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SASUKE

La revelación de Naruto me golpeó como un rayo. La noticia de que estaba embarazado me dejó en estado de shock, una mezcla de incredulidad y confusión me invadió. No sabía cómo reaccionar ante algo tan monumental. Miré su rostro, la preocupación reflejada en sus ojos, y una parte de mí sintió una punzada de culpa por no poder ofrecerle la tranquilidad que necesitaba en ese momento.

Afuera, el sol brillaba intensamente, pero en mi interior, todo era una tormenta. ¿Cómo habíamos llegado a esto? Aquel encuentro casual había desencadenado una serie de eventos que nos llevaron a esta encrucijada. Y, a pesar de la confusión, algo en mí también vibraba de emoción. Una chispa que intentaba mantener oculta bajo capas de indiferencia.

No pude evitar recordar la noche en que todo cambió. Aquella conexión intensa, la forma en que sus labios se encontraban con los míos, la forma en que me hizo sentir vivo. Siempre había sido un chico fuerte, pero con él, mi guardia bajaba, y eso me aterrorizaba.

Mientras Naruto hablaba, explicando su inseguridad, sentí el impulso de acercarme a él, de asegurarle que todo iba a estar bien. Pero mis instintos me decían que debía mantener la distancia. No podía permitir que se viera mi vulnerabilidad, ni que supiera que estaba emocionado por la posibilidad de ser padre.

Lo único que sabía era que, a pesar de la incertidumbre, quería estar a su lado. Quería ser parte de la vida que estaba por venir, y, de alguna manera, quería ser el tipo de persona que Naruto necesitaba en este momento. Pero, al mismo tiempo, temía no estar a la altura.

Cuando finalmente le dije que lo apoyaría, me sorprendió la calidez que emergía en mi pecho. Era una sensación extraña, algo que no experimentaba a menudo. En mis pensamientos, sabía que Naruto era fuerte, incluso si no lo creía en este momento. Y yo... yo tenía que ser fuerte para los dos.

A pesar de mi exterior frío, una sonrisa interna se dibujó en mi mente. La idea de tener a alguien a quien cuidar, de construir algo con Naruto, era emocionante. Pero la sombra del miedo a lo desconocido siempre estaba presente. Me aferré a esa emoción oculta mientras trataba de mantenerme firme, de no mostrarle a Naruto que, por dentro, había un conflicto entre la alegría y el temor.

Todo lo que podía hacer era mirar al horizonte, sintiendo que, de alguna manera, este pequeño ser que estaba por venir podría ser el vínculo que ambos necesitábamos. Era un paso hacia lo desconocido, pero estaba dispuesto a dar ese paso. Después de todo, si había algo que había aprendido en mi vida, era que los momentos de incertidumbre a menudo conducen a los mayores cambios.


Mientras el sol seguía ascendiendo en el cielo, iluminando nuestro pequeño rincón del mundo, una sensación intensa de deseo comenzó a llenarme. Miré a Naruto y vi la mezcla de vulnerabilidad y fortaleza en su mirada. Cada latido de mi corazón parecía resonar con la promesa de un futuro compartido.

—¿Sabes? —dije, acercándome un poco más, sintiendo la cercanía entre nuestros cuerpos. Me haces sentir vivo.

Naruto sonrió, un destello de confianza que me hizo querer acercarme aún más. 

 —¿De verdad? Su tono era juguetón, pero había una seriedad en sus ojos que no podía ignorar.

 —Sí, de verdad. Mi voz se volvió más profunda, cargada de emoción. Desde que te conocí, mi vida ha cambiado. Ahora, con este bebé... Siento que tenemos algo que vale la pena luchar.

 —Sasuke... su voz se volvió más suave, casi un susurro cargado de deseo. Tú eres mi razón para seguir adelante.

La conexión entre nosotros se intensificó, un calor que se extendía desde mi pecho hasta cada fibra de mi ser. Me incliné hacia él, sintiendo cómo el aire se volvía denso con la tensión de lo que ambos deseábamos. El momento se volvió sagrado, y todo a nuestro alrededor desapareció.

A medida que nuestras miradas se entrelazaban, sabía que no podía contenerme más.

—Quiero... quiero besarte. Las palabras salieron de mi boca como una declaración, y vi cómo sus ojos se iluminaban con un brillo ardiente.

—Entonces, hazlo. La invitación fue clara, y sentí una oleada de deseo atravesar mi cuerpo.

Sin pensarlo dos veces, incliné mi rostro hacia el suyo, atrapando sus labios con los míos en un beso que comenzó suave, pero rápidamente se transformó en algo mucho más intenso. Era como si todo el mundo se desvaneciera, dejando solo a Naruto y a mí en nuestra burbuja de pasión.

Mis manos se enredaron en su cabello mientras profundizaba el beso, sintiendo cómo su cuerpo se acercaba al mío, compartiendo ese calor que ambos anhelábamos. Cada roce de sus labios contra los míos enviaba ondas de deseo por todo mi cuerpo, y su fragancia dulce me envolvía, haciéndome perder la noción del tiempo y del espacio.

—Sasuke... susurró entre besos, su voz entrecortada, llena de anhelo. No puedo creer lo que siento.

 —Yo tampoco... respondí, manteniendo mis labios cerca de los suyos, sintiendo la intensidad del momento. Pero quiero sentir más. Quiero explorar esto contigo.

La pasión entre nosotros se encendió como una llama, cada beso se volvía más profundo, más urgente, mientras nuestras respiraciones se entrelazaban. Era un deseo palpable, un fuego que no podía apagarse, un deseo que prometía consumirnos si nos dejábamos llevar.

Finalmente, me separé un poco, mirándolo a los ojos

 —Eres todo lo que siempre he querido. Dijo, y su sinceridad hizo que mi corazón latiera aún más rápido.

—Y tú eres mi razón para luchar, Naruto. Mis palabras eran un compromiso, un deseo de construir un futuro juntos, sin importar los desafíos que pudiéramos enfrentar.

Y así, nos sumergimos una vez más en ese beso, uniendo nuestros cuerpos y almas en una conexión que prometía mucho más que solo un momento. Era el inicio de algo nuevo, algo hermoso, lleno de amor, deseo y la promesa de un futuro brillante.


pasion prohibida (SASUNARU)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora