pasion prohibida (SASUNARU)

10( corregido)

La luz de la mañana entraba por las rendijas de la cueva, iluminando suavemente el espacio donde Naruto y Sasuke habían pasado la noche. Después del beso que compartieron, un aire de intimidad envolvía el lugar. Naruto se estiró, sintiendo el suave roce de la manta contra su piel y el latido acelerado de su corazón al recordar los momentos que habían compartido.

Con un suspiro, se sentó en la orilla de la manta, sintiendo una mezcla de ansiedad y emoción. La noche anterior había marcado un cambio monumental en su relación, pero ahora enfrentaba la realidad de lo que eso significaba. Se volvió hacia Sasuke, que aún dormía plácidamente, una expresión de paz en su rostro.

Decidido a no perder más tiempo, Naruto se levantó y comenzó a prepararse. Sabía que debía hablar con Sasuke sobre lo que había pasado, pero su mente estaba llena de dudas. ¿Serían capaces de manejar lo que habían comenzado? ¿Qué diría Sasuke? La pregunta lo llenaba de nervios.

Mientras Naruto se vestía, una sombra se movió detrás de él. Sasuke se había despertado y lo observaba con una mirada de curiosidad y quizás un poco de timidez.

—¿Estás bien? —preguntó Sasuke, su voz todavía sonaba soñolienta.

Naruto sonrió, sintiendo que una chispa de calidez se encendía en su pecho.

—Sí... solo estaba pensando en lo que pasó anoche —respondió, sin poder evitar sonrojarse.

Sasuke lo miró fijamente, y por un momento, el aire entre ellos se llenó de tensión. Fue entonces cuando un estruendo resonó en la entrada de la cueva, seguido de risas y voces familiares.

—¡Oye, chico! ¡Espero que no estés haciendo nada inapropiado! —gritó Jiraiya, su voz llena de broma mientras entraba en la cueva, seguido de Orochimaru.

Naruto sintió que su corazón se detenía. Las palabras de Jiraiya resonaban como un eco en su mente. Rápidamente, se puso de pie, tratando de ocultar la confusión en su rostro.

—¡Jiraiya! ¡Orochimaru! —exclamó, su voz casi un grito.

Orochimaru sonrió de manera astuta, sus ojos brillando con curiosidad.

—Vaya, parece que llegamos en un mal momento. ¿No es así, Sasuke? —dijo, mirando al Uchiha con interés.

Sasuke se cruzó de brazos, claramente incómodo ante la situación.

—¿Qué quieren? —preguntó con una mezcla de desdén y desinterés, intentando mantener la calma.

Jiraiya se acercó, dejando caer un enorme saco en el suelo.

—Traje provisiones y algo de información sobre la próxima misión. Pero primero, me gustaría escuchar sobre la celebración de cumpleaños de mi querido alumno —dijo, guiñándole un ojo a Naruto.

Naruto se sintió ruborizarse, recordando lo que había pasado la noche anterior. La tensión se palpaba en el aire, y mientras Jiraiya comenzaba a sacar bocadillos del saco, Orochimaru se acercó más a los dos chicos.

—Sabes, Sasuke, he notado una energía interesante entre ustedes dos. ¿Qué están planeando? —preguntó Orochimaru, su tono era más curioso que acusador.

Naruto tragó saliva, mirando a Sasuke, quien parecía estar luchando con sus propias emociones.

—No hay nada que planear. Solo estamos... —empezó Sasuke, pero fue interrumpido por Naruto.

—Estamos tratando de averiguar qué significa lo que sentimos el uno por el otro. La noche anterior fue... diferente —admitió Naruto, sintiendo que era un momento de honestidad.

Jiraiya dejó de moverse, prestando atención.

—Eso suena como un gran paso. La relación entre amigos puede evolucionar hacia algo más profundo. Pero, ¿están listos para eso?

Naruto se sintió más seguro con la pregunta. Había estado pensando en ello toda la noche.

—No sé si estoy completamente listo, pero... sé que quiero intentarlo.

Sasuke asintió, su mirada seria pero llena de determinación.

—Yo también quiero intentarlo. Es complicado, pero creo que podemos manejarlo —dijo, mirando a Naruto con un aire de confianza.

Orochimaru, con una sonrisa sardónica, cruzó los brazos.

—La juventud es una etapa para explorar emociones y relaciones. La vida puede ser corta y complicada; no tengan miedo de aprovechar cada momento.

Naruto sintió que su corazón se llenaba de esperanza. Por primera vez, la idea de estar con Sasuke no parecía aterradora.

—Así que, ¿deberíamos seguir adelante con esto? —preguntó Naruto, sintiendo una oleada de valentía.

Sasuke lo miró intensamente, como si estuviera leyendo sus pensamientos.

—Sí. Quiero que esto funcione. Pero también necesitamos ser honestos sobre lo que enfrentaremos —respondió.

Jiraiya asintió, satisfecho.

—Esa es una excelente manera de empezar. La comunicación es clave. También es importante estar preparados para cualquier obstáculo que puedan encontrar. Pero juntos, son más fuertes.

Naruto sonrió, sintiéndose respaldado. Sabía que no sería fácil, pero tener a Sasuke a su lado le daba la confianza que necesitaba.

—Entonces, ¿qué hacemos ahora? —preguntó Naruto.

Orochimaru intervino.

—Creo que sería prudente que se concentraran en fortalecer su vínculo. Hay mucho en juego, especialmente en esta etapa. La próxima misión que planeamos podría ser peligrosa, y necesitarán estar en sintonía.

La conversación continuó, fluyendo con risas y algunas bromas, mientras los cuatro se acomodaban en la cueva. Naruto sintió que la atmósfera se volvía más ligera, aunque las palabras de Orochimaru resonaban en su mente.

Mientras el día avanzaba, los chicos comenzaron a planificar cómo avanzar. Jiraiya compartía historias sobre sus propias experiencias en el amor y la amistad, y Naruto escuchaba con atención, sintiéndose más seguro de lo que había comenzado con Sasuke.

—Lo más importante es que sean ustedes mismos. Nunca dejen que nadie les diga lo que deben sentir o cómo deben actuar. La vida es suya para vivirla —dijo Jiraiya con una sonrisa, mientras Orochimaru asentía, aunque con un aire más cauteloso.

El ambiente en la cueva se llenó de promesas y posibilidades, y mientras Naruto miraba a Sasuke, sintió que un nuevo capítulo de sus vidas estaba a punto de comenzar. Un capítulo lleno de exploración, emoción y el deseo de ser más que solo amigos.

El futuro se veía incierto, pero con Sasuke a su lado, Naruto estaba listo para enfrentarlo, sin importar lo que viniera.