Mientras la luz de las velas danzaba en la cueva, la atmósfera se volvía cada vez más íntima. Naruto y Sasuke terminaron de comer, y aunque el ambiente había sido ligero y divertido, había una tensión palpable en el aire. Una tensión que ambos sentían, pero que nunca se habían atrevido a explorar del todo.
Naruto se recostó un poco, apoyando su cabeza en la mano mientras miraba a Sasuke. No pudo evitar sonreír al ver la banda de Konoha que brillaba en la muñeca del Uchiha, un recordatorio de su conexión y la promesa que habían hecho, aunque fuera en silencio.
—Me alegra que te haya gustado el regalo —dijo Naruto, jugando con los dedos de su camiseta.
Sasuke, aún con esa expresión reservada, lo miró de reojo.
—No esperaba que hicieras algo así. No tienes que ser tan amable.
Naruto se encogió de hombros, sintiendo que la conversación podía tomar un giro diferente. Había algo en el aire que lo empujaba a dar un paso más allá.
—No lo hago solo por ser amable. Lo hago porque... me importas.
Las palabras flotaron entre ellos, y por un momento, el silencio se hizo más profundo, más denso. Naruto sintió cómo su corazón latía más rápido, y antes de que pudiera pensarlo, se inclinó un poco más cerca.
—¿Y qué si lo que siento va más allá de la amistad? —preguntó, su voz suave y cargada de significado.
Sasuke lo miró con sus ojos oscuros, y aunque no dijo nada, la chispa en su mirada era suficiente para que Naruto continuara. Sin pensarlo, se acercó más, hasta que sus labios estaban casi rozándose.
—No tengo miedo de lo que siento por ti, Sasuke —susurró Naruto, y en ese instante, la distancia entre ellos se desvaneció.
Sin previo aviso, Naruto capturó los labios de Sasuke con los suyos, un beso suave pero urgente. Al principio, Sasuke se quedó inmóvil, sorprendido por la audacia de Naruto, pero en un segundo, la tensión que habían estado sosteniendo se transformó en una respuesta apasionada.
Sasuke cerró los ojos, permitiendo que su cuerpo respondiera a la necesidad que había estado reprimiendo. Con un movimiento rápido, giró a Naruto y lo empujó suavemente contra la manta, profundizando el beso. Las manos de Naruto se aferraron a la camiseta de Sasuke, sintiendo la calidez de su piel y la firmeza de su cuerpo.
Deslizándose hacia abajo, Sasuke comenzó a explorar el cuello de Naruto, dejando suaves besos que hacían que cada fibra del cuerpo de Naruto se encendiera. Sus labios se movían con una mezcla de ternura y deseo, provocando un estremecimiento en Naruto que lo hizo gemir involuntariamente.
—Sasuke... —susurró Naruto, mientras sentía la calidez de los labios de Sasuke en su piel.
—Calla —respondió Sasuke, su voz rasposa, mientras continuaba su exploración. Se detuvo un momento para mirar a Naruto, encontrando un brillo de emoción en sus ojos. Era un momento de vulnerabilidad compartida, y en ese instante, todo lo que habían pasado parecía desvanecerse.
Sasuke bajó lentamente, dejando un rastro de besos por el pecho de Naruto, sintiendo cómo el pulso del rubio aumentaba con cada contacto. Cada roce de sus labios era como una promesa de algo más, algo que habían estado deseando pero que nunca se habían atrevido a tocar.
—¿Sabes cuánto tiempo he esperado para hacer esto? —susurró Sasuke, levantando la mirada, buscando los ojos de Naruto, que ardían de deseo y necesidad.
—No tanto como yo —respondió Naruto, con una sonrisa pícara.
Sasuke sonrió de vuelta, pero fue un gesto breve, ya que la urgencia de sus instintos tomó el control nuevamente. Volvió a capturar los labios de Naruto, esta vez con más fervor. Los besos se convirtieron en un diálogo silencioso, lleno de deseos y emociones que nunca habían expresado en palabras.
El mundo exterior desapareció, y solo existían ellos dos en esa cueva, compartiendo un momento de conexión pura. Las manos de Sasuke se deslizaron por la cintura de Naruto, acercándolo más, mientras la calidez del cuerpo de su amigo le daba una sensación de hogar. Naruto, a su vez, envolvió sus brazos alrededor de Sasuke, disfrutando de la cercanía.
—Esto... —dijo Naruto entre besos—. Esto no debería ser solo una noche.
Sasuke se detuvo por un momento, mirando intensamente a Naruto.
—No lo es —murmuró, antes de volver a capturar sus labios.
Sus cuerpos se movían en perfecta sincronía, una danza delicada de deseo y pasión. Los besos se convirtieron en algo más, y el aire se volvió denso con el calor de su conexión. En ese rincón olvidado de la guarida de Orochimaru, encontraron una libertad que ambos habían estado buscando: la libertad de ser quienes realmente eran el uno para el otro.
Mientras las sombras de la noche se envolvían a su alrededor, Naruto y Sasuke dejaron de lado sus miedos y dudas, encontrando consuelo en la intimidad que compartían. Y aunque el futuro seguía siendo incierto, en ese momento, todo lo que importaba era el latido de sus corazones y la calidez de sus cuerpos juntos.
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pasion prohibida (SASUNARU)
Hayran Kurgusasuke un chico de 12 años deciado x todas las jivencitas del pueblo pero nadie sabe que tiene un secreto y es que esta enamorado de su compañero de equipo naruto uzumaki