Encendió la pantalla y vió la hora, ignorando las múltiples notificaciones que tenía.
—Apenas son las 9, falta mucho—Jisung dudó.—Vamos, por favor—Dijo Minho alegando la última letra. Jisung cedió.
—Bien, pero solo un ratito más. O, y pon una alarma, no quiero llegar tarde—. Minho asintió feliz y programó una alarma para dentro de una hora y veinte minutos en su celular.
Minho se acomodó y Han puso su su cabeza junto al pecho de Minho. Una sensación de tranquilidad se extendió por el cuerpo de ambos, Jisung ya no estaba nervioso, ni mucho menos incómodo. Y Minho por su parte disfrutaba de tener a Han entre sus brazos.
Pronto ambos cayeron dormidos.
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El tono de la alarma sonó. Minho fue el primero que despertó, y maldijo en su mente por interrumpir su linda siesta con Jisung. Apagó la alarma y movió un poco a Jisung para que despertara. Tomó su celular y no se resistió a tomar una foto del menor, ¿Cómo era posible que se viera tan hermoso estando simplemente dormido? Han tenía su cabello despeinado y su boca estaba entreabierta, respiraba con tranquilidad, Minho por su parte tenía unas ganas enormes de besar sus lindas mejillas.
Luego de tomar su foto la guardo en una carpeta especial en su galería con el nombre "Sunggie🐿️💕 ". Jisung abrió poco a poco sus ojos.
—¿Qué hora es?—preguntó tallando sus ojos con sus pequeñas y suaves manos.
—Diez treinta, cariño—. Han se sorprendió un poco por el apodo, pero no dijo nada.—¿Ya vas a levantarte?
Han asintió. El pelinegro se levantó del sofá y acomodó sus pantalones y camisa.
—Iré a lavarme, luego haré el desayuno ¿Quieres algo?
"Es evidente que subiste de peso" Jisung recordó las palabras de su manager.
—No gracias Hyung, aún no tengo hambre.
—Recuerda lo que hablamos ayer.
—No te preocupes, si me da hambre compraré algo en el camino.
Jisung se sintió un poco culpable por haberle mentido a Minho. El día de ayer Han había caído en cuenta de lo mucho que su Hyung se preocupaba por el, y se sentía mal al desobedecerlo, pero no quería más problemas con Hena. Al final ella quería lo mejor para él ¿No es así?
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Holap, aquí el capítulo cuatro.
Es un poco corto, la verdad no me convenció mucho, Pero ya era hora de actualizar.
