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Preocupación, inquietud y temor.

 Es como se sentia Minho en este momento. Desde que salió del apartamento, luego de la discusión con Jisung un sentimiento de preocupación de instalo en su garganta y en su pecho. Algo que le evitaba hablar con normalidad, que le evitaba comer a gusto y, sobre todo que le evito disfrutar su viaje junto a sus padres.

—Recuerda mantenerte alejado de las tijeras, Minho. El cabello largo te va genial, hijo—dijo su madre desde el asiento trasero, el castaño no respondió—¿Hijo?

—¿Si? Lo siento, no estaba prestando atención.

—¿Sucede algo? Haz estado distraído, no eres así—dijo su padre.

—No, no se preocupen—mintió, pero a los pocos segundos se retractó—Bueno en realidad si. Tengo un amigo Jisung, él me preocupa. El tiene algunos malos hábitos: suele saltarse las comidas, o come muy poco, hay días en los que solamente toma agua o café y suele enfermarse mucho o marearse.

—Tal vez el chico tiene problemas de autoestima, o algún transtorno alimenticio. 

—A veces hace comentarios negativos sobre su cuerpo...

—Deberías aconsejarle que se haga unos análisis de sangre, si dices que se enferma seguido y se marea puede tener anemia—aconsejo su padre. 

—Lo haré. Ayer tuvimos algo como una discusión, no pude solucionarlo, el no quería hablar y el tren estaba a punto de salir.

—¿Por qué fue?—preguntó su madre.

—No estoy muy seguro. Pero lo que pasó fue que le hice de comer, como les digo muchas veces se salta las comidas, y para asegurarme de que coma le hago de comer yo mismo.

—Es un lindo gesto, ese es mi Min—dijo su madre, Minho sonrió sin despegar la vista del camino, se sentía tan bien hablar con sus padres.

—Ayer, como de costumbre prepare la comida, el había salido a una junta del trabajo, y cuando llegó venía llorando—suspiró— no me quiso contar que fue lo que sucedió, solo me pidió que abrazara. Luego de un rato le dije que sería mejor que fuéramos a comer, el se negó varias veces, supongo que insistí demasiado hasta que comenzó a gritarme y dijo "si como engordare y nadie me querrá"—esas palabras aún resonaban en su cabeza ¿De dónde demonios había sacado eso?—luego se fue a su habitación y se negó a salir para hablar—concluyó.

—Pobre chico debe tener un serio problema en su cabecita para querer dejar de comer.

—Lo sé, pero no sé de dónde saco que si engorda nadie lo querrá. Para empezar el ni siquiera está gordo, es muy delgado.  Menos por su carita, sus cachetitos son bastante redonditos, hacen que me parezca una pequeña ardillita y me den ganas de besarlos y tocarlos todo el tiempo. Es demasiado tierno.

—Min ¿Seguro que es solo tu amigo? —preguntó su padre con gracia, su madre río bajito.

—Papá, que cosa dices...—dijo sonrojado.

Durante el resto del camino siguieron hablando del tema, para él hablar con sus padres era todo un alivio. Siempre fueron comprensivos, siempre lo aconsejan y ayudan sin juzgarlo.

Al llegar estar frente a la puerta Minho pensó que quizás sería una mejor idea tocar, así Han se vería obligado a abrir y podrían hablar. Tocó, y espero, pero nada, ni un solo ruido. Luego de un minuto abrió la puerta por su cuenta. Tan solo con dar un paso en el recibidor el ambiente entero cambio; todo estaba apagado, la comida en la estufa tal y como la había dejado. Minho sintio una punzada, Han no había comido nada. Dejo sus cosas en la entrada y llamo a su compañero:

—Jisung, ya llegué—nadie respondió, al cruzar la sala lo vió. Si corazón comenzó a palpitar y la adrenalina aumento se congeló por un segundo. Jisung yacía tendido en el piso, con una de sus manos sangrando. Minho apresuró hacia él, lo movió, lo llamó, pero nada. Por su mente paso lo peor, y su única idea fueron revisar sus palpitaciones tal como en las películas. Estaban lentas, pero constantes. 

Con las lágrimas amenazando con salir corrió hacia donde están su bolso y llamo al número de emergencias. Sus manos estaban temblando, tenía escalofríos, la ansiedad aumentaba cada vez más. Pensaba en tantas cosas, tantas preguntas que no era capaz de responder. Con dificultad le dió la dirección e instrucciones a la señorita al otro lado del teléfono. 

Al colgar la llamada lo único que pudo hacer fue abrazar a Jisung, recostarlo sobre su pecho mientras daba caricias y besos en su cabeza, repetía una y otra vez que todo iba a estar bien y que la ayuda venía en camino. 

Y luego de 15 minutos que fueron una tortura para Minho la ambulancia llegó.


HOLAAAAA 

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HOLAAAAA 

Así es, después de taaaanto tiempo he vuelto. 

Lamento no haber subido nada en todo este tiempo. Está historia es algo difícil, y me entró un bloqueo tremendo por unas semanas, luego estuve evitando continuarla por varias razones personales, pero hace unos días me puse a planear cosas para esta historia, a hacer notas de capítulos etcétera y ahora regresa con todo. Ya se viene lo emocionante, estoy pensando en hacer un maratón ¿Que dicen? 

Espero que les haya gustado, no olviden votar💗

A las 100 vistas actualizo

Si tienes hambre solo come -Minsung-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora