[Capítulo 03]

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La mano del hombre buscó a tientas la cintura de Lian Jue, las yemas de sus dedos recién  acababan de tocar la fría hebilla de metal, cuando le dolió el pecho de forma abrupta; Lian Jue le había apartado con una patada sin piedad.

El hombre cayó sobre la alfombra y tosió con fuerza, su voz se ahogó de repente en su pecho, sus ojos acuosos se abrieron ligeramente al mirar al hombre que tenía delante con sorpresa. La pálida luz blanca de la luna que entraba por la ventana detrás de él se filtraba un poco por encima de sus anchos hombros, sus profundos rasgos quedaban medio ocultos en las sombras mientras miraba al hombre  tirado a sus pies, con una expresión ligeramente fría.

Sólo había visto a ese hombre necesitando ayuda, habría sido indecoroso por parte de un caballero no ayudarle mientras necesitaba ayuda, así que le echó una mano. No esperaba que este hombre fuese tan desagradecido y le jugara esta mala pasada. Al llevar tantos años en el mundo de los negocios, Lian Jue había visto muchísimos trucos, pero había oído que las empresas que participaban en esas licitaciones en el extranjero no estaban minimamente  a su altura, aunque nunca había esperado que utilizaran este tipo de tácticas.

Tampoco era un hombre que se tomara los engaños a la ligera.

Su pie se apoyó en el pecho agitado del hombre arrodilladoo y miró con indiferencia el rostro pálido del hombre a sus pies mientras las suelas de sus zapatos, empapadas por la lluvia, ensuciaban su camisa.

— “¿Quién te dijo que vinieras?”

El pelo negro desordenado del hombre le sombreaba ligeramente los ojos, los ojos largos como un sauce y ligeramente levantados aureolados de rojo brillante, su mirada parecía congelada, su respiración apretada, su voz sonando áspera: “Nadie…” La punta del zapato de Lian se movió lentamente hacia arriba, levantando su magra barbilla blanca, sus ojos tornándose duros, feroces.

— “¿Entonces quieres dinero?” Si era dinero, estaba bien. Lian no era un santo, siempre había estado abierto a este tipo de cosas en la cama, entre adultos era una cuestión de consentimiento mutuo o un precio claro.

Los ojos de Lian bajaron de los ojos húmedos del hombre a su pecho casi desnudo bajo la fina camisa transparente, con un ligero halo de color en la tela empapada. Su mirada era realmente seductora. A Lian Jue no le importó darle una cantidad de dinero alta. El hombre apretó las cejas y se vio obligado a levantar la barbilla, sus delgados ojos empañados, reflejando la cálida luz de la cama, agarrando inconscientemente la pernera de su pantalón, con una expresión todavía rígida:

_“No, no hace falta dinero…” Los ojos de Lian Jue se hundieron al instante y resopló con frialdad, pensando:

_“Realmente no saben hacer nada bien”.

— “No me importa a quién hayas llamado”. Lien Jue levantó el pie, la punta de su zapato de cuero subió lentamente por el lado de la cara del hombre, empujándolo en la base de la oreja con la punta de su zapato, la fuerza no era mucha, pero el hombre sintió claramente una fuerte sensación de opresión y advertencia.

— “Vuelve y diles que vengan a buscarlo a lo grande si quiere luchar por él, no más de estos trucos solapados”.

— “Por lo demás, no me culpes por seguirles el juego”.

El toque ligeramente frío en el costado de su mejilla se fue, y la presión acalambrada se desvaneció de su circunferencia mientras el hombre cerraba los ojos y levantaba su esbelto cuello para tomar un gran respiro. Lian retiró la pierna, frunciendo ligeramente el ceño al ver la pernera arrugada de su pantalón, y se dio la vuelta para marcharse. Su mano recién acababa de tocar el pomo de la puerta cuando oyó un crujido detrás de él. Los delgados brazos de la  otra persona rodearon con fuerza la cintura de Lian Jue, su mano pasó por el hueco de su abrigo y tocó su cálido pecho.

EMBRIAGADO [Traducción] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora